Zulemita Menem está furiosa. La Justicia acaba de embargarle dos camionetas Toyota Hilux 4×4 con asientos de cuero y un Toyota Corolla, que suman 330.000 pesos. La orden recayó sobre Núñez Autos, la concesionaria que tiene la hija del ex presidente Carlos Menem sobre la avenida Libertador, y es consecuencia de una causa por supuesto maltrato laboral contra una ex empleada, la bibliotecaria Ana Soberón. Zulemita estalló de ira cuando se enteró de la medida: “Estuvo gritando todo el día, insultaba a todo el mundo y decía que estaba dispuesta a hacer cualquier cosa antes que entregar las camionetas”, cuenta un testigo de la furia.
Soberón, la denunciante, trabajó hasta el 2005 en diferentes negocios y proyectos del clan Menem, y le inició juicio a Zulemita por los malos tratos que asegura haber sufrido por parte de ella. Según denunció en NOTICIAS en agosto del 2007, la hija de Menem la habría tenido trabajando en negro, le bajó el sueldo y la hostigaba con gritos y frases hirientes. “Me decía que yo era un buñuelo”, se desahoga ahora Soberón.
Paso en falso. El embargo se decidió luego de que la hija del ex presidente Carlos Menem se declarara “en rebeldía” y se hizo para que la demandante en caso de ganar el juicio se asegure el cobro de una compensación. Para avanzar en el expediente, la jueza Mirta González Burbridge la había citado a un interrogatorio, pero faltó. Zulemita intentó justificar su ausencia con un certificado médico que no cumplía con los requisitos legales. “Para que sea válido debe figurar dónde fue atendida la paciente, algo que no se aclaraba en el certificado que adjuntó”, aseguró Ricardo Flores, el abogado de Soberón.
Cuando Zulemita se enteró de que iban por sus camionetas, ofreció cambiarlas por bonos que tiene en una cuenta del Banco Galicia. Pero el canje se frustró por un detalle: Zulemita no supo aclarar de qué bonos se trataba, ni cuál era el monto que estaba dispuesta a ofrecer.
Luego del embargo, el histórico abogado de los Menem, Pedro Baldi, renunció a la defensa, y ahora lo reemplaza el letrado de Marcelo Tinelli, Osvaldo Pereira, quien prefirió no hacer comentarios ante la consulta de NOTICIAS. Ya sin sus camionetas, Zulemita sigue con la rutina de siempre: las mañanas las pasa en el gimnasio Megatlon del barrio porteño de Belgrano y a la tarde suele visitar la peluquería de Gino Lozano.
Su hermanastro Carlitos Nair también anda con problemas. Luego de chocar con su Porsche en la avenida General Paz, los conserjes del Hotel Presidente –propiedad del empresario menemista Aldo Elías– le pidieron que dejara la habitación que ocupaba en el 5º piso. ¿La excusa? Las interminables fiestas que el muchacho organizaba en su suite, y que terminaban a altas horas de la madrugada con todos los invitados bajando mareados por los ascensores.