Hay zonas de Buenos Aires en las que se produce una gran concentración de celebrities. Ya sea por modas, tradición o exclusividad. Palermo es el gran elegido de personajes artísticos-jóvenes-promesas. San Telmo convoca a los más arty con aires de bohemia. Barrio Parque esconde entre sus calles zigzagueantes mansiones de los grandes consagrados. Las Cañitas a los salidores, que quieren tener a mano bares y restós. Puerto Madero: el barrio del futuro. Sus pisos fenomenales que no esconden ni un ápice el status de quien lo habita, convierten al lugar en vivienda de empresarios, especímenes “new rich” y estrellas del deporte en ascenso.
“Hace 50 años las figuras nacionales elegían la zona de Barrio Norte. Luego, pasaron a las torres de Belgrano y casas en el barrio de River. Hoy los que más allá de una vivienda apropiada, buscan identificarse con un barrio, siguen las tendencias diseñadas por los estrategas inmobiliarios que conocen muy bien la relación entre imagen pública, estilo de vida y negocio de bienes raíces”, señala Miguel Pato, director regional de Ernst & Young Real Estate Group en América Latina. Y agrega: “Así es como para la ciudad los elegidos son los Palermos en todas sus versiones, sobre todo por los más jóvenes que persiguen tendencias. San Telmo para los que están un paso más allá y las torres de moda para los que quieren destacarse”.
Lo más vip. Una diva que se precie no puede menos que vivir en el llamado “Beverly Hills” nacional. Por eso, Barrio Parque tiene de residentes a Mirtha Legrand y Susana Giménez. Sólo sofisticación en su máxima pureza se respira por estas calles impolutas, silenciosas, en las que se encuentran las suntuosas casas de los personajes más top del país: Eduardo Costantini, Mariano Grondona, Marcela Tinayre, Evangelina Bomparola, Francisco Macri y su ex Flavia Palmiero (en una casa comprada por el empresario), Carlos Bianchi, Teresa Calandra y Cristiano Rattazzi, entre muchos otros.
Estos consagrados ocupan semi-palacetes señoriales con charme. Ningún ejemplar de esta colección de petit hoteles (de dos o tres plantas) tiene un precio menor al medio millón de dólares y trepan a precios máximos que parecen no tener techo (han llegado a superar los tres millones de dólares).
Mansiones a la francesa que arrancan en los 500 m2, cuentan con fondo verde (aunque no demasiado generoso), pileta y ambientes con el máximo lujo. “Los valores de Barrio Parque son similares a otras zonas ‘premium’, como ciertos sectores de Recoleta, Belgrano R y Retiro. Pero lo que no se puede comparar es lo heterogéneo de la oferta: aquí todas las casas son para exigentes”, señala Pato, quien se encarga de asesorar a inversores y financiastas en la planificación de proyectos inmobiliarios.
Pero no sólo hay mansiones: sobre Figueroa Alcorta está permitida la construcción de torres. Como la Grand Bourg, propiedad de Costantini, que fue vendida de forma explosiva, completamente, antes siquiera de empezar la obra. Según parece, había una demanda insatisfecha que se quedó con las ganas de vivir en una residencia de la zona y aceptó la escala pequeña. “Son pisos de 700 m2 que no desentonan, son neo-clásicos. Y marcaron un récord: se vendió un departamento a 5.000 dólares el metro cuadrado”, advierte Armando Pepe, fundador de la Cámara Inmobiliaria Argentina.
Por Barrio Parque sólo se respira sofisticación. No braman colectivos y nunca se verá un puesto de diarios desvencijado. “Es un lugar altamente exclusivo, la superficie es reducida y no puede extenderse. Realmente resulta para unos pocos. Por eso, viven sobre todo familias muy tradicionales y acaudaladas -precisa Alejandra Covello, presidenta de Covello Propiedades, que trabaja en la zona-. Es como si fuese un barrio cerrado, porque está custodiado y lo rodea el parque. Todas sus características lo convierten en un lugar de elite”.
Ninguno de los vecinos de la zona es un don nadie. Y, como en Beverly Hills, no se ve un alma por las veredas. Todos circulan con sus autos Audi, BMW o 4×4 con vidrios polarizados. Incluso, algunos hasta tienen coches blindados. Pero estas calles de pura discreción vivieron su momento bochinchero en 2002, cuando Diego Maradona se despachó con una casa en la zona, a la que llegaba con su camión Scania. “Volvía loco a todos los vecinos que respiraron tranquilos cuando se fue”, comenta Pepe.
Zona trendy. Tanto en sus variantes Soho y Hollywood, Palermo muestra la mayor cantidad de famosos-modernos-jóvenes por metro cuadrado. De esos que se visten con remeras floreadas y pantalones cuadrillé y mezclan gafas gigantes de la Tía Coca con zapatillas futuristas. Pasean como cualquier vecino por esas veredas donde son plaga los restó con platos “de autor” y los bares de todos los colores y estilos.
