La voz penetrante de Leonardo Sbaraglia cantando “Somewhere over the rainbow” resuena a lo largo y a lo ancho del hotel boutique de San Telmo, entre un disparo y otro del flash. “Se viene la comedia musical”, dice entre risas, y cuenta que está estudiando para lograr ese objetivo en dos años. Mientras tanto, en “Las viudas de los jueves” se roba la película –es Ronnie, un sarcástico y realista habitante de un country en la Argentina previa al estallido del 2001–. Y encara un duelo actoral cada noche en la obra teatral “Contrapunto”, nada menos que con Pepe Soriano.
“El personaje de Ronnie es como el coro griego, el tipo que dice la verdad y no sabe mentir. La dice todo el tiempo, con humor, como si fuera un personaje de comedia”, explica Sbaraglia sobre la película que dirigió Marcelo Pineyro, ambientada entre el ’99 y el 2001, poco antes de que explote el país. “Es un momento ‘menemista’, hay un sistema de pensamiento muy generalizado, sobre todo en una clase social. Eso está bien representado por el Tano (Pablo Echarri), que luchó por escalar, ascendió y es el símbolo del capitalismo puro, que siempre encuentra una manera de reproducirse, de un modo original y sórdido. En contraposición, Ronnie disfruta de los privilegios del country, esa vida elitista y cegada al mundo exterior, pero tiene más contacto con la realidad, le interesa, lee. Se quedó sin trabajo hace 4 años y lo mantiene su mujer (Gabriela Toscano), es un tipo con formación pero quedó fuera del sistema”.
Sbaraglia tuvo la oportunidad de ser el galán de moda, el protagonista de una seguidilla de telenovelas, el depositario de los alaridos de las mujeres y, por qué no, el chico de tapa con algún romance escandaloso. Pero no. Nada de esto ocurrió, porque tras debutar en “La noche de los lápices” y actuar en la serie “Clave de sol”, decidió tomar otro camino: el cine y el bajo perfil. De la mano de Marcelo Piñeyro protagonizó “Caballos salvajes”, “Cenizas del paraíso” y “Plata quemada”. Y en el ´99 se fue a España (“Acá la opción era trabajar en televisión o nada. Hacía una película cada dos años. Después de irme empezó a desarrollarse el ‘nuevo cine argentino’”). La paternidad, y algunos compromisos laborales, lo hicieron volver y fue elegido nuevamente por Piñeyro.
Noticias: ¿Cómo fue trabajar a sus órdenes, diez años después?
Leonardo Sbaraglia: Fue muy lindo, en cada película me propuso un nuevo desafío como actor, y en “Las viudas de los jueves” me ofreció un personaje que yo no estaba muy acostumbrado a hacer, con este tono más liviano, de comedia, pero no por eso falto de complejidad y profundidad.
Noticias: Es de los actores que eligen cuidadosamente sus trabajos, ¿qué le atrajo de este en particular?
Sbaraglia: El libro en el cual se basó la película funciona como una metáfora de gran parte del pensamiento más sórdido y terrible de muchos argentinos, se ve esa cosa muy elitista, un poco facha, un poco racista. Y está bueno ponernos en ese espejo, para poder pensar sobre muchas cosas.
Noticias: ¿En España filmó mucho? ¿Veremos un Sbaraglia distinto?
Sbaraglia: Sí, hice 15 películas en España, que me han gustado mucho y no pudieron ver acá. Y como dice un amigo, “la experiencia no se muestra sino que se usa”, entonces algo de lo que soy ahora por supuesto tiene que ver con lo que hice en España.
Noticias: ¿Por qué encaró el regreso cuando estaba arraigándose?
Sbaraglia: Las decisiones nunca son lineales, siempre son complejas, y tampoco le cierro la puerta a todo lo que construí o generé en España. Pasa que cuando uno es padre, piensa mucho otras cosas. Y esta es una etapa en la que quiero volcarme más acá, sobre todo por el crecimiento de mi hija Julia. Aquí es donde mejor la pasamos y más contenidos estamos.
España no sólo le dio trabajo, sino que lo adoptó como uno de sus actores predilectos, al punto que recibió el premio Goya. Intervino en “Salvador”, “Concursante”, “El Rey de la montaña” y “Carmen”, entre otras películas, y lamenta que los argentinos no hayan podido verlas. “Son filmes que irían muy bien acá. Me da bronca y pena, pero pude pensar el asunto desde otro lugar: en este mercado aún a las películas argentinas es difícil que les vayan bien, la distribución está muy complicada, de modo que una película española, sobre un tema español, con actores y directores españoles, donde solamente hay un actor argentino, no es garantía de nada. Comprarla es caro y promocionarla también. Entendí que no era una cuestión personal.
Noticias: Leí que cada vez que venía al país lo encontraba peor, ¿qué le sucedió en el último viaje?
Sbaraglia: Ahora me pasó medio lo contrario. Cuando yo me fui en 1999 era un momento mucho peor de la Argentina, a nivel laboral todo era muy complicado. Desde entonces se evolucionó mucho en varios asuntos. El país se puso en un lugar más interesante a nivel derechos humanos, el tipo de pensamiento social se afirmó. Lo que uno percibe es que el país está realmente dividido, pero es la misma división que tuvo toda la vida. Es ingenuo pensar que es muy diferente de hace 20 o 30 años.
Noticias: ¿Y a nivel cultural?
