Al nacer, los médicos le diagnosticaron hemimelia fibular en ambas piernas, una enfermedad congénita que se caracteriza por la ausencia parcial o total del peroné. El futuro de Aimee Mullins (35) era sombrío: no podría caminar y debería usar silla de ruedas de por vida. Al cumplir un año, le amputaron ambas piernas por debajo de las rodillas. Era la única opción de recuperar movilidad con la ayuda de prótesis. La decisión fue acertada ya que a los dos años comenzó a dar sus primeros pasos. Logró caminar gracias a la ortopedia aunque algunas complicaciones posteriores determinaran sucesivas operaciones en los próximos seis años.
Creció entre Allentown, Pennsylvania, y el condado de Clare, en Irlanda, en el seno de una familia numerosa. El clan familiar y una imaginación hiperactiva fueron sostenes importantes durante su infancia y vida adolescente. A pesar de las dificultades, nunca se sintió limitada y eso la llevó a practicar deportes como natación, bicicleta, fútbol y esquí. A los 17, tras graduarse con honores en la secundaria, ganó una beca académica para trabajar en el Pentágono y se desempeñó como analista en temas de inteligencia en el Departamento de Defensa.
Fue entonces cuando Mullins comenzó a desarrollar una carrera deportiva extraordinaria: fue la primera mujer en competir con prótesis ortopédicas en la Asociación Nacional de Atletismo Universitario (NCAA, por sus siglas en inglés). Con modernas prótesis de fibra de carbono estableció récords mundiales en 100 y 200 metros llanos, además de salto en largo.
Un perfil en la revista Life y luego una extensa nota en la primera edición de Sports Illustrated para la Mujer la transformaron en un personaje popular. Pronto incursionó en el mundo de la moda e hizo su debut en la pasarela de la mano del célebre y desaparecido diseñador Alexander McQueen. “Trabajar con una persona de tanto talento fue una experiencia riquísima e increíble”, cuenta Mullins en una entrevista con NOTICIAS. Muy pronto, las principales revistas de moda, incluyendo Vogue, Harper’s Bazaar y Elle, le dedicaron amplio espacio en sus páginas.
La multifacética Mulllins también ha conquistado con éxito el mundo del cine. Entre otros films, fue reconocida por su actuación en la película Cremaster 3, dirigida por el artista Matthew Barney en el 2003. En la actualidad, continúa con el rodaje del filme de Barney “Ancient Evenings”, una adaptación de la novela de Norman Mailer, en la que interpreta a “Isis”. Y L’Oreal la nombró como una de sus nuevas embajadoras uniéndose así a otros íconos del mundo del espectáculo como Beyoncé, Jennifer López y Rachel Weisz. “La belleza no es algo superficial, sino un indicador de personalidad y confianza”, cree Mullins.
Noticias: Durante su vida ha demostrado una gran versatilidad para sobresalir en profesiones tan distintas como el atletismo, la moda y la actuación. ¿Cuál es el foco de su vida actualmente?
Aimee Mullins: Tiene un enfoque multilateral. Nunca dejé de hacer algo porque estaba cumpliendo con otra actividad. Todo lo que aprendí como atleta me convirtió en una mejor actriz. Lo aprendido en actuación y frente a las cámaras, me ayudó a mejorar como modelo. Mi colaboración con científicos e ingenieros alrededor del mundo transformó positivamente muchas de las cosas que he decidido emprender, y ciertamente mi carrera como atleta. Pero siempre interpreté el enfoque multilateral como una forma de conducirme en la vida.
Noticias: ¿Existe algún elemento común que le permitió ser igualmente exitosa en profesiones tan disímiles?
Mullins: El tema que unifica los distintos pasos de mi carrera es que siempre he sido una narradora. Ya sea utilizando mi cuerpo en el deporte, en el escenario, frente a una cámara o escribiendo algún artículo he tratado de servir de puente para que la gente se comunique a través del diálogo y la conversación.
Noticias: Se necesita un talento especial para descollar en actividades tan opuestas.
