A las diez de la noche de un domingo, en un barrio residencial de Río Gallegos, una caravana de tres autos detuvo su marcha frente a un restaurante de cocina de autor. De la camioneta que encabezaba la fila descendió el matrimonio presidencial, acompañado por Rudy Ulloa, el fiel asistente con quien iban a compartir una cena íntima. Ulloa era un inmigrante chileno sin fortuna cuando empezó a trabajar con Néstor Kirchner, hace tres décadas. Ahora cumple misiones políticas delicadas y es propietario del principal grupo de medios de Santa Cruz. Pero no ha perdido algunas costumbres: con Kirchner en la ciudad, Ulloa vuelve a ser su chofer.
Al ingresar a Laguanacazul, un restaurante de grandes ventanales con vista a la costa de la ría, Kirchner saludó con un cálido abrazo a su médico personal, Luis Buonomo, quien casualmente había elegido el mismo lugar para comer con su pareja y otro matrimonio. La mesa que iban a ocupar en el fondo del local Kirchner, la senadora Cristina Fernández de Kirchner y Ulloa estaba tendida para cuatro personas. Pocos minutos más tarde llegó Máximo Kirchner, el hijo mayor del matrimonio. Ocupó la silla vacía junto a Ulloa y se ubicó de frente a su madre.
El encuentro, que tuvo lugar el domingo 20 de agosto, en la víspera de un feriado, es elocuente del trato que Ulloa recibe entre los Kirchner: es uno más de la familia. Integra un círculo al que no ingresa ni el médico personal del Presidente. En Santa Cruz, cuida sus negocios y custodia a Máximo, que a su vez es el encargado de administrar las propiedades de Néstor y Cristina Kirchner. Pero también viaja con frecuencia a la ciudad de Buenos Aires, porque es uno de los principales referentes de la agrupación “Compromiso K” para la reelección. Dirigentes nacionales de primer nivel le conceden entrevistas sin hacer preguntas: recibe el trato de un enviado personalísimo del Presidente.
En Río Gallegos, las oficinas donde funciona el pequeño imperio de Ulloa se ubican a escasos metros de la nueva vivienda particular del matrimonio Kirchner, un amplio chalet con techos de teja. Cinco flamantes camionetas estacionadas en la puerta de los estudios de FM El Carmen dan cuenta del éxito económico de su dueño. Además del logo de la radio, los vehículos llevan las marcas de El Periódico (un diario gratuito que se publica de lunes a domingo) y de dos canales de televisión por cable que producen localmente algunos segmentos informativos (Canal 2 y Canal 10). Son las naves insignia del principal conglomerado de medios de Santa Cruz, que incluye a la productora El Cielo; son las marcas de Ulloa. El grupo arrancó con un emprendimiento comunitario y creció al compás de la evolución
Los radicales santacruceños siempre sospecharon que, gracias a su estrecha relación con Kirchner, Ulloa se había transformado en un receptor privilegiado de publicidad oficial. No encontraban otra explicación al veloz crecimiento empresarial de Ulloa en una provincia con menos de 200 mil habitantes (una población comparable a la de Ituzaingó, uno de los municipios menos poblados del conurbano bonaerense); es decir, sin muchos posibles consumidores para ofrecer al sector privado. Pero nunca habían podido acceder a la información detallada sobre la distribución de la pauta oficial, nacional y provincial, para mostrar el panorama que se revela a continuación.
Durante el primer semestre del 2006, los medios que son propiedad de Ulloa y de su esposa Jessica Uliarte percibieron de la gobernación de la provincia de Santa Cruz 615.448 pesos; en el mismo período, la secretaría de Medios de la Nación, dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros, contrató publicidad con el grupo del hombre de confianza del Presidente por 366.741 pesos. Tan sólo de estas dos fuentes, que no son las únicas a las que factura, Ulloa recibió entre enero y julio 982.189 pesos; prácticamente un millón de pesos en un semestre.
