Es una paradoja más, de esas que abundan en el universo del kirchnerismo. Felisa Miceli, la ex ministra de Economía que fue procesada el pasado martes 13 por el escandaloso hallazgo de una bolsa repleta de dinero en el baño del ministerio que comandaba, es la encargada de manejar y controlar las finanzas de las Madres de Plaza de Mayo. Aunque desde que asumió tiene su propia pelea interna: la ex funcionaria se lleva a las patadas con el abogado de la organización, Sergio Schoklender.
Lo paradójico es que quien la echó del Gobierno cuando estalló el escándalo de la bolsa fue el propio Néstor Kirchner, el mismo que le pidió a Hebe de Bonafini que la contratara para poner algo de orden en las cuentas de las Madres. Todo un símbolo del estilo K.
Paradoja y recelos. Miceli y Bonafini fortalecieron su relación durante el paso de la ex ministra por el Banco Nación, entre el 2003 y el 2005. Dos años más tarde, en noviembre del 2007, Miceli comenzó su tarea como coordinadora general de las Madres. Su desembarco fue cuatro meses después de que el ex presidente Kirchner la echara de su gobierno cuando el hallazgo de una bolsa con 100.000 pesos y 31.670 dólares ya era imposible de explicar. En ese momento, empezaron los recelos con Schoklender, conocido por su desprolijidad con los números. La llegada de Miceli tenía un objetivo claro: ordenar las finanzas de las Madres, que administran una universidad, una radio y la construcción de viviendas populares, y que reciben importantes fondos de los gobiernos nacional y porteño.
“Felisa tiene que hacer todo prolijo, es una revancha para ella después del tema de la bolsa”, confía un hombre que sigue muy de cerca el funcionamiento de las Madres. Todos coinciden en que la relación de la ex ministra con Schoklender es fría y distante. De hecho, la misma fuente asegura que la organización suele presionar al Gobierno para que aporten los fondos a pesar de no contar con los certificados para hacer las obras. “Schoklender es el que aprieta y el que maneja las cooperativas de viviendas, y Felisa es la que factura”, explican. Allí radica gran parte de la interna.
Procesamiento y diálogo. El martes 13, la Cámara Federal confirmó el procesamiento de Miceli y pidió que se la investigue por posible enriquecimiento ilícito. “Lo está digiriendo, pero la verdad es que le cayó muy mal”, cuenta un íntimo de la ex funcionaria.
En medio del paro del campo, cuando las movilizaciones de piqueteros K y organizaciones sociales eran casi diarias en la Plaza de Mayo, NOTICIAS se encontró a Miceli confundida en el tumulto, saltando y gritando contra el campo. “Con el Gobierno está todo bien”, dijo.
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Miceli: Está todo muy bien, estoy tranquila…
Ahora fue procesada, pero nada le impide controlar las finanzas de las Madres. Ni siquiera el hecho de haber olvidado una bolsa con dinero en su baño.