La transformación del Mercosur en un centro de operaciones del autocalificado “eje progresista” latinoamericano, ha significado una seria postergación para sus fines integracionistas. A partir del “ingreso”, con estatutos forzados, de Venezuela, hay un antes y un despues para la asociacion aduanera. Hoy el Mercosur como tal no funciona y solo sirve de amplificador – con mas sonoridad, “neutralidad” y credibilidad que el Foro de San Pablo-del discurso antiimperialista y muy en particular del discurso de Hugo Chávez.
Tambien el Mercosur es campo de batalla – y ya la primera vícitima- de la guerra por el liderazgo sudamericano entre Brasil y Venezuela. La falta de estatura y proyección en el campo internacional del presidente argentino Néstor Kirchner, ha dejado fuera de esta competencia a su país. Es más, fue el propio Kirchner quien ambientó e impulsó el ingreso venezolano con el propósito de mellar el poder e influencia de los brasileños.
Y el enfrentamiento quedó planteado. Comenzó en forma sorda y subterránea, pero empieza a hacer ruidos y a asomar la cabeza.
Pocas horas después de la cumbre de presidentes del Mercosur realizada a mediados de enero en Rio de Janeiro, el presidente Luiz Inacio Lula Da Silva, públicamente advirtió que la forma correcta de crecer es ” manteniendo y ampliando las libertades y los derechos democráticos”. Esto se interpretó como una forma de marcar diferencias y a la vez como mensaje para el venezolano. Segun el respetado diario ” O Estado de Sao Paulo”, durante el desarrollo de la cumbre Lula , personalmente, hizo una recomendación en ese sentido a su colega de Venezuela.
El politólogo y excanciller brasileño Celso Lafer fue mas directo y, refiriéndose a la nueva realidad del Mercosur, afirmó que a Chávez lo que le interesa es una América del Sur conflictiva en la que él pueda aumentar su influencia y aislar a Brasil. Para Lafer, que no ahorró críticas sobre las limitaciones a la libertad de expresión y al regimen de reeleccion permanente en Venezuela, los fines del Mercosur han sido desvirtuados.
Con cierta imprudencia tambien el exresponsable de Comercio Exterior de los EEUU, Robert Zoellick, se ha referido a esta ” pulseada” manifestando que a él le gustaría que la voz mayor de América Latina fuera la de Lula y no la de Chávez.
En tanto, y por supuestso sin ninguna prudencia, Chávez arremete y no respeta límites. Se siente seguro y ganador. Hace unos días en Rio de Janeiro criticó a ” O Globo” uno de los principales diarios brasileños y les llamo a sus periodistas ” oligarcas” y ” enemigos del pueblo brasileño”. Fue su respuesta a un editorial del diario en que le califican de “caudillo autoritario” protagonista de un “show de demagogia bolivariana” , que toma medidas, como la decision de cerrar Radio Caracas Televisión – que el diario califica de “repugnante”- que son pruebas concretas de la “expansion del totalitarismo” en Venezuela.
En presidente Lula jamás habla en esos términos de la prensa de su paìs, y no porque no lo castiguen o lo vigilen. A los brasileños no les gusta este tipo de incursiones en su territorio. “Chavez se mete demasiado” fue el comentario de un diplomático brasileño asignado al Mercosur. Lula – observó- tene una segunda chance con dos objetivos: el crecimiento economico (Brasil fue el que menos creció en AL. – 2,8 % del PBI en el 2006-), y recobrar el liderazgo perdido ( que traducido implica frenar a Chávez).
La guerra recien empieza, pero ya no es tan silenciosa y seguramente las apuestas van subir.
.