Un periodista nunca debería dejar de asombrarse: las notas andan sueltas por ahí, como presas, y hay que saber atraparlas. A veces, las noticias están camufladas detrás de las escenas más cotidianas o surgen durante el relax de las merecidas vacaciones. “Ahí hay una nota”, pensó una noche la periodista Carla Castelo durante un asado. Comió el postre, tomó el café, conversó hasta la madrugada pero, en una sintonía paralela, imaginaba la idea que acababa de atrapar.
“Era la primera vez que visitaba un country, porque no tengo amigos que vivan ahí, mi mundo es mucho más hippie —cuenta Carla—. El anfitrión era un verdadero personaje: un político desafortunado que no tenía cómo costear ese sitio exclusivo, pero hacía malabares para no dejar de pertenecer. Durante la cena, relataba con sarcasmo los detalles de la vida cotidiana en el country. Estaba resentido y no tenía ninguna compasión”. Carla decidió investigar el tema y durante dos meses, todas las noches, escribió “Vidas perfectas. Los countries por dentro”, un libro que cuenta con humor y lucidez cómo viven y qué sienten los que se encerraron en los “guetos modernos”. A través de entrevistas, Castelo indagó en “la seguridad, la difícil crianza de los niños, la paranoia, la competencia durísima por ver quién tiene más, la respuesta despiadada del resto cuando un revés económico sacude a una familias”.
Noticias: A partir de los asesinatos de María Marta Belsunce y Nora Dalmasso, la gente comenzó a interesarse en los countries. ¿Tenías prejuicios en el momento en que empezaste a investigar?
Carla Castelo: Sí, obviamente. Poseo una postura ideológica que se descubre en la investigación, pero logré ser honesta. Uno se acerca subjetivamente a una temática y la aborda con los preconceptos que le da su formación. En muchos casos, confirmé los prejuicios: la clase alta es muy maleducada y egoísta, pero me sorprendió su capacidad de autocrítica y lucidez. Saben que crean una fantasía que tiene fecha de vencimiento, los adolescentes no toleran ese planeta, saben que levantaron un muro para que los pobres no enturbien la visual.
Noticias: ¿Qué fue los más difícil de la investigación?
Castelo: Acceder a los ricos y famosos es complicado: para investigar a una clase alta que no necesita prensa, se debe hacer un esfuerzo. Además, busqué cierta mirada crítica que no hubiera comprado el discurso de que la vida del country es perfecta.
Noticias: ¿Qué aspectos de su vida criticaban los countristas?
Castelo: Hay una fuerte contradicción entre lo que son capaces de decir en privado, y lo que dicen en público. Por eso, en la mayoría de los casos, decidieron ser fuentes anónimas, para desentenderse, aunque se rieran con sorna de las anécdotas en el living de su casa. La simulación es sagrada en los countries, resulta ser un “modus operandi” muy común.
El periodista Adolfo Castelo, el papá de Carla, murió hace tres años. Padre e hija compartían la profesión, pero ella cuenta que empezó en el oficio porque siempre le gustó escribir y que lo primero que redactó fueron las cartas de amor que hacía a pedido de sus amigas. Su primer trabajo como periodista fue a los 18 años en el suplemento “Página 30” del diario “Página/ 12”. “Lo mío es la gráfica, pero hice un programa de radio con mi hermana Daniela y descubrí que se trata de un medio maravilloso. Tenía mucho humor y nos escuchaban los taxistas”, dice Carla. Piensa unos minutos y se le ocurre algo: “Ves, el mundo de los taxistas es muy interesante para una nota. Yo soy usuaria y, además, adicta al taxi”. Asegura que no le interesa escribir textos obtusos para intelectuales, pero extraña el periodismo más reflexivo: “No es lo mismo investigar seis meses que tres días”.
Noticias: ¿La profesión está devaluada?
Castelo: Sí, perdió prestigio, porque la gente piensa que el poder condiciona lo que se escribe en los diarios y revistas. Pero, por otra parte, tengo esperanzas porque creo hay una nueva generación de profesionales que escriben muy bien y que están desaprovechados.
Noticias: Martín Caparrós sostiene que algunos medios subestiman al lector al inventar una fauna de lectores que no leen.
Castelo: La gráfica está pendiente de la lógica de la televisión, cuando hace falta pensar sólo dos segundos para darse cuenta de que lo único que hay en la tele es una sobredosis de culos y tetas. Hay que ofrecer otra cosa.
Noticias: Parece que de tu papá heredaste el espíritu crítico.
Castelo: Sí, pero nunca pensé en compartir la profesión con él. De chica, me daba mucha angustia que fuese famoso, sufría.
Noticias: ¿Sufrías?
Castelo: Sí, no sabía si los chicos se acercaban a mí porque era la hija de Adolfo Castelo o porque les gustaba. Me hablaban todo el tiempo de mi papá y me aburrían. Recién de más grande empecé a disfrutar de la fama de mi viejo, que era un lindo famoso, muy querible y respetado. Es común que se me acerquen señoras enamoradas a decirme algo lindo de mi papá, él era un galán y también me aconsejaba mucho.
Noticias: ¿Qué consejos te daba?
Castelo: Me criticaba el vértigo con el que manejo todo, porque soy bastante polvorita. Yo tenía un romance muy grande con mi papá y él me dijo algo que me marcó: “Vos no cambies nunca”. A veces, cuando pienso que la vida es injusta porque una es buena y le devuelven cosas feas, o cuando me enojo porque las cosas no me salen, me acuerdo de esa frase y me tranquilizo. También criticaba mis amores y decía que una mujer inteligente no tiene novio ¡Eso me marcó mucho! Por suerte, mi hermana se casó, así que no somos víctimas de una condena paterna.
Noticias:¿Es difícil para una mujer inteligente encontrar novio?
Castelo: Los hombres se van a acostumbrar a las mujeres inteligentes. No puedo con todo y me hace muchísima falta una hombre al lado que juegue su rol. Pero no me voy a quedar esperando con la comidita preparada, porque no lo sé hacer. Con mi viejo, aprendí a pensar, y a algunos hombres eso les da miedo.