La presencia de Gastón Pauls en la Casa de Gobierno no tenía nada que ver con el homenaje a Evita. “Estoy preocupado, vine a pedir apoyo”, le confesó por lo bajo el actor a un ex funcionario, mientras sonaban aplausos a su alrededor. Fue el lunes 26. El Gobierno conmemoraba 58 años de la muerte de Eva Perón y Pauls llegaba al acto al borde del colapso emocional y financiero. Su productora Rosstoc acumulaba una deuda de $ 4.479.497 y él buscaba desesperado un salvataje económico que le permitiera eludir la quiebra. “Le pedí ayuda a alguien del Gobierno, pero todavía no tuve respuesta”, explicó sentado en la primera fila, antes de que Cristina Fernández comenzara su discurso. Diez días antes de que finalmente tuviera que cerrar su productora Rosstock, su expectativa no era descabellada: ya había estado en otros ocho actos oficiales y eso le alcanzaba para considerarse uno de los suyos. Si él había puesto su carisma al servicio del modelo K, ¿cómo podían dejarlo solo?
La farándula K participa en campañas, ocupa lugares de privilegio en los actos políticos, aplaude los anuncios más rimbombantes, critica a los opositores y se saca fotos con Néstor y Cristina. Ante los micrófonos, los actores defienden la gestión con una palabra tomada del diccionario kirchnerista y coinciden al hablar de “modelo”.