Si bien en los Palermos más que el chusmerío circula el diseño, cada tanto es escenario de escandaletes. Fue frente a la puerta de una casa blanca que montaron guardia día y noche los paparazzi para seguir de cerca el ocaso de la extensa convivencia entre Facundo Arana e Isabel Macedo. Sus veredas también convocan a fotógrafos cuando Natalia Oreiro o Paola Krum hacen sendas fiestas de cumpleaños en sus caserones. Pero ni hablar de cómo convocó a los flashes el barrio cuando cayó la hollywoodense (verídica) Natalie Portman a visitar a su amigovio Gael García Bernal, quien alquilaba un caserón palermitano.
Como se ve, toda la zona destila glamour. Aunque, no es lo mismo Soho que Hollywood. El Palermo que reúne a productoras de cine, televisión y publicidad mantiene una impronta barrial que se mezcla con la avanzada creativa. Del continuo ir y venir de las estrellas -ahí viven también Claribel Medina, Inés Estévez, Fabián Vena, Gabriel “El Puma” Goity y Ricardo Darín, entre otros-, hizo que los precios se dispararan. “Algunos le ponen valores de Hollywood -bromea Pepe-. El problema es que no viven en Los Ángeles, sino en Buenos Aires. Pero Palermo es así, tiene graves problemas de personalidad”.
En la zona Soho todo es cool y con diseño. “Es un barrio con marca propia. Atrae a los artistas porque tiene bares exclusivos, gastronomía sofisticada, cultura, galerías de arte y una movida única, con teatros y shows under. Y todo funciona hasta las 5 de la mañana. Generar situaciones de arte aquí es fácil”, detalla Covello, quien trabaja con viviendas de la zona.
Lo cierto es que está de moda vivir en Palermo, tanto de uno como de otro lado de Juan B. Justo. Y los personajes de la farándula que compran por acá prefieren las casonas de puertas antiguas, frentes modestos, pero que por dentro están ultrarrecicladas. Todas tienen área para el relax: jardín y terraza, con la consabida parrilla. Suelen arrancar en los U$S 180.000, pero es raro que superen los U$S 250.000. “Cuando pasan ese rango, ya se compran un departamento, porque significa que buscan categoría. El chiste de las casas de la zona es que tienen potencial para crear”, destaca Covello.
De cara al río. Las mujeres más bellas y bronceadas, los jóvenes de pelo bien cortado y ropa de marca están en Puerto Madero. Algunos maduritos recién separados y, los menos, jóvenes dandys, sin compromiso. Radiografía de la vecindad de una zona con edificios de proporciones exactas en el corazón de la ciudad.
Vista al río, a hoteles cinco estrellas, a grandes barcos. ¿Cómo no iban a tentarse los ricos & famosos con semejante mix? Por eso, aquí se instalaron muchos de los que hicieron fortuna en el mundo del deporte, como Rodrigo Palacio y el Bambino Veira. Además, compraron sus regios pisos unos cuantos personajes del espectáculo, entre quienes se cuentan Jessica Cirio, Marcelo Polino y Guillermo Cóppola Suelen elegir departamentos de tres ambientes, cerca de los 100 metros cuadrados, en pisos altos (hay hasta de 45) con vista al río y más allá. Son súper exclusivos, sin pasillos, dentro de complejos con parques extensos, canchas de tenis, de fútbol y piletas.
“Encuentran seguridad. Y tiene cada vez más ocio y diversión. Es un lugar muy prolijo, muy moderno”, sintetiza Rodrigo Fernández Prieto, arquitecto y presidente de Intelligent, empresa comercializadora de propiedades en Puerto Madero.
No tan en auge como el resto de las zonas nombradas, Las Cañitas también congrega algunas celebrities vernáculas. La eligen por la cercanía a los bares y restaurantes fashion Martín Seefeld, Alejandro Fiore, Nicole Neumann y Sebastián Ortega.
Vintage. Aires europeos se respiran por San Telmo. Calles empedradas, casco antiguo (dato: por el código de edificación no se puede construir edificios altos en la zona) y cierta atmósfera bohemia-arty. Por todo, el barrio se postula como un potencial Soho similar a los de Londres y Nueva York.
“Es un elegido por su magia. Atrae el reciclaje de la vieja arquitectura, su aspecto histórico y por proximidad a vías de acceso. Pronto, va a crecer enormemente. De acá a cinco años el metro cuadrado que hoy ronda los 1.500 dólares va a dispararse a los 2.500 dólares. Y como es polo turístico, cada vez está más seguro”, observa el arquitecto Fernández Prieto.
Compraron casas con varios años encima, con techos de hasta 5 metros de altura y pisos de parqué crujientes varios famosos como Soledad Silveyra, Rita Cortese, la pareja Boy Olmi-Carola Reyna y Ronnie Arias. El conductor, acaba de volver de España y se instaló en la zona más vintage de Buenos Aires que conjuga aura trendy y localización estratégica: “Estoy cerca de todos lados. Y da la sensación, al salir a caminar, que uno está en contacto con todo el mundo. Lo que no me convence tanto es su costado hippie. Pero me encanta que no sea una burbuja, que se unan aquí todos los grupos sociales”, admite Ronnie.
Ya se sabe: las modas llegan a todas partes. Hasta el mercado inmobiliario tiene sus propias tendencias. Lo que se viene, señalan muchos expertos, es Barracas. ¿Llegará el glamour a esta zona de fábricas? Nada es imposible.