miriam Quiroga tenía un título pensado para esta nota: “La Evita de Kirchner”. No sólo porque admiraba a la esposa de Juan Domingo Perón y porque su cargo en la Casa Rosada –titular del Centro de Documentación Presidencial– consistía en el contacto con los “descamisados” y en responder las miles de cartas y los pedidos que le llegaban desde todos los rincones del país, sino porque además la unía un vínculo muy especial con el jefe y lo secundaba en todo momento. “Teníamos una unión muy fuerte –dice ahora–. Dejé todo para venirme con Néstor desde el sur. Dejé a mi familia”. Pero asegura que valió la pena: “Lo mío era como un ‘ministerio de los pobres’, un lugar desde el que podía ayudar a la gente, como lo hacía Evita”.
Cristina Fernández la echó hace un mes, el miércoles 5 de enero. Dos días antes, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, le había comunicado por medio de un tercero la decisión de prescindir de sus servicios.
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