Mullins: Si una piensa lo que ocurría 500 años atrás con la educación es común que se pensara en arquitectura, ciencia, arte, el ser físico y espiritual del ser humano en forma conjunta, combinada. Era una educación que exploraba el mundo alrededor de uno y el aporte de cada individuo al mundo de una forma holística. Ese era el modo en que aprendíamos y cómo se enseñaba a la gente. En las últimas décadas, la educación ha sido orientada hacia la búsqueda de un enfoque más unilateral y creo que eso no es natural.
Noticias: ¿Cómo se produjo su asociación con L’Oreal?
Mullins: Estoy entusiasmada con esta oportunidad. En mi vida he tenido el privilegio de trabajar e interactuar con grandes talentos y personalidades en diversas profesiones, los mejores en cada ámbito. Siendo L’Oreal una de las marcas líderes en el mundo, siento que me servirá como plataforma para poder explorar realmente el concepto de belleza, que es con frecuencia entendido como algo superficial y frívolo, pero que se usa en muchas aplicaciones comerciales de nuestra vida diaria. A mi juicio, la belleza no es una cuestión superficial. Es un indicador de personalidad y confianza. La oportunidad de hablar sobre belleza de una forma en la que muchas veces no se habla será realmente enriquecedora.
Noticias: ¿Pretende llegar con su mensaje a gente no vinculada al mundo de la moda?
Mullins: La belleza es una expresión increíble. La vasta historia de publicidad en esta área tiende a tener una mirada estrecha, una idea sobre estándares de belleza más que una expresión personal de ella. Y lo cierto es que L’Oreal está marcando un liderazgo cultural en ese sentido. Es importante delegar a la gente el poder para ser un vehículo sobre aquello que los hace sentir bellos. Mi propia experiencia en ese sentido es innegable. En la última década he asumido una posición en la sociedad que podría sido descripta, al menos, como problemática. Algunos dicen: “Qué lástima, hubieras sido realmente linda si no tuvieras las piernas prostéticas”. Una declaración tan ridícula es evidente hoy día, pero tal vez diez años atrás era común escucharla.
Noticias: ¿Cree que ha logrado sensibilizar al público sobre el concepto de discapacidad?
Mullins: Durante años he explorado a fondo el concepto de discapacidad. Nunca me sentí discapacitada y por eso pienso que mis piernas son reales. Jamás sentí que tenía que superar una discapacidad. La he utilizado para salir adelante. Esto es parte de nuestras vidas.
Noticias: ¿Siente que la vida la puso a prueba?
Mullins: He utilizado mi experiencia personal para crear e inventar la vida que había imaginado, en ningún momento pensé en que debía sobrellevar la discapacidad. Se trató de usarla como vehículo transformador. Diez años atrás decidí que quería invitar a la gente a un diálogo. Se me ocurrió que podíamos escuchar la experiencia de cada uno y hacernos preguntas sobre nuestras limitaciones. Es la sociedad quien inutiliza a un individuo. Cuando alguien se refiere a Stephen Hawking nadie piensa en él como un hombre en silla de ruedas sino que se reconoce su genio. Lo mismo con Stevie Wonder y otras personalidades.
Noticias: ¿Quiénes fueron sus grandes sostenes?
Mullins: Mi imaginación fue vital. Siempre ha estado activa y sigo luchando por mantener la mente desarrollada, me sirvió para crear un mundo interior. Recuerdo que en la cama del hospital mi estado de ánimo era excelente. El poder de la imaginación fue clave para la transformación. Me hizo sentir con poder para realizarme y no limitada.
Noticias: ¿La religión fue importante?
Mullins: La espiritualidad, más que la religión. El sentido espiritual fue lo que dio propósito a mi vida. Tuve más de un ángel guardián que cuidaron de mí y me hicieron sentir acompañada.
Noticias: ¿Y su familia?
Mullins: Un gran sostén. Una familia numerosísima: mi madre es una entre once y tengo como unos cincuenta primos. Estábamos increíblemente unidos, ya que todos vivíamos en la misma ciudad. Recuerdo las reuniones los días domingo o los conciertos de violín, donde en ocasiones se juntaban hasta treinta integrantes de la familia. Formamos un clan. Mi etapa en Irlanda durante la infancia también fue especial. Una cultura tan arraigada en la narración influyó mucho en mi vida.