En la redacción de Clarín, la plana mayor no quiere que los cronistas rasos miren “6, 7, 8”, el panfleto televisivo del canal estatal que se dedica a castigar a los opositores y a los medios críticos, y que protagoniza Orlando Barone, un ex periodista del diario. La explicación que dan los jefes es enternecedora: “Cuando miran eso, los nuestros se hacen mala sangre”. En la semana que pasó, una de las más difíciles para el imperio mediático de Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble, los periodistas de Clarín como de costumbre desoyeron el ruego y siguieron el programa del 7.
Los sorprendió escuchar la voz de Ricardo Kirschbaum, el editor general del diario, en el audio del reportaje radial que horas antes le había realizado Jorge Rial. Los panelistas de “6, 7, 8” se regodeaban con las respuestas de Kirschbaum, los periodistas de Clarín las sufrían. “¿Es cierto que en el diario no hay una comisión interna desde hace diez años?”, preguntó Rial, y el entrevistado lo confirmó. “¿Y le parece bien?”, fue la repregunta. “No”, dijo Kirschbaum, y se lo oía incómodo. La misma sensación se apoderó de los periodistas que estaban viendo el programa.