Lo escribió a principios de este año como si fuera una profecía: “Si no hay cortes masivos de electricidad, el Gobierno inaugurará el año electoral ratificando su apuesta de que todo está bajo control en materia energética y renovando sus críticas a los ‘agoreros’ de siempre. Si, en cambio, hay cortes importantes que trasciendan a los medios y no se puedan minimizar, la culpa la tendrán el clima, las empresas y el vertiginoso crecimiento económico, en ese orden”. Es exactamente el orden de respuestas o pretextos que esgrimió el Presidente en los últimos 20 días durante otro de los picos de la crisis energética.
Daniel Montamat –economista, contador público, abogado, ex director de Gas del Estado e YPF y ex secretario de Energía- asegura que ahora no hay más remedio que lidiar con las consecuencias de lo que no se hizo o se hizo mal: “La frazada es corta, no alcanza la oferta y la mayor demanda se fue comiendo las reservas. Y si se tira de la frazada, se puede romper”.
Noticias: ¿Cómo se llegó hasta aquí? ¿Qué hizo mal el Gobierno?
Daniel Montamat: Este Gobierno actuó bien al principio. Era lógico que con la megadevaluación del 2002 y un deterioro semejante del salario, optara por hacer una transición en materia energética, tanto para reacomodar precios de a poco como para ir fijando nuevas reglas de juego para el sector. Incluyendo la vigencia de una tarifa social. Pero la Emergencia Económica, decretada por Eduardo Duhalde, excedió los originales 120 días y se prolongó sine die. Allí estuvo la primera falla: nos pasamos todos estos años sin contratos ni Ley de Hidrocarburos y con precios reajustados tarde y mal y con inversiones confusas e insuficientes…
Noticias: Pero esa actitud respondió a un mandato político más que económico…
Montamat: Justamente, el frágil sistema energético heredado se convirtió en rehén del cortoplacismo político de este Gobierno. Cada molécula o electrón del sistema pasaron a depender de las urgencias que ponía por delante el siguiente turno electoral. En función de eso, valía todo, incluso negar una crisis que era evidente.
Noticias: ¿Es válido que la discusión sólo se centre en aumento de tarifas sí o aumentos no?
Montamat: Es viejo, por lo menos. Lo que había que hacer desde el principio era restablecer mecanismos de inversión. Nuestro parque energético tenía síntomas de agotamiento ya hace cuatro años. La recuperación tarifaria debió ser sólo una parte del incentivo para invertir. Ésa debió haber sido la prioridad y, en cambio, fíjese cómo estamos: falta gasoil cuando el agro más lo necesita, el sistema de distribución electricidad se resiente los días de mucho calor y aumentan los cortes de gas los días de mucho frío. Con la complicación adicional de que el 50 por ciento de la generación eléctrica depende del gas y las reservas de gas están en picada.
Noticias: El argumento oficial siempre fue su intención de no afectar los bolsillos de los que menos tienen…
Montamat: Sí, la presuntamente progresista voluntad del oficialismo de no aumentar los precios de la energía terminó convirtiendo las tarifas en un engendro de Hood Robin: pagan más los que menos tienen.
Noticias: ¿Se está a tiempo de diseñar un Plan Energético coherente para revertir la crisis?
Montamat: Primero, habrá que pagar el precio del error inicial. La crisis empezó a precipitarse en el 2004 y sin embargo la administración Kirchner evitó la declaración de un estado de emergencia energética. Y cuando no tuvieron más remedio que tomar medidas en materia de precios para limitar y encauzar la demanda, no hicieron más que profundizar el esquema de subsidios cruzados, que también generan dudas. Creo que el Gobierno tiene claro que la única forma de salir de aquí sería a través de las inversiones. Pero hoy el sector ofrece el peor de los mundos, está sometido a parches. La inversión privada es forzada y poca y la pública es confusa y tardía. La intervención pública sólo buscar tapar agujeros: direcciona cortes y flujos de gas según las urgencias políticas o regionales. Compra y distribuye fuel oil a usinas que pagan caro, crea fondos fiduciarios que nadie fondea y administra los precios de los combustibles del mercado interno con retenciones diferenciadas sobre crudos y productos, lo que, a la vez, genera desabastecimiento. Los senderos de precios del gas están en veremos y el de los mayoristas eléctricos sigue discutiéndose.
Noticias: El Gasoducto de Bolivia y Atucha II iban a estar el año pasado…
Montamat: Y las centrales térmicas de Timbúes y Campana también… Es que midiendo todo bajo la vara del corto plazo, ninguna estrategia es posible. Ni siquiera la negociación con Bolivia para quienes la Argentina es la tercera de las prioridades luego de su propio abastecimiento y el de Brasil. Ese gas, con el que contaba el Gobierno, lo vamos a tener indefectiblemente restringido.
Noticias: ¿Y Enarsa (Energía Argentina S.A)?
Montamat: Aparece omnipotente en los papeles, pero incapaz en los hechos. No hay forma de que resuelva los problemas de financiamiento, porque la necesidad de inversiones son cada vez mayores si es que pretendemos abordar las áreas off shore.
Noticias: ¿En qué punto estamos: puede frenarse el crecimiento?
Montamat: Tenemos el problema de que se han creado como dos energías: la energía vieja, que tiene el capital hundido, y la energía nueva, donde falta reconocer precios para que se promuevan nuevas inversiones. Mientras tanto, la mayor demanda, incluso la industrial, se fue comiendo las reservas. Con lo que tenemos precios más o menos reacomodados, reglas de juego más o menos cumplibles y mecanismos de inversión pública o híbridos que llegan tarde y mal. En realidad, tendríamos que estar invirtiendo de 3.000 a 3.500 millones de dólares por año para recuperar una matriz energética seria que haga sustentable las actuales tasas de crecimiento.
Noticias: O sea, para tener política energética hay que tener modelo económico…
Montamat: Ni más ni menos. Yo diría, parafraseando a Clinton: ‘No es la energía, estúpido; es el desarrollo’. No hay energía sin proyecto de país y por no tenerlo fuimos perdiendo el tiempo. Ojalá que el ritmo de crecimiento obligue a replantear urgentemente esta falta de visión energética, al menos tomándolo como una prioridad luego de las elecciones de octubre. Los primeros efectos que estamos viendo no son buenos: suspensiones de personal, alteración de los turnos productivos, incertidumbre sobre los niveles de productividad…
Noticias: ¿Cómo ve a las empresas del sector energético? ¿Pueden influir en futuras decisiones del Gobierno?
Montamat: La relación del Gobierno con las empresas les produjo una especie de ‘síndrome de Estocolmo’. ¿Se acuerda cuando la rehén termina dándole un beso al secuestrador? Así vinieron comportándose los empresarios en todo este tiempo, aunque sería injusto achacarle esa actitud sólo a los hombres del sector. La verdad es que la matriz petrolera, gasífera y eléctrica necesitan una estrategia, ya perdimos demasiado tiempo.