Cuánto cuestan las fotos con Los Pumas y otras figuras. Cargos y favores a cambio de apoyo.
Por Federico Mayol
Vimos el gran partido contra Sudáfrica”, disparó Néstor Kirchner para sorpresa de sus invitados en la Casa Rosada, Los Pumas, que no atinaron a corregirlo. Claro, el match contra los sudafricanos fue el que peor jugaron los argentinos en Francia: los vapulearon con una lluvia de tries e incluso los dejaron sin la oportunidad de jugar por primera vez en la historia una final. “Yo de rugby mucho no entiendo, la que sabe es Cristina”, resolvió el santacruceño con la complicidad de la Primera Dama.
La escena ocurrió el martes 23 por la tarde, cuando el matrimonio K recibió a Los Pumas recién llegados de París con la gloria del tercer puesto a cuestas.
Si bien esta vez le tocó al seleccionado de rugby, guiado por la estrecha relación del capitán Agustín Pichot con varios pingüinos del kirchnerismo (ver recuadro), la estrategia de subirse a los éxitos deportivos y de fotografiarse junto a las estrellas es una vieja fórmula que los gobiernos en campaña exprimen al máximo para sumar votos. Kirchner no es la excepción.
Los pioneros. Ubaldo Matildo Fillol, “El Pato”, fue uno de los primeros en apostar por el proyecto K. Algunos todavía recuerdan la presencia del ex arquero campeón del mundo en la cancha de River durante la campaña del santacruceño en el 2003, y sus frecuentes visitas a la Casa de Santa Cruz en el centro porteño. Su pasión por Racing lo acercó al Presidente y hoy es un fiel colaborador de la Secretaría de Deportes de la Nación, a cargo de Claudio Morresi.
La estrella del yachting Carlos “Camau” Espínola también adhiere hace tiempo a la causa K. Es auspiciado desde el 2002 por Marca País, la curiosa “caja” para promover la imagen de la Argentina en el exterior que idearon el secretario de Medios, Enrique “Pepe” Albistur, y el de Turismo, el pingüino Enrique Meyer. Espínola, a quien se vio en varios actos del Gobierno, trabaja ahora en Corrientes, su provincia natal. Como Fillol, preside una fundación benéfica, un imán que lo acerca aún más con el oficialismo. “Es una excusa para manguear”, explica alguien que trabaja en la Casa Rosada.
Jorge “El Roña” Castro conoce a Kirchner desde los tiempos del sur. Oriundo de la localidad santacruceña de Caleta Olivia, el boxeador fue atendido en el hospital Argerich –el mismo que elige el Presidente– cuando en junio de 2005 chocó su auto contra un árbol en la Costanera, donde casi perdió la vida. Sucede que el centro asistencial se mueve bajo las órdenes de Donato Spaccavento, el ex secretario de Salud de Aníbal Ibarra que no hace nada sin consultar a Néstor y Cristina. La gran relación de los Kirchner con “El Roña” es hereditaria de la que el general Perón tenía con su boxeador fetiche, “El Mono” Gatica.
Otra figura del ambiente pugilístico que adhiere al kirchnerismo es Marcela “La Tigresa” Acuña, la mediática boxeadora que brilló en el show de Marcelo Tinelli. Su título mundial supergallo de mayo pasado la catapultó directo a la Casa Rosada, donde fue recibida por el Presidente y el secretario de Deportes, Morresi. El apoyo de “La Tigresa” a Cristina figura en la página web de la Primera Dama y además participó del spot de campaña.
Como un toma y daca, el kirchnerismo conoce como nadie las reglas del deporte político. Las proezas del fútbol argentino, Los Pumas, el tenis y cuanta disciplina resulte exitosa sirven como propaganda para el régimen de turno, del Mundial del ’78 organizado por la dictadura para lavar su imagen hasta los tiempos que corren.
Raqueta y aro. Quien sabe de dar y recibir es el tenista David Nalbandian, la última estrella cristinista. Su participación en los spots de “Dolores Argentina” que impulsan la postulación de Cristina lo convirtieron en una pieza clave para el oficialismo. La relación con el Gobierno nació en Córdoba, la tierra del tenista, y los entendidos aseguran que el flamante apoyo se debe simplemente a una “devolución de favores”, a raíz de la contribución que la Secretaría de Medios de Albistur y la gobernación cordobesa le dieron en su momento al equipo de rally del deportista. El tenista además estuvo en la cena de 5.000 pesos por cubierto que el oficialismo organizó para recaudar fondos para la campaña en el Hotel Sheraton, y allí mismo, para ganar tiempo, grabó el spot de Cristina.
Hay otro cordobés, el basquetbolista Héctor “Pichi” Campana. Ex hombre del intendente Luis Juez, Campana fue acercado a la Casa Rosada por el multidenunciado secretario de Transporte de Kirchner, Ricardo Jaime, quien actúa como un pulpo en esa provincia. “Pichi” hoy es el vicegobernador y se jacta de tener una excelente relación con el Presidente.
Emanuel “Manu” Ginóbili, el astro argentino de la NBA, también se sumó a las filas del seleccionado K. Obnubilado por los logros del bahiense, el Presidente lo premió con 25 millones de pesos del Estado para su polideportivo en Bahía Blanca, más que suficientes para una foto con él. Además, “Manu” es la cara publicitaria del Banco Provincia.
Cosa de brujas. La incorporación de Juan Sebastián Verón, jugador e hincha de Estudiantes, fue clave en el sur patagónico. Hace meses, “La Bruja” hizo campaña por el kirchnerismo en Río Gallegos y se comprometió a promocionar el regreso de argentinos dese el extranjero. “Te vas a Santa Cruz”, fue en su momento la orden que emanó de la Rosada. Como Verón cumplió, las obras de remodelación del estadio de Estudiantes, que estaban trabadas por orden judicial, se reanudaron mágicamente.
Tamaña selección merece una buena dirección técnica. Así como los clubes poderosos la necesitan para manejar el equipo, el Presidente habrá pensado lo mismo cuando aprobó el acercamiento de Ramón Díaz y Carlos Bilardo. El riojano no dudó un instante, aconsejado por Tinelli, en fotografiarse junto a Kirchner y el entonces candidato porteño Daniel Filmus, en medio del ascendente éxito del “Pelado” en San Lorenzo. A su vez, “El Narigón” Bilardo caminó la provincia con Daniel Scioli y está por sumarse a la Secretaría de Deportes del futuro gobernador bonaerense. El Presidente suma a Gustavo Costas a la terna del gran DT: lo respaldó en público cuando la turbulencia en Racing parecía derribarlo, mientras algunos empresarios K ligados al club hacían fuerza por su renuncia.
Imposible completar el equipo sin el apoyo del máximo astro del fútbol, Diego Maradona. En la Casa Rosada promovieron y festejaron su reciente apoyo a la candidatura de la Primera Dama. “Lo de Maradona no fue desinteresado”, confían en Balcarce 50.
En la semana, Kirchner ya demostró que no entiende de rugby, pero sí de cómo conseguir fotos que se traducen en votos.
En su deporte preferido, la política, vale todo.