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La democracia del dedo

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Cómo construir un santo

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El estudiante

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`Las siliconas me hicieron más mujer´
El escudo ético del Gobierno

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La operación Chau Fiscales

Luis Gerez tiene trabajo nuevo. El vocero del diputado Luis “Chino” Navarro, quien responde al vicejefe de Gabinete bonaerense, Emilio Pérsico, le confirmó a NOTICIAS que el albañil ya cumple funciones de asesor y cobraría un sueldo de 2.460 pesos mensuales (ver recuadro). Lo curioso es que Gerez -testigo que evitó la asunción de Luis Patti en el Congreso nacional- ahora trabaja para uno de los diputados bonaerenses que motorizan la destitución de los fiscales que investigan su confuso secuestro y aparición, minutos después de que Néstor Kirchner pidiera por él en cadena nacional. Desde entonces, todas fueron dudas. Y así como el Gobierno intentó desligarse del hecho, tras los grotescos resultados de la operación mediática montada en las primeras horas, ahora parece que el gobernador Felipe Solá sigue los mismos pasos. El caso Gerez incomoda a todos. En especial, a Pérsico, jefe del Movimiento Evita y de una de las espadas que quiere sacar a los fiscales de escena.

La avanzada. José Gerez, hermano de Luis, llegó al despacho de Navarro y se quejó de los fiscales. “La última audiencia fue más elevada de tono porque había una escucha en la que hubo una conversación con mi hermano en la que yo insulté a la doctora (Andrea) Palacios, diciendo que se acostaba con Patti. Ella me dijo ‘ahora tengo una repregunta’. Quería saber si yo hablaba con Luis por teléfono (…). Yo trataba de esquivar hasta que sacó la escucha telefónica y me la empezó a leer. Me llevó a la parte cuando yo le digo a Luis que me estaban molestando otra vez con la causa, que esto a mí ya me está cansando. Me pregunta si asevero que la fiscalía es ‘pattista’ y si afirmo todo. Le digo que sí. Y me dice que me puede hacer una demanda judicial por calumnias e injurias porque yo le dije que se acostaba con Patti y que era una hija de puta (…). Tuve que disculparme”.

Éste es un extracto de la declaración que el testigo le dio a los diputados Navarro y Raúl Pérez para impulsar un jury de enjuiciamiento contra los fiscales Andrea Palacios, Irene Molinari, Paula Gaggiotti y Facundo Flores, y apartarlos de la causa Gerez. Comenzó como un rumor a principios de febrero, pero tomó forma. En los últimos días, la presentación que se iba a realizar ante la procuradora general María del Carmen Falbo para acusar a los fiscales se suspendió tres veces. Pérez se justifica: “Creemos que la Fiscalía podría tomar medidas concretas, por eso se postergó la presentación”, le dijo a NOTICIAS. Sin embargo, hay quienes piensan que la medida fue abortada a pedido de Solá.

Los diputados tienen lista y firmada la embestida para cuando la crean propicia. NOTICIAS accedió al documento que se presentará en la Procuración General de Falbo.

“Los testigos se acercaron a mí”, dice Pérez cuando se le consulta sobre cómo comenzó la avanzada contra los fiscales. A él se sumó Navarro, el nuevo jefe de Gerez. Ambos entrevistaron al entorno del albañil, incluidos la esposa Mirta Praino, el hermano José y el compañero de militancia Juan Geerneck. Además, solicitaron un informe al abogado de Gerez, César Sivo, sobre la actuación de los fiscales, y otro al Centro de Protección de los Derechos de la Víctima, que depende de la secretaría de Derechos Humanos bonaerense con la que Sivo tiene trato desde hace años.

¿Qué es lo que se cuestiona de la actuación de la fiscalía? Los ejes principales que relata el documento son:
• Tratamiento indebido a la víctima. Cuestionan que “a Gerez no le fueron notificados sus derechos como víctima” en su primera declaración y que “no se le realizaron los exámenes establecidos en el protocolo de prácticas médicas que debe seguirse con las personas que son liberadas de cautiverio”. Sostienen que de ese modo “lo revictimizaron” con preguntas como “si sospechaba de su actual pareja”.
• Tratamiento indebido como particular damnificado. Sin dejar de mencionar “el temperamento de los fiscales”, los acusan de “no permitirle (a Gerez) el acceso a los legajos sosteniendo que los mismos eran secretos o reservados pese a las reiteradas peticiones”. Y destacan que al abogado Sivo no le recibían escritos en la mesa de entrada de la Fiscalía “sin la previa autorización de alguno de los fiscales”.
• Hostilidades y hostigamiento hacia los testigos. “Fueron sistemáticamente maltratados, molestados y presionados por los investigadores”, dicen los diputados. Detallan “maltrato psíquico y verbal”, “amenazas diciéndoles que contasen todo lo que sabían porque sino caerían en falso testimonio”, “horas de espera”, “citaciones reiteradas” y “requisas sin justificativo alguno”. En este último punto, sostienen que el instructor de la Procuración, Gabriel Krawec, le “revisó el bolso al testigo Domingo Rivainera” y “la agenda del teléfono celular a Geerneck”.
• Filtración de datos a la prensa. Acusan a los fiscales de filtrar las escuchas telefónicas y “hacer maniobras” para poner en duda al entorno de Gerez. En la Fiscalía lo niegan y deslizan que las escuchas antes pasan por la SIDE y la Policía Bonaerense.
• Mantenimiento indebido de teléfonos intervenidos. Sostienen que con la aparición de Gerez debieron suspenderse las escuchas, pero “continuaron invadiendo el derecho a la intimidad de estas personas sin orden judicial válida”. Y que esa fue la base para acusar a los testigos por falso testimonio. Los fiscales sostienen que, para evitar un pedido de prórroga, pidieron la intervención de los teléfonos por 30 días y que luego no fue renovada.

Por K. En otro tramo del texto, los diputados se contradicen y le achacan a los fiscales no aclarar temas en la prensa. El interés es por Néstor Kirchner. “Con el sencillo trámite de hablar a tiempo, se hubieran evitado numerosas molestias y agravios al Dr. Kirchner. NO HAY DUDAS QUE GEREZ (sic) fue liberado después del discurso presidencial, unos cuarenta minutos después (…). Eso, que surge del expediente, NUNCA FUE MANIFESTADO POR LAS FISCALES (sic)”, escribieron Pérez y Navarro. En la Fiscalía discrepan: “No hay precisiones. Se sabe cuándo Gerez fue visto por primera vez después del secuestro, pero él mismo no recordó en su declaración el momento de su liberación”.

La estrategia de los fiscales es mantenerse al margen y esperar. “Esto no tiene posibilidad de prosperar. Quedarían muy expuestos”, desliza uno de los cuatro posibles acusados y aclara: “Nunca dejamos de investigar ningún dato aportado a la causa. Hay argumentos rebatibles. El celular de Geerneck fue revisado, consta en los legajos, porque él solicitó ayuda al no saber cómo usar el aparato. Los diputados no vieron el expediente. El abogado de Gerez solicitó acceso y los cuerpos de la causa estuvieron más de veinte días en el archivo. Nadie fue a sacar las copias y pagar, como es el mecanismo habitual”.

Entre la inexperiencia y la poca cintura mediática de los fiscales -que admiten ellos y sus acusadores-, los intereses políticos cruzados y las vanidades de los actores, el caso Gerez parece empantanado. Como la espada de Damocles, la acusación cuelga sobre la cabeza de los investigadores. Habrá que ver quién y cuándo se anima a soltarla.