“Miren que yo estudié para ser marina mercante, no para modelo”, dice sonriendo Laura Scyzoryk, capitana de ultramar, cuando NOTICIAS le propone una nueva sesión de fotos en el puerto de Buenos Aires. Cualquier testigo ocasional podría pensar lo contrario: que la atractiva treintañera que posa para la cámara está más cerca del modelaje que de comandar el “Clipper Kitty”, el barco petrolero de 116 metros de eslora y 20 de manga anclado a sus espaldas.
Al hablar sobre su trabajo, Laura demuestra el mismo entusiasmo que le permitió convertirse, en febrero de este año, en la primera mujer con comando en la historia de la navegación argentina. Su acercamiento a la profesión empezó cuando una comisión de la Escuela Nacional de Náutica fue a promocionar la carrera a su colegio secundario del barrio de Flores. Y aunque había planeado estudios más convencionales, como traductorado o Ciencias Económicas, despertó su interés. “No me veía haciendo un trabajo normal, me resultaba muy rutinario”, cuenta en la cubierta del barco –con capacidad para 11.300 toneladas–, en el que pasa la mayor parte de su vida.
Noticias: ¿Cuándo se recibió?
Laura Scyzoryk: En el 2005 me recibí de piloto y empecé a navegar y a rendir materias. Primero, ascendí a oficial; después, a piloto de ultramar de primera, y presentando singladuras, que son días navegados, a capitana de ultramar.
Noticias: ¿Qué implica ser capitana?
Scyzoryk: Es la autoridad máxima. Ahora tengo 18 tripulantes a cargo y soy la responsable de todo. Me gusta aplicar cosas de mi sentido común al sistema de trabajo. Sin llegar a ser jodida, soy exigente con la tripulación. Intento marcar mis lineamientos para que las cosas funcionen automáticamente.
Noticias: ¿No le pesa tanta responsabilidad?
Scyzoryk: La verdad es que no me pesa demasiado. Soy bastante joven, pero tengo un puesto de decisión que me hace sentir cómoda. Me parece que las cosas son más interesantes cuando dependen de uno mismo, se me complican cuando dependen de los demás.
Noticias: ¿Siente que, por ser mujer, su mérito es mayor?
Scyzoryk: Sí. No quiero decir, como Cristina, que todas las cosas me costaron mucho más por ser mujer, pero sí creo que a los hombres les cuesta bastante acostumbrarse al hecho de que una los dirija. Cuando era oficial, muchos decían: “Cuando llegue el día en el que haya una mujer capitana, espero estar muerto”. Pero ese día llegó. Entre mis tripulantes, hay una segunda oficial. Y en la Argentina ya existen tres mujeres con título de capitana, aunque yo soy la única con comando.
Noticias: ¿Costó lograr que la respeten?
Scyzoryk: Al principio, fue una lucha, y muchas cosas me generaron llantos de impotencia. Hoy puedo plantarme frente a una persona que me dice algo con una actitud machista y contestarle sin miedo, pero al principio pensás: por ahí me echa, pierdo el trabajo. Siendo mujer, hay que tener más carácter. Y yo prefiero pecar por exigente que por “light”.
Noticias: ¿Qué cosas la hicieron llorar?
Scyzoryk: Tuve una mala experiencia: como oficial, me tocó estar con un capitán que me acosó laboralmente. Me decía que yo no servía para esto y me mandó a lavarme la bombachita. Textualmente. Una frase que denota su actitud machista, discriminatoria.
Noticias: Debe haber sido un momento duro.
Scyzoryk: Encima él era la autoridad máxima y yo era recién recibida. Si la agresión viene de arriba, es mucho peor. También me ha pasado con un bombero: yo le di una orden y me insultó. No te puedo decir lo que me dijo. Son cosas que ayudan a fortalecerte.
Noticias: ¿Se siente una pionera?
Scyzoryk: Siento que hice un camino importante, el de romper la historia y abrir nuevas posibilidades para las mujeres.
Noticias: Se puede decir que fijó un precedente.
Scyzoryk: Sí. Y hubo que derrotar un ambiente machista. A las primeras que dejábamos un currículum en una empresa, nos decían: “No lo recibimos porque no aceptamos mujeres”. Ahora, eso no existe, porque nosotras ya lo pasamos. Lo mismo que el título: ahora todas son capitanas y no capitanes, porque yo lo exigí.
Noticias: ¿Cuánto tiempo pasan embarcados?
Scyzoryk: Entre uno y dos meses. Y por cada dos días navegados tenés uno de licencia. Nunca alcanza la vida para hacer lo que uno quiere. Lo ideal es no estar más de cuarenta días, porque después del mes ya empezás a sentir el cansancio. Uno vive, pero primero está el barco.
Noticias: ¿Qué hace durante su tiempo libre?
Scyzoryk: En el gimnasio que tenemos, hago una hora y media de ejercicios tres o cuatro veces por semana. Como acá no se puede salir a caminar, lo necesitás para despejarte. También, a veces, nos juntamos los oficiales, lo que se llama camaradería, y vemos alguna película. Y en algún momento me puse a estudiar.
Noticias: ¿Qué estudió?
Scyzoryk: Mis padres son abogados, y como yo quería aprovechar el tiempo libre rendí varias materias de Derecho. Pero después se me hizo muy pesado y no rendí más.
Noticias: Al estar tanto tiempo embarcada, ¿resulta posible tener una pareja?
Scyzoryk: Es difícil, pero no imposible. Yo tengo la idea de formar una familia, como cualquier mujer. La diferencia es que tendría que ver cómo haría para estar fuera de mi casa tanto tiempo, porque todavía no están implementadas las guarderías.
Noticias: ¿Y puede proyectar una familia y a la vez seguir trabajando en esto?
Scyzoryk: Sí. Aunque para una mujer es más difícil. Para que fuera más compatible tener hijos, debería hacer práctica de puerto, que me llevaría pocas horas. Y no podría seguir navegando. Igual, con mi título tengo abierto el campo laboral en todo lo que se vincule con empresas navieras.
Noticias: ¿Qué es lo mejor y lo peor de estar embarcado?
Scyzoryk: Hay más pros que contras. Uno extraña a su familia, pero lo que se vive acá es buenísimo. Además, se potencian mucho las ganas de disfrutar de las cosas más pequeñas. Porque cosas como ir a tomar un mate con tus viejos, te parecen increíbles. Y me gusta que haya buena onda en el barco. Eso sí, cuando se trabaja, se trabaja. Sino, es un viva la pepa.
Noticias: ¿Qué le gusta hacer cuando no está en el barco?
Scyzoryk: Fuera del trabajo, me inclino por todo lo que tenga que ver con lo artístico. Estudié comedia musical en la escuela de Valeria Lynch. Este año, no me anoté porque lo tenía complicado. Siempre estuve relacionada con lo artístico. Estudié canto, teatro. Por ahora, es un hobby, pero no descarto que en algún momento pueda convertirse en un trabajo.