Por suerte, al Airbus 340 que la Presidenta le alquiló a Aerolíneas Argentinas para su flamante gira internacional, no le falta capacidad de carga. Para vestirse a tono con su necesidad de entre 3 y 5 cambios diarios de ropa, Cristina Fernández de Kirchner (55) paseó medio centenar de equipos completos (y monocromáticos de pies a cabeza) entre el otoño en Washington y el sopor del norte africano.
Como desde sus tiempos de Primera Dama, el vestidor de Cristina integra modelos autóctonos de Susana Ortiz –su diseñadora fetiche– con prendas de Tramando, la marca de alta gama de Martín Churba, algo de Marcelo Senra, de Ménage à Trois, abrigos de cuero de Cardón y Gloria López Sauqué y un surtido de accesorios con sello Vuitton, Hermès y Bulgari, que no teme en combinar con zapatos de lo más convencional del premium nativo: sus adorados taco aguja con punta afilada de Claude Benard y Ricky Sarkany.
Lo que logró cargar en el avión para este puñado de días (hubo que hacerles lugar también a las valijas de su hija Florencia, de perfil bajísimo, y una amiga, apenas detectadas en último plano por algún fotógrafo) es sólo una muestra del placard 2008 de la Jefa de Estado, cuyo presupuesto supera el millón de pesos (ver infografía) y ocupa en superficie –unos 95 m2–, el equivalente a un cómodo departamento de cuatro ambientes.