Que el primero en recibirnos en el estudio de grabación de Litto Nebbia sea un gato, es una imagen demasiado obvia para los rastreadores de simbolismos. Pero así es: Regina, de pelaje blanco y negro, y que en rigor es gata, camina lánguida entre varios instrumentos hasta enroscarse en las piernas del músico que, casi a la par del saludo, aclara: “Entre mi hija y yo tenemos catorce gatos, son como personas: van al oculista, mi hija sabe el signo de cada uno, es una especie de delirio familiar. Hasta yo tengo nombre de gato, me llamo Félix”.
Pasaron más de 40 años desde que Félix “Litto” Nebbia se vino de Rosario como un “Gato Salvaje”-así se llamaba su primer conjunto-, con la idea de tocar algo totalmente diferente “porque si no, no tenía sentido venir a Buenos Aires”. Y otros tantos desde que “Los Gatos” dejaron de ser salvajes para convertirse en los pioneros del rock nacional, cuando cantar en castellano, escribir las propias letras y llevar el pelo largo era la marca de una generación que empezaba a rebelarse a través de la música. Y varios años, también, desde que Nebbia dejó de ser un “Gato” para explorar las posibilidades del rock más allá del rock y se animó -como quedó registrado en el documental “Hasta que se ponga el sol” (1972)-, a sumar, por ejemplo, al percusionista folclórico Domingo Cura en sus presentaciones y desmarcarse de los clichés de aquellos tiempos.
Pero la historia musical de Nebbia -que lleva grabados cien discos propios y más de trescientos como invitado, y que sigue componiendo y tocando con su grupo “La Luz”- comienza en la prehistoria del rock, cuando con 8 años cantaba en alguna de las tres radios de Rosario, al igual que sus padres. “Tenía un programa de radio en el que tocaba con amigos de mis viejos, que eran músicos. Éramos muy pobres, vivíamos en una pieza sin baño. A veces la contrataban a mi vieja, que cantaba canción melódica y se acompañaba con el piano, a veces a mi viejo, que cantaba boleros, y otras a mí, que cantaba internacional acompañado por una banda jazzera. Así que había semanas en las que yo mantenía a mis viejos, ¡con 8 años!”, recuerda.
Noticias: ¿Y te gustaba cantar a esa edad?
Litto Nebbia: Sí, pero tenía un problema: antes de salir me ponía a llorar. Me emocionaba y decía que tenía que sentir lo que cantaba y ‘bua bua bua’. Pero una vez que agarraba el primer tema, no me bajaban más.
Noticias: ¿Tenías condiciones naturales o fue por imposición familiar?
Nebbia: Tenía una condición bárbara y por suerte en mi casa de lo único que se hablaba era de música y cine, no sabíamos ni quién era el presidente.
Noticias: Debías ser el bicho raro del colegio.
Nebbia: Me decían ‘el loco Nebbia’, imaginate; yo debo haber sido el primer tipo que se dejó el pelo largo a los 14 años, me gritaban cualquier cosa, era como estar en Vietnam. Además, escuchaba otras cosas que los chicos de mi edad: Jobim, João Gilberto, Miles Davis… que es lo mismo que escucho ahora, que tengo 58. Parecía un científico para mi edad. Y eso influyó en la música que hicimos después con “Los Gatos”.
Noticias: ¿Cómo llegaste a La Cueva, la cuna under del rock nacional?
Nebbia: En realidad era un boliche al que íbamos a trabajar de diez de la noche a cuatro de la mañana sin parar, y ahí yo reemplazaba a un bajista. Un día me pidieron que consiguiera más reemplazos y llevé a Ciro, Moro, Toth y Kay (“Los Gatos”). Al final quedamos fijos todos los días. Igual era complicado: el lugar tenía pulgas, malos equipos, la policía nos llevaba presos noche por medio para joder al boliche.
Noticias: ¿Cuántas veces estuviste preso?
Nebbia: En un mes llegaron a llevarme veinte veces. Te largaban a las veinte horas y a los dos días te volvían a llevar. Una vez salí, crucé una cuadra y me levantó otro patrullero… pero te llevaban sólo porque pensaban que eras un vago, todavía no era ni por política ni por drogas… Al final la Cueva cerró y eso coincidió con la salida del simple de “La balsa”. .
Noticias: ¿No te hartaste de escuchar tantas versiones de “La balsa”?
Nebbia: Uy, hay como cien versiones, en alemán, tipo rumba flamenca, cumbia… pero no hay una versión bien tocada, en serio, pasa lo mismo con “Muchacha…” de Almendra, he escuchado que la cantan como Sinatra, nooooo, un horror. Yo creo que, modestia aparte, nuestra versión de “La balsa” es impecable.
Noticias: ¿Cuándo decidiste abandonar el mundillo del rock?
Nebbia: No decidí abandonar, es que cuando empecé a vislumbrar que el rock se volvía un business sentí que yo no estaba para eso y empecé a juntarme con otros músicos de tango, de folclore, de jazz, con los que me sentía más cómodo. Pero eso no implica no tocar más rock. Lo que pasa es que a mí no me interesa el estado al que ha llegado el rock, con todos saltando como si fuera algo deportivo. Y no digo que todo tiempo pasado sea mejor: hay cosas buenas en el mundo, pero no son las que se ven en los medios de comunicación, porque creció más el negocio que la música.
Noticias: Alguna vez dijiste que hoy Los Beatles no podrían grabar…
Nebbia: Y sí, porque un pibe de 25 años lo agarraría a Lennon y le diría: ‘Esos tonos son raros, no los pongas’. Es que a pesar de que se avanzó en la tecnología, hay tanta necesidad de negocio que muchos se volvieron timadores.
Noticias: Sin embargo, hay una revalorización del rock fundacional.
Nebbia: Porque lo otro que pasa es de un aburrimiento kafkiano.
Noticias: ¿Te interesa lo que hace Kirchner, lo de llevar músicos a la Casa Rosada?
Nebbia: Yo creo que todo lo que signifique dar un indicio de música, está bueno. Hubo una época en la que pensaba que los políticos eran sordos, que no escuchaban música. Y, de pronto, desacartonar un montón de situaciones sirve, especialmente si te ponés a pensar que antes me metían preso y ahora me nombran Ciudadano Ilustre de Buenos Aires. Alguien se equivocó, antes o ahora.
Noticias: ¿Alguna vez pensaste tu música como herramienta política?
Nebbia: No, y menos como herramienta partidaria, no creo en eso. Nunca escribo sobre un tema puntual. Creo que la música y el arte sirven para hacer pensar al que escucha, y de esa manera está más cerca de la revolución Stravinsky que una canción sobre la huelga de los panaderos, porque eso ya lo cuenta el periódico.
Noticias: ¿Creaste tu propia productora, Melopea, para poder ser independiente?
Nebbia: Sí, de eso se trata. Me costó: cuando empecé escuché a un idiota que dijo que el sello me lo había pagado Menem. Hay inflación de la palabra: cualquiera puede decir cualquier cosa. Pero Melopea tiene 17 años, con un catálogo con títulos de Piazzolla, de Yupanqui, de Hermeto Pascoal, que no se hicieron con fondos de nadie si no de mi dinero, no soy testaferro de nadie.
Noticias: ¿Cómo hiciste para grabar cien discos?
Nebbia: La música es lo único que hago desde que nací.
Noticias: ¿Podés vivir de los derechos de autor?
Nebbia: No, y eso que tengo grabadas mil cien canciones.