En el jardín de un hotel de Recoleta quedó encerrado un pajarito. La escritora madrileña interrumpe la charla y se levanta con rapidez para abrirle las puertas y dejarlo salir.
Rosa Montero vino a Buenos Aires a presentar en la Feria del Libro su última novela, “Lágrimas de lluvia”. “Cuando terminé ‘Instrucciones para salvar el mundo’ calculé que cuando terminara mi próxima novela tendría cerca de 60 años. Pensé en regalarme un mundo literario para poder visitar cuando quiera. Como me encanta la ciencia ficción y la novela negra, decidí escribir un mundo de ciencia ficción que tenga como protagonista a un detective. Y ahí apareció Bruna Husky, como salida de la nada. ¿De dónde salió? Pues sin duda de mi obsesión con la muerte”, dice Montero a NOTICIAS. Rosa Montero habla de la muerte llena de vitalidad.
El final de la vida está muy presente en su última obra, quizá por influencia del fallecimiento de su marido en el 2009. “Se escribe para sobrevivir al dolor”, piensa Montero.
Noticias: ¿Cómo fue que decidió volver a la ciencia ficción, género en el que había incursionado con su novela “Temblor”?
Rosa Montero: Es un género que me encanta porque te permite hacer volar la imaginación. Tenía miedo porque en España no hay ninguna tradición de ciencia ficción pero la verdad es que le está yendo fenomenal. Incluso amigos míos que han leído todos mis libros me dicen que es el que más les gusta.
Noticias: ¿Por qué ciencia ficción para contar algo tan humano como la muerte?
Montero: Para mí es un género, no habla de nada esotérico, ni lejano, ni de marcianitos de orejas verdes. La ciencia ficción no se utiliza para evadir la realidad sino para profundizar en ella. Es una herramienta que te permite hacer unas metáforas muy grandes y unos símbolos universales para hablar de la condición humana. “Lágrimas de lluvia” que sucede en Madrid en el año 2109, para mí habla del hoy, el de ahora y de siempre. De una manera paradójica, esta es una de mis novelas más realistas. Porque la tragedia de los androides que tienen una vida muy limitada y saben cuándo van a morir simboliza la condición humana, esa cosa efímera que es la vida.
Noticias: ¿Cómo ve las relaciones de la literatura al interior del mundo hispanohablante?
Montero: Hasta hace muy poco, aquí no se leía nada de España, en España no se leía nada de Latinoamérica. Aquí no se leía nada de México, en México no se leía nada de aquí. Pero desde hace diez años, con la globalización y el trabajo de las editoriales, está habiendo una permeabilidad cultural cada vez mayor en todos los países de lengua española. Nos leemos más entre todos y de una manera mucho más natural que cuando fue el boom latinoamericano. En el boom había grandes escritores, pero fue un fenómeno muy comercial que cultivaba el exotismo y cuando acabó eso, volvieron todos a como era antes. Ahora es muy normal que escritores latinoamericanos y montones de argentinos ganen premios en España.
Noticias: ¿Qué autores argentinos interesan en España?
Montero: Andrés Neuman, Pablo de Santis y Claudia Piñeiro son algunos escritores buenísimos que son muy conocidos en España. Guillermo Martínez vende mucho y es muy conocido también. Hay mucha presencia de escritores argentinos en España. Es más normalizado, no es una cosa exótica ni responde a un fenómeno, es pura literatura.
Noticias: ¿Qué piensa de la Feria del libro de Buenos Aires?
Montero: Es una feria muy vital y muy agotadora (risas). Hay muchos actos pero está muy bien, me gusta mucho. He venido como mínimo tres veces.
Noticias: ¿Qué opina sobre la polémica que se produjo en torno a la charla de Mario Vargas Llosa?
Montero: Me pareció absurda. Está perfecto discrepar de Vargas Llosa y puedes opinar, responderle, no comprarle los libros, mandar una carta al periódico y decir que estás en contra de lo que dice ese señor. Pero que una persona con un cargo oficial tan importante como el director de la Biblioteca Nacional quiera cortar el espacio me parece que no es digno de la altura intelectual de este país. Menos mal que Cristina (Fernández) lo paró. Fue una metedura de pata.
Noticias: ¿Qué se perdió con la muerte de Ernesto Sabato?
Montero: Era uno de los grandes. Sus libros, especialmente “Sobre héroes y tumbas”, leídos cuando yo era muy joven, fueron parte de mi formación literaria.
Noticias: Usted dice que las novelas son sueños diurnos, ¿le ha pasado de dejar de soñarlos?
Montero: Después de publicar “Te trataré como una reina”, empecé una novela y llevaba más de 100 páginas escritas cuando dejé de creérmela y la tiré. Dejó de tener sentido para mí escribirla. Y ahí estuve como tres años sin escribir ficción. Se me secaron las imágenes y era como no sentir la vida. Mis amigos me decían: “Ya se pasará”. Pero tú la pasas como la mierda y piensas que nunca más podrás escribir. Y de repente empiezan a moverse ideas y empecé a tomar notas, escribí un par de cuentos y después una novela.
Noticias: ¿Cómo hace para mantenerse ajena a las presiones del mercado editorial?
Montero: Lo intento. A medida que vas escribiendo, si quieres madurar como escritor, tienes que ser más libre. Más libre de tus propios miedos, de tus propias expectativas, del deber ser interno, del deseo de tus padres. Y tienes que ser libre de esa presión del mercado y es muy difícil porque es clamorosa la presión de tener que vender más de lo que has vendido antes porque si vendes menos es un fracaso. Es agotador combatirlo pero si no lo haces te mueres como escritor.
Noticias: ¿Cómo se combate?
Montero: Es una labor de lavado de cerebro propio. Tú piensas en escribir ciencia ficción y sale un duendecito que te dice que ciencia ficción no se lee y tú lo combates no escuchándolo y diciendo ‘me importa un carajo’. Es como un ejercicio zen, intentar mantenerse aislado de todo eso que es tan falso y tan ruidoso. Incluso mi madre me llama para avisarme que bajé una posición en la lista de autores más vendidos. Porque vivimos en ese mundo de valores aparentes, pero en realidad eso no tiene nada que ver con la literatura ni con lo que la literatura hace por ti que es tu vida. Si te entregas a eso, que es muy fácil, mata lo real. Si haces el libro que crees que los otros quieren ver, vas a hacer una mierda.