Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos le encargó a su Oficina de Servicios Estratégicos buscar material audiovisual para usar como prueba en uno de los juicios más famosos de la historia mundial. El director John Ford lideraba el área de cine de la oficina y mandó al sargento Stuart Schulberg a Europa a buscar registros audiovisuales del nazismo. Su hermano mayor, Budd, también estaba en el ejército y acompañó a lo que sería un pequeño equipo de editores y escritores. Así surgieron los documentales “El plan nazi” y “El campo de concentración”, dos pruebas claves para contrarrestar a los veinticuatro criminales nazis que negaban sus cargos. Un tiempo después, se le encargó a Schulberg otro documental en el marco de la campaña de desnazificación de Alemania. Así fue como el director realizó “Nüremberg: Its lesson for today”, una película con filmaciones del juicio y material de los anteriores documentales. La película pretendía ser una lección para la humanidad, como dice la voz en off en su última escena: “Para que la gente se entere de lo que pasó y por qué. Una advertencia para los que lanzan una guerra (…) Los crímenes se pagan”. Un documental para fomentar la paz. Pero el trabajo sólo se proyectó en Alemania durante poco más de un año. “En 1949, cuando la película no se estrenaba en Estados Unidos, algunos periodistas empezaron a sospechar la censura de su propio gobierno. Cuando desde el diario “The Washington Post” empezaron a investigar, un miembro del ejército les dijo en off ‘los norteamericanos son tontos y necesitan tener un enemigo por vez. Ahora es tiempo de olvidar a los nazis y concentrarse en los rojos’”, relata la productora Sandra Schulberg, hija de Stuart y restauradora del film junto al documentalista Josh Waletzky.
En plena Guerra Fría, Estados Unidos prefirió no exhibir un material que mostraba que los soviéticos habían sido sus aliados durante la guerra y durante el juicio. “Con el Plan Marshall estaban alentando al resto de Europa a que vuelva a aceptar a Alemania como un vecino democrático y como un socio comercial. Entonces desde el gobierno pensaban que si mostraban la película suscitarían otra vez el odio hacia los alemanes”, explica Schulberg.
Además, algunos miembros del ejército estaban en desacuerdo con la idea de juzgar militares. “Para ellos, sentar en el banquillo a los militares era injusto, ya que recibían órdenes del gobierno civil. Y esto sigue siendo un problema hoy. Creo que Alemania aprendió mejor las lecciones de Nüremberg que cualquier otro país, incluso Estados Unidos. Hoy Alemania está a la vanguardia de apoyo a la Corte Penal Internacional, mientras que Estados Unidos ni siquiera es miembro”, piensa Schulberg.
50 años después. Sandra, aquella hija que Stuart tuvo con su esposa ni bien llegó de Berlin a París para liderar el equipo cinematográfico del Plan Marshall, está en la ciudad de Nueva York vaciando el departamento de su madre que murió hace unos días. En el mueble de la televisión encuentra unos rollos de película. Sandra trabaja hace tres décadas en la producción de cine de ficción. Cuando pone play para ver por primera vez “Nüremberg: Its lesson for today” no sabe, todavía, que esa película cambiará su vida.
El horror en blanco y negro. Bombardeos y destrucción en Europa. Pequeños niños con números tatuados en sus brazos y una voz en off que explica que serán asesinados porque no les sirven para trabajar. Ancianos alemanes matados por inútiles. Cuerpos desnudos y raquíticos apilados por soldados. Y después: el juicio de Nüremberg. Los alegatos de los criminales nazis, la interpelación de los fiscales y la sentencia final de los jueces: muerte en la horca, cadena perpetua, prisión por 20 años…
“Si yo hice esta restauración no fue para hacerle un homenaje a mi papá, ni a mi tío, ni al fiscal [Robert] Jackson, sino porque pienso que es un documento histórico importante y que tiene mucho que transmitir al mundo de hoy”, asegura.
Noticias: ¿Cómo fue convertirse de repente en la restauradora de un documental histórico escondido durante décadas por el gobierno de Estados Unidos?
Sandra Schulberg: Yo no era historiadora. Fui productora de ficción durante 30 años. Tuve que aprender mucho para hacer este trabajo. No quería hacer sólo la restauración, quería entender todo lo relacionado con el juicio de Nüremberg, y con la llegada del partido nazi al poder, y cómo reaccionó la gente en Alemania después de la guerra. Esos temas forman parte del libro que estoy escribiendo sobre lo que pasó con “Nüremberg: Its lesson…” y con las películas del Plan Marshall. Ahora quiero profundizar mi investigación sobre la justicia penal internacional. Por eso es muy interesante para mi venir a la Argentina y poder ir hoy al juicio a [Luis] Patti y de poder mostrar Nüremberg aquí. Estoy muy sorprendida por el interés que mostraron los periodistas. El tema de la película toca algo muy importante en la Argentina.
Noticias: ¿Hubo alguna respuesta ahora del gobierno de EE. UU. sobre aquella censura?
Schulberg: Ellos se están enterando ahora, no sabían nada de lo que había pasado, porque pasó hace 60 años. En la década del ’70 la película estaba disponible al público en los archivos nacionales. Ahí se podría haber restaurado pero nadie lo hizo. Ahora estoy muy satisfecha de que el Departamento del Estado y de Defensa están apoyando la película, no con dinero, pero apoyando la salida de la película. El Secretario de Defensa vino a verla y me dijo que quiere que todos los centros militares en los Estados Unidos vean la película.
Noticias: Antes de encontrar la copia, ¿usted estaba al tanto del documental?
Schulberg: Sí, pero nunca la había visto. Me crié en ese mundo. Mi padre mantuvo varios amigos que conoció haciendo el documental y eran amigos de la familia. El problema y lo triste es que yo nunca había visto la película hasta después de la muerte de mi padre. Así que yo no pude hablar con él de la película. Todas las preguntas que tengo ya no se las puedo hacer.
Noticias: Cuando se presentó la película en Alemania, en 1948, ¿cuál fue la lección del ciudadano común alemán?
Schulberg: Junto con las copias encontramos el primer sondeo del público alemán después de ver la película. Mucha gente lo negó, dijo que eso no había pasado, que Alemania era un país civilizado y que la película era pura propaganda. Otros lo creyeron y se horrorizaron. Porque en el momento del juicio casi nadie tenía televisión y sólo sabían algo por lo que veían en las noticias que proyectaban los cines. Esta película fue la única manera de aprender lo que pasó. Había gente que decía que la película se mostraba demasiado pronto, que los alemanes no estaban preparados. Otros se indignaban porque uno de los jueces era ruso. Otros dijeron: ¿por qué nos están mostrando esta película si el juicio ya terminó hace dos años? ¿Por qué no miramos para adelante?
Noticias: ¿Qué siente cuando ve el trabajo que hizo su padre?
Schulberg: Cuando veo las imágenes lloro porque siento que ya conozco a esas personas. Hay escenas muy tristes sobre el trato que los nazis tuvieron no sólo con los judíos sino con toda la resistencia.