Sbaraglia: El mundo de la cultura está muy preocupado con las medidas que se están tomando en la ciudad. En el Teatro San Martín a los actores no se les paga hace meses, se decidió no renovar los contratos, no generar más espectáculos hasta fin de año. Al teatro Colón se lo ha vaciado y se ha despedido cualquier cantidad de gente. Es preocupante.
Noticias: ¿Qué opinión tiene del actual gobierno?
Sbaraglia: Yo soy un tipo que cree en un gobierno que les da bola a los derechos humanos, a los asuntos sociales, y este lo hace. No estoy ni con el gobierno ni en contra, pero uno apoya medidas concretas. Hay un proyecto ideológico que se opone bastante a otro y eso se vio en las últimas elecciones.
Noticias: ¿El extraño incremento del patrimonio de los K no es contradictorio con esa ideología?
Sbaraglia: Sí, puede haber paradojas, asuntos más complicados. Yo no soy político ni sé tanto de política, pero por supuesto me interesa porque es una obligación no sólo como individuo, sino como elemento expresivo. Uno no puede estar en una burbuja, pero siento que estoy metiendo la cabeza como para que me la corten, por la línea de NOTICIAS…
Noticias: Tiene la libertad de opinar lo que crea y sienta.
Sbaraglia: Sí, ya sé. Siento que es un momento muy delicado, y lo que más le podría reprochar al gobierno son asuntos de estrategia o haber subestimado al contrario.
Noticias: Durante la crisis del 2001 usted estaba en España, ahora está acá y España atraviesa una crisis seria. ¿Desde afuera estas épocas se ven distintas de lo que se viven?
Sbaraglia: En general, los corresponsales o la gente que escribe para el diario español El País, supuestamente el más progresista, está más alineada a un tipo de pensamiento, entonces cada medio escribe lo que políticamente le conviene. España tiene muchos intereses con la Argentina, toda la información está mediada por eso. La información que llega a España desde la Argentina hace pensar como si el país se estuviera hundiendo. Y está mucho mejor que nunca en muchos asuntos.
Noticias: ¿No reconoce ninguna crisis en el país, ni política, ni social, ni económica?
Sbaraglia: Por supuesto que es un momento delicado, pero lo que uno más reconoce es que hay un proyecto que uno apoya más allá de las contradicciones. Y uno lo apoya por asuntos muy concretos e ideológicos.
Noticias: ¿Le interesaría hacer política? ¿Se lo ofrecieron?
Sbaraglia: No, no creo, ni me lo ofrecieron. Uno tiene responsabilidades y más que ser político, está bueno tener una mirada humanitaria. Yo hablo de cuestiones humanas, ni políticas ni partidarias, sino cosas concretas.
Noticias: ¿Confía en la capacidad de recuperación de España, en esta crisis que le está pegando fuerte?
Sbaraglia: Estuve en mayo y sí, es fuerte. No están acostumbrados, nosotros nos hemos caído muchas veces. Conocemos la lucha social, el modo de arreglárnosla, de estar siempre construyendo. La economía española tenía una inyección de dinero muy grande desde hace mucho, se frenó y no se habla de otras cosas que de la crisis. Se ha despedido a muchísima gente. Hay más de 4 millones de personas en el paro. Es muy delicado, no sé si tanto en el plano real como en el psicológico. La gente se ha asustado y eso influye.
Noticias: Arrastran un drama extra: la situación de los inmigrantes.
Sbaraglia: Es muy dramática la cantidad de gente que se muere en las pateras. Cada país se ha ido transformando, como si fueran empresas. Si en África la gente se está muriendo de hambre, uno tiene la responsabilidad moral de recibir a esas personas. Con la política del castigo, el encierro y la muerte estamos fritos. Eso se incentiva con cultura, siendo gente más culta y humana.
Noticias: ¿Ser padre le cambió la cabeza, lo sensibilizó con los temas sociales?
Sbaraglia: Convertirte en padre te cambia todo, pero fundamentalmente te da una mirada sobre la vida mucho más real, porque ves en un ser concreto lo importante que es el afecto, la atención, el amor, la formación de su identidad. Y te das cuenta de la verdad de la milanesa en muchas cosas, les quitás importancia a algunos asuntos. Por otro lado, ¡no tengo ganas de hacer nada! (ríe). A duras penas trabajo y estoy con ella.
Noticias: ¿Es un padre posesivo?
Sbaraglia: Soy un padre presente, no soy miedoso. Trato de no perderme estos momentos de Julia, porque son fugaces. Uno siente que cada día es eterno y de una intensidad brutal (ríe), ¡sobre todo cuando estás todo el día con ella! El hijo lo pone a uno en una situación donde se generan las condiciones más importantes para poder ser mejor persona.
Noticias: ¿Qué le gustaría que Julia dijera de su padre?
Sbaraglia: No me gustaría que dijera “papá malo”, ¡eso seguro! (ríe). Me gustaría que pueda tener la cabeza libre y no tenga miedo de hacer, de arrojarse. Lo mejor que uno puede desearle a un hijo es que sea feliz y que no tenga rollos, pero ya estamos hablando de un ser perfecto. Todos estamos llenos de rollos, pero por lo menos que no herede los problemas y miedos de uno.
Noticias: Que no tenga que hablar de usted en terapia.
Sbaraglia: (ríe).¡Claro! Espero que no.