Hasta hoy “mejorar la imagen” consistía en pasar por el bisturí, vivir dentro del gym, matarse con dietas imposibles. Una nueva tendencia barre con todo eso y propone un camino alternativo: para lograr cambios estéticos antes hay que armonizar el interior. Ese es el dictado del “wellness”, una moda extendida por todo el mundo que advierte que la sensación de relax y bienestar son la clave de la verdadera belleza.
Comer sano, hacer ejercicios de raíces orientales, meditar, disfrutar del aire libre y sumergirse en spas con tratamientos descontracturantes son la nueva fórmula de la juventud. Hacen culto a este movimiento todos aquellos que quieren estar bien consigo mismos a pesar del estrés que los rodea.
“Antes la gente buscaba sistemas super rápidos para lograr unas figuras imposibles. Veo un cambio de paradigmas. Hoy la idea es conectarse con la propia belleza. El tiempo dedicado a uno mismo ayuda a encontrar un buen cuerpo -detalla Gabriela Paz, médica especialista en terapias naturales-. Ya no se recurre tanto a las pesas y complementos, que nos alejan un poco de la figura sutil y la suavidad femenina. En cambio, se adoptan técnicas que buscan el equilibrio”.
Yoga, meditación, masajes, aromaterapia, tai chi y tratamientos en spas son algunas de las técnicas que ayudan a conseguir armonía y flexibilidad. La mayoría parte de una idea espiritual y global: todo aquello que perjudica a la salud daña la imagen.
“En esta época se ha llegado a la conclusión de que lo más importante es hacer ejercicios con el cuerpo y también con la mente. Al ocuparnos de nuestro mundo interior logramos una mejoría externa. El cerebro le pasa información a las células y eso produce cambios en el cuerpo. Hoy belleza y salud van unidos”, sintetiza la doctora Paz.
DESDE ADENTRO
Esta filosofía del “wellness” busca que el trabajo sea integral: mente, energía y cuerpo. Todo en su justo equilibrio. Y, a la vez, que ese “insight” se note por fuera. Nada de matarse con los abdominales. Ni tirar frenéticas piñas y patadas al aire al ritmo del punchi-punchi de la música electrónica. Lo que se impone por estos días es el “ohm”, los ejercicios de respiración, terapias de reequilibrio de los campos energéticos y relajación para encontrar la paz interior y, a la vez, mantenerse en línea.
“Matarse en el gimnasio demostró que no brinda el efecto que la gente busca. Da músculos, mejora lo aeróbico pero no proporciona flexibilidad. Eso sólo se logra a través de disciplinas más profundas, de origen oriental, que tienen que ver con un fuerte ejercicio de estiramiento y relax”, observa Carlos Muchnik, fundador del spa Cuatro Amaneceres. Y agrega: “Con la tecnología y el acelere actual se perdieron los espacios de ocio. Por eso, todas las alternativas que se les ofrecen a quienes quieren recuperar su calidad de vida tienen que ver con crear momentos para uno mismo. Darse estos espacios mejora la piel y les da otro brillo a los ojos”.
En este sentido, pilates, yoga y tai chi consiguieron conquistar a miles personas en todo el mundo interesadas no sólo en cuidar su cuerpo sino también su mente. Son disciplinas que toman en cuenta la unión de todos los aspectos que conforman a un ser humano y producen una mejoría interna y física. Cada una tiene sus propios métodos de trabajo, pero todas coinciden en un punto: se debe llegar a un estado de autoconocimiento.
“Ya no se cree, como antes, que son prácticas sólo para gente mayor, sino ejercicios muy completos. Lo mismo ocurre con la meditación: personas de todas las edades la incluyen en sus rutinas con grandes resultados -apunta Muchnik-. Es que, propone una relajación que no sólo es mental. La idea es rejuvenecer a partir de la disminución de las preocupaciones”.
Culto al bienestar. Una habitación cálida y silenciosa, aroma a incienso, música relajante, camilla bien cómoda y un profesional. Todos los elementos necesarios para disponerse a disfrutar de una sesión de masajes o una terapia alternativa como el reiki, que también forman parte de este “culto al bienestar”.
Atentos a esta tendencia hacia el “wellness”, los spas no sólo ofrecen fricciones, presiones y amasamiento del cuerpo a cargo de manos expertas, sino que también acercan propuestas para reconciliarse con uno mismo. “Contamos con una gran variedad de alternativas para mejorar la estética sin necesidad de un esfuerzo físico sobredimensionado, ni dietas sacrificadas. Desde técnicas milenarias ancestrales hasta tratamientos novedosos que emplean tecnología de punta”, advierte Leonardo Pascutto, manager del spa Seda del Sheraton Internacional de Iguazú, en Misiones.
Entregarse a estos combos de salud y relax generan una sensación de armonía, aumentan la vitalidad, potencian las fuerzas y el optimismo. Además, son un buen empujón para abandonar la mala alimentación o el tabaco, combatir el estrés y el insomnio y liberar emociones reprimidas.
“Cultivar nuestro interior ayuda a mantenernos en armonía con el mundo externo, y si a esto le sumamos el gran abanico de resultados estéticos a partir de esta concepción, logramos así una de las mejores fórmulas del bienestar”, sintetiza Pascutto.
BELLEZA INTERIOR
“El corazón alegre hermosea el rostro”, advertía el rey Salomón en uno de sus famosos proverbios. Unos cuantos años después, se ponen de moda técnicas que conjugan armonía con trabajo físico y alimentación sana, para que los resultados sean completos y evidentes.
“Las personas somos seres complejos, por tal motivo no es posible lograr el objetivo de ‘verse bien’, sin ‘sentirse bien’, de ahí que sea necesario el equilibrio. Es clave cuidar al cuerpo con actividad física y dieta sana y también atender al espíritu, una buena manera es hacerse tiempo para reflexionar”, propone Priscila Busse Grawitz, vicepresidente de Diquecito Health Resort.
MIMARSE
Dedicarle horas al relax. Entregarse al ocio. Los requisitos que implica la búsqueda de la armonía parecen ir a contramano de los ritmos actuales. Entonces, surge una pregunta clave: ¿el wellness es un lujo o una necesidad? Responde la experta Busse Grawitz: “Las personas tienen que darse tiempo para cuidarse, hacer ejercicios, descansar, cultivar el alma, disfrutar una pequeña ración de comida sana. En definitiva, ordenarse estableciendo prioridades y cuidando de que no sean avasalladas. Que lo urgente no se termine llevando de a poquito nuestra vida. Hay que tratar de generar ese espacio diario que fortalezca el espíritu y nos ayude a salir con otra visión a la calle”.
La ecuación armonía=bienestar parece imponerse por estos días. Mientras algunas se someten a cirugías o eligen el gimnasio para convertirse en Barbies, surge un culto más silencioso, pero no menos fuerte, que advierte que la belleza empieza por dentro.