La primera cifra surgió de sumar cada una de las órdenes de pago que figuran a nombre de las empresas de Ulloa y señora en la contabilidad interna -y de acceso restringido- del Ministerio de Economía y Obras Públicas de Santa Cruz. El número de la pauta nacional se obtuvo de las planillas que el jefe de gabinete, Alberto Fernández, entregó a Poder Ciudadano por un pedido de acceso a la información pública. Para comprender la dimensión del respaldo que Ulloa recibe a través de la publicidad oficial, resulta necesario conocer el valor de las tarifas del grupo. La pregunta sería, con un millón de pesos, ¿cuánta publicidad se puede comprar en los medios de Ulloa durante un semestre?
Con fecha 28 de agosto del 2006, un promotor entregó en un negocio de Río Gallegos un tarifario según el cual el segundo más caro de televisión, de horario nocturno y con IVA incluido, cuesta un peso. Pero los clientes que contratan por todo el mes pueden acceder a importantes descuentos. Por ejemplo, a una promoción de cuatro salidas diarias (dos de día, dos de noche) en Canal 10 a un costo de $ 363 con IVA incluido al mes. Con el dinero del Estado, si fuera a parar todo a un mismo medio (aunque en la realidad se divide en varios) podrían comprar 1.837 salidas diarias en Canal 10; o 42 páginas por día en El Periódico (la tarifa por un aviso diario de 2 columnas por 15 centímetros es de $ 550 al mes) Además, tendría que quedar espacio libre para otras dependencias oficiales que también contratan con el grupo y que no fueron contempladas en la cifra antes citada de un millón de pesos, dado que los datos del reparto discriminado por medio aún permanecen inaccesibles. Los medios de Ulloa en Santa Cruz reciben un monto significativo de la pauta de la Legislatura santacruceña, que en el año 2005 gastó un millón y medio de pesos en la difusión de sus actos.
Los legisladores radicales estiman que, como mínimo, un tercio de ese monto fue a parar al grupo Ulloa, dada la estrecha conexión entre unos y otros. Miguel Ángel Carmona, el director de Prensa de la Legislatura, es al mismo tiempo una de las principales firmas de El Periódico y co-conductor de un programa político de Canal 2 que, sugestivamente, fue bautizado “El Ojo del Amo”. Llegó a figurar como director del periódico de Ulloa, pero su nombre desapareció del staff cuando el legislador de la UCR Omar Hallar planteó que Carmona no debía estar a ambos lados del mostrador. Un cálculo austero indicaría que, con este último agregado, si Ulloa mantiene el mismo ritmo en la segunda etapa del año, su recaudación para el 2006 en publicidad proveniente de la jefatura de gabinete nacional, de la gobernación y de la Legislatura de Santa Cruz, no debería bajar de los dos millones y medio de pesos.
El Carmen, una de las zonas más pobres de la ciudad, que se encuentra en las cercanías del aeropuerto, se ubica en el comienzo de todo. Tras la muerte de su marido, la mamá de Ulloa siguió la huella de muchos compatriotas chilenos y emigró a Río Gallegos, atraída por la perspectiva del acceso gratuito a la salud y la educación. La familia se asentó en El Carmen, barrio de casas humildes que se levantan sobre calles de tierra y van cubriendo descampados. A mediados de los ‘70, Rudy consiguió empleo como chofer y cadete en el estudio Kirchner, por entonces un joven abogado que había escapado de la convulsionada ciudad de La Plata con la ambición de acumular fortuna mientras la dictadura le impedía dedicarse a la política.
