Amor perenne en Verona

Amor perenne en Verona

“Todo el mundo tiene su sombra”
“La clase alta es muy maleducada y egoísta”
“Soy primario, y el más lindo entre los feos”
“A veces me agarran ataques de llanto”
La democracia del dedo

La democracia del dedo

“Se está construyendo una historia política”
“Los hombres son de otro planeta”
Cómo construir un santo

Cómo construir un santo

El estudiante

El estudiante

`Las siliconas me hicieron más mujer´
El escudo ético del Gobierno

El escudo ético del Gobierno

Pasado imperfecto

Seguro que Kirchner no leyó a George Orwell. En su novela más famosa, publicada allá por 1949 y titulada “1984”, el escritor inglés imaginó un gobierno omnipotente –el Gran Hermano– que no sólo controlaba a sus ciudadanos con rigor policíaco, sino que además modificaba la historia en los archivos de los diarios para ajustarla a la versión oficial que se propalaba desde el poder. Es decir, se adulteraban las noticias del pasado para que coincidieran con los discursos del presente. En Santa Cruz, la provincia del Presidente, no llegaron tan lejos. Por eso todavía quedan rastros de los antecedentes de Kirchner en la hemeroteca de Río Gallegos. Y esas huellas –fotos, declaraciones periodísticas, solicitadas– hablan de un hombre muy distinto al que hoy se dice el abanderado de los derechos humanos.

En esta nota se revelará cómo actuaba el Presidente en tiempos de la dictadura. Se detallarán sus contactos con los militares a los que ahora aborrece, con funcionarios del llamado Proceso y con jefes policiales de prontuarios escalofriantes.