Una cabeza de loza con las regiones del cerebro marcadas en color y un microscopio Hachette como el que usaba Pasteur (“Un ídolo de mi adolescencia, por eso lo ví en San Telmo y me dije: esto no tiene precio”) presiden el escritorio, al lado de un avioncito azul. Insólito para un cardiólogo, pero lógico para un piloto comercial. En la biblioteca se intercalan maquetas de aviones que Daniel López Rosetti voló y objetos traídos de sus viaje a Katmandú, Nepal, Israel, Turquía, Isla de Pascua, Egipto: “Una civilización de avanzada, en el templo de Kom Ombo hay jeroglíficos de instrumental médico quirúrgico, y hablamos de 5000 años atrás”, cuenta sin perder el tono didáctico que delata al docente, y antes de referirse a una estadística demoledora: nuestro país tiene la mayor tasa de enfermedad cardíaca del mundo, 250 argentinos de cada 100.000 padecen enfermedades cardiovasculares, contra 150 en los Estados Unidos y 205 en Brasil.
Noticias: ¿Vivir en la Argentina es devastador?
Daniel López Rosetti: Hay más patología cardiovascular que en los Estados Unidos, que se asocia con el estrés de las grandes ciudades, las “rush hours”, pero tiene muchos pueblos rurales; aquí la mayor parte de la población se concentra en las ciudades y el nivel de estrés psicosocial está causando estragos. El Interheart, un estudio a nivel mundial, demostró que el 40% de los infartos agudo de miocardio, enfermedad coronaria y angina de pecho no están relacionados con los factores de riesgo clásicos (hipertensión, diabetes, colesterol alto, etc) sino con el estrés, la depresión, la ira, la ansiedad.
Noticias: Emociones negativas, de defensa.
López Rosetti: Y su mal manejo genera patologías, hoy sabemos que ciertas emociones evolucionadas como la vergüenza, el ataque al orgullo, no pocas veces figuran en la historia previa de un infarto. Cuando se modifica lo psicológico se modifica lo neurológico, lo endocrinológico y lo inmunológico. Cuerpo y mente están fuertemente unidos: en el curso de pensamientos negativos las células se interconectan de otro modo, por la plasticidad neuronal.
Noticias: ¿“Poner el cuerpo” a las crisis del país se paga con enfermedad?
López Rosetti: Y antes se paga con infelicidad. La emoción negativa, los pensamientos y el sufrimiento orgánico interactúan en los endotelios, la parte interna de los vasos sanguíneos, y producen fenómenos inflamatorios. No somos seres racionales con emociones, sino seres emocionales que razonan.
Noticias: El conflicto campo-gobierno provocó mucha angustia y sensación de agujero negro. ¿La incertidumbre es el máximo estresor?
López Rosetti: Redford Williams, de la Universidad de Duke, California, describió una tríada comportamental: temor, duda e incertidumbre. Hubo un aumento claro de la tasa de consultas en los ’90, cuando se fusionaban empresas y se perdían trabajos; en el 2001, y en la actualidad, cuyas consecuencias veremos más adelante. Cuando pregunto a los pacientes: ¿cuándo cree que comenzó su trastorno actual?, confirman que el inicio de muchas patologías fue el 2001-2002, hasta hubo muertes.
Noticias: En el conflicto del campo se tenía la impresión de estar viendo una película cuyo final se conocía, ¿esa “memoria del abismo” puede llevar a la profesía autocumplida, a generar otro abismo?
López Rosetti: No podría hacer un análisis sociológico tan fino, pero un estrés importante, como el que acarrean estas crisis, queda en la memoria. ¿Qué es el estrés post traumático?: una circunstancia estresora sumamente intensa, como un accidente de tránsito, se graba en el hipocampo y después ante la explosión del caño de escape la persona empieza a transpirar, tiene taquicardia: es el miedo que perdura y se vive como un hecho real.
Noticias: Las roscas políticas, los corruptos de siempre, el ejercicio inmoderado del poder, ¿son factores de estres extra?
López Rosetti: Todo lo que uno no gobierna es estresor. Si controlo mi vida y mi situación el nivel de estrés es bajo, y viceversa. Cuando el no control es socialmente extendido, el nivel de estrés aumenta. La enfermedad coronaria como producto del estrés es transversal para toda la sociedad, pero no la sufre más el alto ejecutivo sino el hombre con trabajos indiferenciados, menos contenido, el desocupado, porque el estrés es una relación entre la amenaza y la capacidad de resistirla. Cuando me recibí un joven o una mujer internados por infarto eran una rareza, hoy un 40% son muy jóvenes y al menos cuatro camas son de mujeres. Eso habla del estrés extendido, la enfermedad del apuro y de cómo la emancipación de la mujer complejizó su mundo.
Noticias: ¿Se salva alguien de la degradación social?
López Rosetti: No, es parecido a una guerra, se acaban las seguridades. El estrés es un fenómeno individual, no importa lo que sucede sino lo que uno cree que sucede: la palabra clave es la percepción. Está el desocupado que maneja bien el estrés, y el ocupado con alto nivel de calificación y un nivel de estrés muy alto.