Con el regreso de la democracia, Ulloa armó para su jefe una unidad básica, llamada Muchachos Peronistas; movilizó a los chilenos (que al obtener la residencia permanente ya quedaban habilitados para votar en elecciones comunales) cuando Kirchner disputó con éxito la intendencia de Río Gallegos; y montó un centro comunitario para repartir planes sociales. El centro comunitario El Carmen, un gran edificio verde que ocupa una esquina sobre la calle San José Obrero, aún funciona junto a la escuela y la sala de primeros auxilios del barrio. Alberga una biblioteca popular y un jardín de infantes, que según versiones no confirmadas estaría a cargo de una hermana de Ulloa. Del techo sobresalen dos grandes antenas, vestigios del primer medio que fundó Ulloa: una radio comunitaria que pegó el salto a la frecuencia modulada durante el segundo mandato de Kirchner como gobernador. El 1 de agosto de 1997, el diario La Opinión Austral publicó la foto de la ceremonia de entrega de la licencia. La imagen marcaba un salto significativo en las funciones de Ulloa en el entorno del gobernador: a la experiencia ganada en la movilización para los actos, le sumaba tareas vinculadas con la propaganda.
El Periódico suele desplegar una gran foto de Néstor o de Cristina Kirchner en la portada, con frecuencia acompañada por un título laudatorio si trata de un anuncio oficial. “Inquilinos creen que el plan de créditos es espectacular”, dijo desde la portada sobre el plan para facilitar la compra de departamentos que aún no termina de tomar forma. Las primeras páginas no están dedicadas a cuestiones de Santa Cruz, sino a temas nacionales. Las notas críticas van dirigidas a la oposición o a personajes del oficialismo que caen en desgracia, como le acaba de suceder al ex vicegobernador santacruceño, Eduardo Arnold, y las editoriales son leídas como mensajes políticos del Presidente: días antes de que se conociera la sorpresiva renuncia de Sergio Acevedo a la gobernación, en marzo de este año, El Periódico ya había empezado a cuestionar aspectos de su gestión. A lo largo del 2005, Acevedo había pautado en los medios de Ulloa por un monto total de 459.336 pesos: es evidente que el recambio, que encumbró a Carlos Sancho, un hombre del su mismo círculo, lo benefició notoriamente, pues superó esa cifra en menos de un semestre.
El diario de Ulloa, además de ser gratuito, se distribuye en toda la provincia, una cobertura de importancia estratégica para el kirchnerismo. Como Río Gallegos es una ciudad de inclinación radical (su actual intendente pertenece a la UCR), para triunfar en elecciones, el peronismo necesita votos de otras localidades, en especial Caleta Olivia, la segunda más poblada. La gobernación de la provincia invierte 85 mil pesos mensuales en el canal de cable de Caleta Olivia, donde la oposición no tiene espacio para expresar sus ideas, según afirmó el diputado nacional Juan Acuña Kunz. La pauta es igualmente generosa con Rafael Gardoqui, el propietario de una radio de cumbia (Radio Box) que viaja por toda la provincia a bordo de una camioneta con el logo “Kirchner 2007”. Los preparativos para las elecciones presidenciales del año próximo llevaron a Ulloa a dar el siguiente salto: traspasó junto al dirigente de Compromiso K, Carlos Long, las fronteras de Santa Cruz, el pago chico, con el lanzamiento de una revista mensual llamada Actitud ciudadana, que se consigue en los kioscos de Buenos Aires.
Ulloa fue uno de los organizadores de los primeros encuentros de Kirchner con dirigentes radicales seducidos por el poder y su trabajo político a nivel nacional le abrió nuevas puertas para obtener publicidad. Entre los avisadores de sus medios ahora se encuentran organismos del Estado, nacional y provincial, que no pautan a través de la jefatura de gabinete, sino que cuentan con un presupuesto propio (como la Lotería y la Secretaría de Turismo de la Nación); y también, instituciones privadas que cultivan buena relación con el Gobierno (como el Banco de Santa Cruz).
La suerte política de Kirchner siempre ha sido relevante para Ulloa: en el 2003, el año de estreno K en la Presidencia, su grupo facturó apenas 29.500 pesos a la secretaría de Medios de la Nación; en el 2004 mejoró con 215 mil pesos; en el 2005 prácticamente duplicó la marca anterior; y a juzgar por el primer semestre, el 2006 promete ser aún mejor.