En el centro de la mesa de reuniones del despacho que el rabino Sergio Bergman tiene en la sinagoga de la calle Libertad, en el barrio porteño de Tribunales, hay seis copas pequeñas y una botella de jerez kosher a medio tomar con la que se brinda en las celebraciones de la colectividad. Al lado, una notebook desde donde chequea su blog. Dice que sus hijos le aconsejaron armarlo para publicitar su libro recién editado, “Manifiesto Cívico Argentino”. Bergman no presta atención al vino hasta que advierte que todas las miradas apuntan hacia allí: “Es que la única manera de sobrellevar el hecho de ser judío en la Argentina es estar siempre brindando y un poco en pedo”, aclara entre risas.
Bergman se recibió de farmacéutico y abandonó la profesión para ser rabino. Logró notoriedad en la última marcha que organizó Juan Carlos Blumberg, en agosto del año pasado, para pedir seguridad. Allí dio uno de los discursos más celebrados de los últimos tiempos. Desde el diario Ámbito Financiero hasta Página/12 elogiaron sus palabras. Fue su pasaporte a la política. A los cuatro meses de aquella marcha, se sumó a la Coalición Cívica que organizaba Elisa Carrió, la jefa del ARI. Y aunque por esos días aseguraba que no tenía “intencionalidad política electoralista”, hoy analiza aceptar una candidatura por ese espacio.
Noticias: ¿Va a ir como senador por la Coalición Cívica?
Sergio Bergman: No niego la posibilidad ni la construcción de una candidatura electoral. Pero hoy no veo que coincida el cronograma electoral con el tiempo de la construcción social de una masa crítica de ciudadanos.
Noticias: ¿Entonces?
Bergman: Ofertas de cargos y candidaturas no me faltan. Pero solo no me voy a mandar. Si se da el contexto, aceptaría ser candidato. Igual, ya estoy lanzado en esta construcción.
Noticias: Desde que se sumó al espacio de Carrió lo tratan de opositor.
Bergman: Yo no soy opositor. Digo cosas que no gustan y que no son aceptadas como legítimas porque el único espacio que hay es callar y obedecer. Disentir no es ser un opositor, a mí me gustaría que me llame el Gobierno. Lo que pasa es que hoy todo aquel que piensa distinto y abre la boca queda inmediatamente marcado.
Noticias: ¿Culpa al Gobierno?
Bergman: No. Creo que el problema reside en los ciudadanos. El camino más fácil de eludir siempre nuestra responsabilidad es hablar de los gobiernos. Somos nosotros los que votamos. Cívicamente estamos atravesados por la cultura Gran Hermano. Siempre mirando lo que pasa en otro lugar, donde otros deciden por nosotros. Y en realidad uno ahí no es protagonista, es espectador.
Noticias: ¿La Coalición viene a ocupar el espacio de la centroizquierda?
Bergman: La verdad es que no sé qué es ser de centroizquierda en la Argentina. Creo que es progresista, que tiene valores que hablan de la equidad, de justicia y de paz. Pero a esta altura como argentinos, somos todos peronistas, ja, ja.
Noticias: ¿Por qué la religión está tomando otra vez un papel importante en la política?
Bergman: Porque se han vulnerado las últimas líneas de los valores institucionales. Todos los sectores, incluida la religión, tienen que salir a defenderlos. Estamos ante una crisis espiritual, de valores. Lo político y lo económico son la expresión de esta crisis.
Noticias: ¿Es correcto que las religiones participen en política? Las experiencias del pasado no son muy alentadoras. Durante la dictadura, la Iglesia apoyó a los militares.
Bergman: Hay una diferencia. La religión no tiene que participar en política. Pero hombres religiosos, en la medida en que su cultura religiosa se lo permita, sí, porque siguen siendo ciudadanos. Además, no es lo mismo usar la corporación religiosa para hacer política que si participa una persona religiosa.
Noticias: Carrió dijo que va a ser Presidenta. ¿Le cree?
Bergman: Al día de hoy, seguro que no gana. Pero en octubre… Seis meses en la Argentina es demasiado tiempo.