Cristóbal Manuel López ni se inmutó cuando Cristina Fernández juró como Presidenta el 10 de diciembre pasado. Para el empresario patagónico, la fecha clave fue cinco días antes, cuando su amigo Néstor Kirchner le prorrogó por 15 años, mediante decreto, la concesión de las máquinas tragamonedas del Hipódromo Argentino de Palermo, un negocio que ronda los 4.000 millones de pesos anuales y en el que López se hizo fuerte con su empresa insignia, Casino Club, durante la gestión del ex presidente.
Días atrás, los medios reflejaron la escandalosa prórroga en la concesión que, antes de que Kirchner estampara la firma, tenía como plazo de finalización el 2017, y ante la cual el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, ni siquiera atinó a protestar, a pesar de que las leyes jueguen a su favor. Ahora NOTICIAS tuvo acceso por primera vez al anexo del polémico decreto 1851, en el cual Lotería Nacional impulsa con la instalación de más máquinas tragamonedas a favor de Cristóbal López con argumentos que rozan lo humorístico, y hasta utiliza términos como el de “Buenos Hombres de Negocios”.
¿Qué dice el insólito documento que “obliga” a ganar más plata a este empresario patagónico ligado estrechamente a Kirchner?
Bonus. “Los directores o administradores deben ajustarse su conducta a una premisa que consideramos oportuno hacer nuestra, esto es la necesidad de conducirnos como ‘Buenos Hombres de Negocios’”, dice, casi en tono jocoso, el anexo que el Gobierno decidió no publicar junto al decreto de principios de diciembre, tan sólo cinco días antes que Kirchner le traspasara el mando a su esposa. No conformes con lo burdo del término, también comparan al concesionario –es decir, a López– con la fórmula “Buen Padre de Familia”. Cristóbal parece ostentar méritos: está casado con una prima hermana del ex gobernador santacruceño Sergio Acevedo y tiene un hijo.
En ese documento de cincuenta carillas, desconocido hasta ahora, el directorio de Lotería Nacional analiza la concesión y la situación de las salas de juegos del hipódromo y aconseja con indulgentes argumentos a favor de las tragamonedas del empresario, la instalación de 1.500 máquinas más a las 3.000 ya existentes, con una inversión de más de 38 millones de pesos. No sólo Kirchner le prorrogó la concesión durante diez años, con opción a cinco más, sino que “intima a la concesionaria” a incrementar la oferta lúdica. Es decir, “obligan” a uno de los empresarios favoritos de Kirchner a ganar más dinero, como si no estuviera en sus intenciones.
¿La explicación oficial de esa exigencia? “La explotación existente en el predio del Hipódromo Argentino de Palermo en apariencia no resulta óptima, dado que existe una creciente demanda insatisfecha, lo que trae aparejado una pérdida de recursos para el Estado Nacional y para los sectores de más escasos recursos, que resultan ser los destinatarios finales de la ayuda social”.
Entre quienes firman el anexo, aparecen el presidente de Lotería, Roberto Armando López –que responde a Néstor Kirchner y a su ex chofer reconvertido en millonario, Rudy Ulloa Igor– y Andrés Cimadevilla, vicepresidente de Lotería y conocido de Cristóbal López cuando los negocios del hombre fuerte del azar comenzaban a prosperar en todo el país.
Además, según lo que escriben los cerebros del Gobierno en ese documento, el futuro de la economía argentina podría tornarse incierto. Así lo plasman en esta frase: “Este es el momento en que deben aprovecharse las condiciones de comercialización existentes, por cuanto mañana el panorama podría ser distinto”. En el mundo K, cualquier justificación sirve para engrosar los bolsillos de empresarios amigos y el afán por acrecentar los ingresos de Cristóbal López dispara las más desopilantes excusas.
Todo tiene una explicación. Según el mismo documento, las máquinas electrónicas de Palermo representan 54% de los ingresos que recibe Lotería Nacional, y 40% que percibe el Ministerio de Desarrollo Social que comanda Alicia Kirchner, la cuñada de la Presidenta. A fin de cuentas, todos ganan y los favores son recíprocos en el kirchnerismo.
Nada de azar. Cristóbal pasó su infancia en Comodoro Rivadavia, Chubut, y según dijo tiempo atrás a NOTICIAS, empezó vendiendo pollos a los 18 años, cuando murió su padre. Tras aquel pasado humilde en la forrajería de la familia, López hizo buenas migas con lo más influyente de la política provincial. Quienes conocen su meteórico ascenso, aseguran que su relación con Armando “Bombón” Mercado –el polémico ex marido de Alicia Kirchner– fue lo que más influyó en la expansión de los negocios del empresario patagónico, y no sólo en el rubro del juego.
Además de la concesión de las máquinas tragamonedas de Palermo, de controlar 14 casinos en todo el país y de poseer la mitad del negocio de los jugosos y hoy conflictivos casinos flotantes de Puerto Madero junto a la española CIRSA (ver recuadro), López maneja una empresa de recolección de residuos en Chubut –que por estos días renegocia sus contratos de concesión– y administra la firma Olivares del Sol SA, dedicada al cultivo de oleaginosas, además de la ya conocida petrolera Oil M&S;, una de las más beneficiadas en Santa Cruz.
Kirchner dejó el poder oficial el 10 de diciembre, pero cinco días antes le hizo un inestimable favor a su amigo Cristóbal. Durará hasta el 2032.