Noticias: ¿La descomposición del tejido social se debe a las crisis económicas o tiene su origen en la dictadura, con el avasallamiento de libertades y valores?
López Rosetti: Y mucho más atrás, esa desestructuración tiene que ver con la pirámide de Maslow: abajo hay necesidades básicas que merecen ser saciadas (seguridad, comida, una casa) pero en la superior está lo que hace a la libertad, la trascendencia. El ataque a la libertad es gravísimo, en términos de necesidad.
Noticias: Lo que soportamos y no expresamos, el esfuerzo por adaptarnos a fin de no perder el trabajo, por ejemplo, ¿es un camino directo al estrés?
López Rosetti: Hay un estrés agudo y otro crónico, pero también es un fenómeno acumulativo. Vivimos en un mundo social, hay que estar inserto en las reglas, y romperlas con violencia como en el mito popular de “descárguese, manifieste su ira, diga todo lo que le salga”, es un error, termina en una desadaptación con el entorno. La ira es una emoción negativa directamente relacionada con el aumento del infarto: la placa de ateroma se rompe. Los perros no tienen ira, no tienen infarto. Es sugestivo, el que se infarta por emociones es el hombre. Un golpe amoroso duele en el cerebro en el mismo lugar que un golpe de un martillo. Emocionalmente, el dolor mata.
Noticias: Si auscultara a los argentinos en masa, ¿cuál sería su diagnóstico?
López Rosetti: El corazón argentino hoy tiene taquicardia, está acelerado, estresado, con colesterol alto, yo lo medicaría (ríe). Se ve en la calle, desde la angustia de la inseguridad, hasta la cotidiana de llenar el changuito.
Noticias: ¿Cómo contrarrestar las emociones negativas?
López Rosetti: Uno no debería hacerle caso al médico para vivir más, sino para vivir mejor, ser feliz. Amén de la actividad aeróbica, la relajación, lo que ya sabemos, la frontera final es el manejo filosófico: una red vincular de amigos, saber decir que no –el comprimido más antiestrés que conozco, limita la sobrecarga interna y externa–, tener un sano egoísmo y un proyecto. Hay que hacer un esfuerzo para ser feliz, hacerle caso al médico interior.
López Rosetti camina tres veces por semana y es tan calmo que parece inmunizado contra la ira. Admira a Leonardo Da Vinci,y en su libro “El cerebro de Leonardo” plantea que la genialidad y la multidimensionalidad de este gran creador radicaba en un mayor desarrollo de las funciones de ambos hemisferios cerebrales. “Hay distintos tipos de inteligencia: musical, espacial, cinética, matemática, y la emocional. Leonardo era bastardo, homosexual, zurdo para escribir, y lejos de jugarle en contra, establecía buenas relaciones interpersonales. Manejaba todas las inteligencias posibles y su genialidad era la sumatoria de las potencialidades del hombre y de la mujer. Estudió el vuelo de los pájaros, perfomances de aerodinámica, hizo música, recetas de cocina e instrumentos de guerra, imaginó el helicóptero 500 años antes y pintó la Gioconda”.
Noticias: Era un sobreocupado, como usted. ¿Cómo hace para atender el consultorio, dar clases, estar en los medios, escribir e investigar?
López Rosetti: Hago mucho, pero lo disfruto. Soy docente en la Universidad Maimónides, en la Asociación Médica Argentina, coordino el gabinete de psicoestrés del Hospital Central de San Isidro y presido la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés, pero no importa el peso de la mochila si se lleva bien. Tengo una columna de salud en Radio Mitre, otra en Canal 7 con Mex Urtizberea, estoy en “La salud del nuevo milenio” por Magazine, con Jorge Gezzi y empecé en “Telefé Noticias”. Es como hablarle a muchos pacientes al mismo tiempo.
Noticias: ¿Piloteó un avión hasta Malvinas para combatir el estrés o en busca de adrenalina?
López Rosetti: Volar es una pasión. Fui en el 2003, en un bimotor Beechcraft Baron. Ver Puerto Argentino, el cementerio, los galpones de esquila donde estaban los prisioneros de guerra fue una emoción muy fuerte. Y aeronáuticamente, volar dos horas y algo sobre el mar es un tema.
Noticias: ¿Por qué eligió Cardiología, donde la muerte es una posibilidad más presente que en otras especialidades?
López Rosetti: En Fisiología lo que más me gustó fue el corazón, es fascinante, un área crítica. Soy especialista en Medicina interna, hice el postgrado en Pediatría, pero me dediqué al estrés porque lo viví con intensidad: hasta el fallecimiento de mi papá manejé la situación, pero terminé con una enfermedad pulmonar. Cambié mis prioridades, mis convicciones, mi escala de valores. Mi padre tuvo un infarto, supongo que no hice Cardiología por eso…
Noticias: ¿Supone?
López Rosetti: Supongo…, pudo haber influido. Un día, siendo estudiante, mi mamá me preguntó algo y con la soberbia del que tiene 9 o 10 puntos de promedio respondí con palabras difíciles. Me escuchó con atención y me dijo: “Dani si hablás así nunca vas a curar a nadie”. Ese día me enseñó Medicina. Hoy mi mamá tiene Alzheimer, así que me sigue enseñando que le hable cada vez más fácil