En la muñeca derecha tiene tatuado –en letras chinas– el nombre de su hija Ana (5). En la nuca, otro tatuaje que significa “fuerza”, y en la billetera, según asegura, conserva en un papelito doblado en cuatro, el nombre de su segundo hijo –Lucio (3)–, también escrito en chino. “Se lo pedí a un conocido para que no me escribieran cualquier cosa”, asegura Alejandro Fiore (40), actor y productor de “Dromo” –que emite América los martes, dirigida por Oscar Friedrich y escrita por Andrés Gelós–. Su familia se completa con su mujer Loli, quien tiene una marroquinería. Ahora Fiore pide un café con masitas mientras enciende un cigarrillo: cada vez fuma menos y desde hace tiempo está flaco.
Noticias: En “Poliladron” era gordo.
Alejandro Fiore: ¡De “Poliladron” pasaron casi veinte años! Empecé a entrenar desde que conocí a Federico (D’Elía) y a Martín (Seefeld). A mí siempre me gustó el dibujo –soy diseñador gráfico–, con esto te digo que nunca fui el gran deportista. Y entrenar se convirtió en una terapia a la que no podía faltar porque me generaba adrenalina. Estos últimos cinco meses adelgacé 4 o 5 kilos. Pero en la tele siempre parezco un poco más gordo.
Noticias: ¿Cuál es la prioridad en la vida?
Fiore: La familia, sin dudas. Los hijos me dieron un vuelco, me trajeron una responsabilidad inmensa, ahora todo lo pienso en función de ellos. Por ahí eso me hizo frenar, tirar las cartas y ver qué quiero, buscando también un poco la tranquilidad en casa para darles una estabilidad a ellos. Si mis hijos están bien, en la cancha no me frena nadie.
Noticias: Ha interpretado a muchos “tipos duros”. ¿En la realidad es así?
Fiore: Creo que con la familia no. Soy muy sensible y muy calentón a la vez. Los “duros” me divierten, disfruto interpretándolos, me gusta ser el malo de la película. Y ahora los entiendo más, antes tal vez sólo los hacía. Yo venía de John Wayne, Marlon Brando, Jeames Dean: tipos toscos. De todas formas, desde hace un año mi vida comienza a dar un vuelco, buscando jugar un poco más con el actor y menos con el personaje. Ahora me atrevo más a la comedia.
Noticias: Le pegó haber cumplido los 40.
Fiore: Sí, me pegó en cuanto a ver para atrás y saber qué hice, para crecer y acomodar las cosas hacia adelante. Varios profesores de actuación me habían dicho que a los 40 uno hace un clic, da un paso y define para qué lado ir con su carrera. Yo me vi y dije: “¡ey!, ya tengo 40”, y todavía estaba con el piloto de “Dromo”. Entonces me puse la camiseta, y al final, salió el programa. Laburé mucho.
Noticias: ¿Qué implica ese “clic”?
Fiore: Va por entender cómo contar una historia a través de la actuación de un personaje. Está ligado a la edad y la experiencia, a estar más plantado en la vida, y hacer cosas no por buscar la aprobación de los demás, sino con el fin de transmitir algo que estás contando. Antes de que se acerquen para decirme: “Che, muy bueno lo del personaje de ayer”, prefiero que me comenten: “Che, qué hijo de puta el tipo de ayer”. Es ver menos al actor y más al personaje.
No solo trabajó como diseñador gráfico, colaboró en un almacén del padre, tuvo bares, boliches y restaurantes, siempre aparte de la actuación, porque para él –que tiene una larga trayectoria en teatro–, el trabajo no estaba ni frente a las cámaras –formó parte de “Gasoleros”, “Sol Negro”, “Tumberos”, entre otros– ni sobre las tablas. Hasta que llegó “Los simuladores” y su personaje de Pablo Lampone terminó de consolidarlo como un actor “reconocido”. Fiore asume que “lo que había sido algo paralelo al trabajo, terminó convirtiéndose en ‘el’ trabajo”.
Noticias: ¿Costó salir del éxito que generó “Los simuladores”?
Fiore: La verdad es que no, fue un éxito no buscado desde el éxito mismo, lo hacíamos entre amigos, fue como ir a jugar un partido de fútbol y ganarlo, no era que había que seguir ganando.
Noticias: ¿Qué le sucede al ver “Dromo”?
Fiore: Es raro. A veces me engancho viendo qué pasa con los actores, Jorge y Federico D’Elía, Lucrecia Capello, Andrea Pietra, Eugenia Tobal, y otros. Me da por ver cómo resuelven algo que yo vi escrito en papel. “Dromo” tiene el desafío de la autogestión: el dar batalla para concretar cosas y no quedarte esperando a que esas cosas aparezcan de la nada. Pasa en todas las áreas: no va a venir una chica para mirarte, conquistarte y enamorarte. Hay que estar siempre yendo en busca de algo.
Noticias: ¿Le iba bien con las mujeres?
Fiore: ¡Como con el programa! Siempre fui un laburante. No veo nada imposible, pero sí hay que trabajar mucho. A mí nadie me regaló nada, todo me lo gané.
Noticias: ¿Cómo se lleva con el rating?
Fiore: Le doy la importancia que hay que darle para mantenerse en el aire, pero no creo en el rating cuando veo que al otro día cien personas te hablan del programa y los números marcan otra cosa: ahí te das cuenta de que el rating es medio raro, es medio verso. Además, que mida mucho no significa que sea bueno. Hay programas que no son buenos y miden, y otros excelentes y el rating no los acompaña. Donde uno se da cuenta es en la calle. Lo que pasa es que a los sponsors y a los directivos de los canales les importa el número, no la calle, pero América banca bastante en este sentido: es un buen laboratorio para la ficción.
Noticias: ¿Falta ficción?
Fiore: Se produce, pero cuando se haga más a conciencia va a ser mejor. Sería bueno que haya más equidad en la tele, que ni los productores ni los actores busquen ganar una fortuna para salvarse. Antes tal vez era distinto.
Noticias: ¿Cuál sería la diferencia entre esta tele y la de hace 20 años?
Fiore: Técnicamente se creció mucho; actoralmente no tanto. Sucede que dejaron de haber referentes, falta que un Jorge Marrale, un Miguel Ángel Solá, o bien un Héctor Bidonde o un Lito Cruz –que actúan en “Dromo”–, vuelvan a la ficción.
Noticias: ¿Cómo se quita el estrés?
Fiore: Descubrí la reflexología hace muy poco, pero pasé por los masajes y el reiki, voy probando nuevos métodos para estar bien. Me sirve porque hay veces en que me agarra esa cosa de hipocondríaco, de transformar un dolor de cabeza en algo más grave, y necesito que alguien me baje y me diga: “Pará, es sólo por el cansancio”. Pero si me duele el cuerpo, al otro día voy al masajista.
Noticias: Bien de hipocondríaco, digamos…
Fiore: Sí, bueno, por ahí es de hipocondríaco.