Lo que Eduardo Duhalde piensa, Mauricio Macri lo ejecuta. Tienen una relación tan cercana como Chasman y Chirolita, aquella famosa dupla de un muñeco parlanchín y un ventrílocuo. El ex presidente se transformó en el principal impulsor de la estrategia política del PRO y hace gala de su fama de titiritero. La última muestra fue la conferencia de prensa que el jefe de Gobierno porteño brindó el martes 12 en la Fundación Pensar para invitar a los referentes opositores a sentarse en una misma mesa para debatir una agenda común de seis puntos programáticos. El pedido de Macri encaja justo con los intereses de Duhalde, quien desde hace tiempo viene hablando de llegar a las elecciones con un candidato único y fuerte que cuente con todo el apoyo de los partidos opositores al kirchnerismo.
La movida de Macri fue bien recibida por Duhalde: tras la conferencia dio su apoyo a la iniciativa PRO. También contó con el respaldo del diputado Felipe Solá y del vicepresidente y ya ex candidato presidencial, Julio Cobos. El alfonsinismo, la Coalición Cívica y el GEN de Margarita Stolbitzer se opusieron a sentarse con Macri.
Contactos. La relación entre el macrismo y el duhaldismo es fluida y cada vez más constante. Uno de los que suele llevar y traer información de ambos bandos es el ex jefe de la SIDE duhaldista, Miguel Ángel Toma, que funciona como articulador.
El primo de Mauricio, Jorge Macri, también aporta. Tiene una excelente relación con Graciela Camaño, la diputada y esposa del sindicalista Luis Barrionuevo, que trabaja activamente para el ex presidente. Otra figura clave es el ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, quien fue uno de los primeros en impulsar un acuerdo del macrismo con el duhaldismo y se encargó de tender varios canales de diálogo. El legislador porteño PRO, Cristian Ritondo, responde a Toma y no niega sus vínculos con el ex presidente: fue su viceministro del Interior.
Macri obedece las sugerencias de Duhalde y se porta como su mejor aprendiz. Un verdadero chirolita PRO.