Le basta con entornar los ojos y ladear la cabeza para recrear la mirada de incontables protagonistas de novelas con los que sedujo allá por los `90. Con idéntico desparpajo, Ivo Cutzarida regala poses y perfiles a la cámara. Sonríe y deleita a los turistas que circulan por el hotel Moreno, divertidos con el despliegue de histrionismo. “Hacer de malo también tiene su cuota de gracia y cinismo”, apunta él, que compuso a Soriano en “Malparida”, la exitosa tira de El Trece.
Noticias: ¿Cómo le sentó el cambio de rumbo, tras muchos años de galán?
Ivo Cutzarida: Bien, porque le encontré una vuelta distinta al personaje. Traté de aplicarle cosas mías, inventándole razones para su forma de ser, y tuvo un crecimiento muy importante. Ahora reemplazo a Alejandro Awada en “El Anatomista”, la obra de Muscari, y es otro personaje con matices muy distintos al del galán.
Noticias: ¿Cómo lleva este personaje del siglo XVII?
Cutzarida: Es muy interesante. Mateo Colón descubre el órgano sexual que hace a las mujeres tan distintas de los hombres. Un descubrimiento brillante, porque logra que la mujer deje de estar definida por ellos. Y aunque la obra se sitúe en el siglo XVII es sumamente moderna; aún hoy al hombre le cuesta captar el complejo universo femenino. Te diría que recién a partir de los 40 te empezás a dar cuenta cómo se debe tratar a una mujer… Si ella tarda en entenderse, ¡imaginate nosotros! (ríe)
Noticias: ¿Cómo reacciona la gente al verlo después de 13 años fuera del país?
Cutzarida: ¡Es como si nunca me hubiera ido! Me reconocen en la calle, recuerdan mis trabajos… En teatro es todavía más tangible la reacción del público. No reniego de la tevé, porque te da una popularidad imposible de lograr de otro modo, pero tiene 80 años de historia y el teatro 3.000, y es el lugar donde se nota en serio si pertenecés a la raza de actores o no.
Para Cutzarida, la actuación no fue siempre el camino certero. Antes fue un estudiante de Derecho que militaba en la agrupación Franja Morada (“Apoyábamos a Alfonsín y el resurgimiento de la democracia”) y trabajaba ad honorem en Tribunales. “Quería ser juez en lo criminal, pero me di cuenta de que los únicos que iban presos eran los ladrones de gallinas”, evoca. Desencantado con la Justicia y el sistema, cayó en el taller de teatro de Lito Cruz. Y a los pocos meses tenía su primer papel en la novela “Sin marido”. Después llegaron “Socorro 5to año”, “Una voz en el teléfono” y “Celeste, siempre Celeste”. A mediados de los `90, Ivo ya era una figura reconocida.
Noticias: ¿Cuál fue el detonante para irse a Los Ángeles?
Cutzarida: Me fui a ver a mi hermano, que estaba enfermo de cáncer y finalmente murió. Pero decidí quedarme, sentía que ese desafío me iba a hacer crecer mucho, porque ni siquiera sabía inglés…
Noticias: ¿Con quién se fue?
Cutzarida: Con mi mujer y mi hijo Nicolae, pero ellos se volvieron cuando mi mujer y yo nos separamos. Pensé en volver con ellos, pero soy un tipo que no puede dejar una batalla inconclusa. Al tiempo mi hijo volvió conmigo. Pero yo sabía que era un ciclo y algún día iba a volver a la Argentina.
Noticias: ¿Con qué ofertas de trabajo se encontró allá?
Cutzarida: Fue difícil, pero siempre me gustó eso de que allá todos pasan por audiciones. Si uno gusta, tiene una oportunidad. Nadie me consiguió nada, fue como subir el Everest en alpargatas, pero si bien el idioma me cortó muchas posibilidades, usé mucho el cuerpo. Y aunque me dieron muchos roles secundarios, aprendés el valor de cada pequeña escena. Ahora a mi hijo le toca estar con la madre, tiene 17 años, empieza la universidad… Ya era tiempo de volver. Por suerte, enseguida Suar me llamó para “Malparida”.
Noticias: ¿Cómo encontró el país a su vuelta?
Cutzarida: Veo cosas muy buenas y otras no tanto. Me gusta que la democracia sea algo instalado, que ya no hay que defender. Creo que Kirchner tuvo un momento de lucidez cuando se desenganchó de la política americana y las finanzas del Fondo Monetario. Veo mucha obra pública. Sin embargo, tanto la inflación como la inseguridad son dos papas calientes que no se pueden sostener más. No puede ser que la gente tenga como laburo salir a chorear. Creo que al que está dispuesto a matar hay que apartarlo de la sociedad. ¿Qué estamos esperando? La mejor educación que le podés dar a un chico es saber que la Justicia existe, y que si matás, fuiste.
Noticias: ¿Y cómo encontró el mundo de la cultura?
Cutzarida: Creo que eso nunca se perdió. La Argentina siempre tuvo un sello, y es un orgullo poder ser parte de eso.
Noticias: También abundan los personajes mediáticos.
Cutzarida: Sí, cuando llegué ni conocía la palabra “mediático”. Para mí Tinelli hacía un programa con sketchs, fútbol… Pero la gente puede cambiar de canal. Yo siempre me mantuve al margen de ese mundo, me gustan cosas como el boxeo, los amigos, los libros… De hecho, yo era muy amigo de Monzón y en Los Ángeles tuve la suerte de estar en el gimnasio de Amilcar Brusa, uno de los más grandes entrenadores.
Noticias: ¿Ahora sigue entrenando?
Cutzarida: Sí, pero me puse a hacer jiu jitsu, una técnica de combate más nueva. Es mi terapia: voy, me mato un poco y salgo bien mansito. También me gusta cocinar, y estoy contento porque a mi hijo en el colegio le están haciendo leer libros muy buenos y los analizamos juntos.
Noticias: ¿Qué hay en el ítem amor?
Cutzarida: Estoy tranquilo (sonríe).
Noticias: ¿Podría decirse que vino para quedarse?
Cutzarida: Sí, me parece que sí. Me están tratando muy bien.