Su celular suena cada tres minutos. Entonces tensa esa gran boca tan al estilo Morales, echa un vistazo a la pantalla (con esos ojos tan pero tan Morales), aprieta la tecla roja y sigue la charla. Aunque sus facciones recuerden inevitablemente a su padre Víctor Hugo, a sus 26 años Paula ya tiene nombre propio y una vida independiente. En pareja con Martín Lembo –psicólogo como ella, dedicado a la música– es madre de Benicio, de un año y nueve meses, y de lunes a viernes se reparte entre la actuación y el modelaje. Estos días en la nieve de Bariloche (“Con más chocolates que esquí”, según confiesa) son apenas un apretadísimo stop en su semana repleta de grabaciones (“Aquí no hay quien viva”, por Telefe) y de campañas gráficas (integra el staff de Multitalent).
Noticias: Psicóloga y artista, ¿Cómo encajás en el mundo de las modelos?
Paula Morales: Por ahí no siento que esté en mi ámbito, como un pez en el agua. Y, de hecho, no tengo amigas modelos. Pero tampoco es cierto que sean todas tontas que sólo hablan de dietas. Hay muchas chicas superpiolas y con otra preparación.
Noticias: Liz Solari dice que si sólo trabajás con la imagen, es lógico que piensen que lo tuyo es frívolo…
Morales: Bueno, ella es un gran ejemplo de eso. Antes de “Bailando por un Sueño” la gente la conocía por fotos, y podían pensar que sólo servía para modelar. Pero demostró que tenía mucho más para dar.
Noticias: ¿También a vos pasar por “Bailando…” te sirvió en ese sentido?
Morales: Muchos pueden pensar que soy la modelo que ahora actúa, pero yo empecé actuando en “Los Roldán” y como conductora en “Tendencia”. Después sí me largué a modelar. En “Bailando…” el desafío no era tanto el baile –sabía que patadura no era– como los millones de personas mirándome. Además, estar al lado de Marcelo Tinelli no es nada fácil. Es complicado pararte y hablarle a los ojos mientras la gente te mira, el jurado te mira, los televidentes te miran… Me demostré que podía superar algo así.
Noticias: Bueno, morir no moriste, pero ¿quedabas agotada?
Morales: Sí, volvía deshecha. Había días en que grabábamos hasta las seis de la mañana. Estaba flaquísima de tanto bailar, bailar y bailar. Pero me vio muchísima gente y mi teléfono empezó a sonar más.
Noticias: ¿En qué te modificó ser madre?
Morales: Pasé de ser la protagonista de mi vida a tener un rol secundario. Los fines de semana ya no puedo dormir hasta tarde porque Beni me despierta al grito de “¡Chiche mami!” (ríe). La mayoría de nuestras cosas giran en torno a Benicio. Hoy no hay nada más importante que él.
Noticias: ¿Dejaste la casa de tus padres para ir a vivir con Martín?
Morales: Sí, pero no lo sentí como un tirarme a la pileta. La convivencia cambia algunas cosas, pero somos dos personas muy tranquilas, con profesiones para nada rutinarias. A veces hacemos coincidir nuestro día libre un martes, y cuando está todo el mundo trabajando, nosotros paseamos por ahí.
Noticias: ¿Cómo es el abuelo Víctor Hugo?
Morales: Aaaay, divino. Me ayuda un montón con Beni.
Noticias: ¿Descubriste en él una faceta tierna?
Morales: La gente dice que papá impone cierto respeto, pero en la intimidad es muy desestructurado. Siempre nos malcrió mucho.
Noticias: ¿Incluso a vos, la mayor de los tres?
Morales: ¡Sí! Casi no nos ponía límites. Una vez estuve a punto de llevarme Matemática y en vez de retarme, me dijo “Bueno, Pauli, no te pongas mal ¿qué querés hacer para rendirla?” Prefería llevarnos a ver ópera al Colón a que nos quedáramos estudiando. Nos inculcó que lo importante es ser felices. Con Benicio es igual, en su casa puede hacer lo que quiera. Para mi hijo ir a lo de los abuelos es como ir a Disneylandia (risas) En los resquicios de su vida como madre, esposa, actriz y modelo, Paula se las arregló para terminar la carrera de Psicología en la Universidad de El Salvador. “No sé si algún día usaré el título, pero creo que te da algo más, es otra cosa”. Además dibuja, así, por puro hobby y en cualquier pedazo de papel que encuentre, y lee. Mucho, según cuenta. Ahora mismo lleva en el bolso “La muerte lenta de Luciana B.”, de Guillermo Martínez.
Noticias: Y para cuidar tu imagen ¿te queda tiempo?
Morales: No demasiado. A veces veo a una chica con una cola increíble y digo “¡Guau, yo también quiero una así!”, pero después pienso que ella vive para eso. Con la comidas modero las cantidades. No soy de la movida sana: como fritos o lo que haya. Debería hacer gimnasia, pero por ahora no puedo. Para la piel me aplico un tratamiento que se llama Accent que regenera el colágeno. Voy cada quince días y es sólo un ratito…
Noticias: Una mujer sin tiempo…
Morales: Bueno, es que en mis ratos libres quiero relajarme. El otro día estaba con una amiga tomando mate y le decía “¿ves?, yo necesito estos momentos”. De vez en cuando está bueno no hacer nada productivo. Amo mis ratos de ocio, los necesito.
Noticias: ¿Cómo manejan los celos en la pareja?
Morales: Nos celamos en chiste. De hecho, este fin de semana Martín se fue de viaje con sus amigos.
Noticias: Pero la más expuesta sos vos…
Morales: Sí, pero él no tiene drama. Si en la tira tengo que darme un beso con alguien me dice “avisame”, y se tapa los ojos (ríe)
Noticias: Tu personaje, Olga, es algo boba y afectada, ¿tenés que esmerarte para conseguir el tono justo?
Morales: No tanto, ya dudo si no es demasiado inteligente, porque dentro de su sinceridad brutal y su maldad se hace querer.
Noticias: ¿Hay algo que te malhumore? ¿Algo de lo que te quejes?
Morales: (ríe a carcajadas) Alguien el otro día me preguntaba lo mismo. No soy malhumorada. Siempre trato de pensar que podría ser peor. En los momentos malos opto por reírme, y por convertir lo trágico en tragicómico.