En el pintoresco bar-oficina del barrio de Chacarita, Lisandro mira por la ventana. Hay un montoncito de platos apilados en la mesa, con restos evidentes del almuerzo reciente que ha compartido con un amigo. Cuando lo saludo, parece que lo trajera de vuelta de una ensoñación en la que estaba absorto, o que acusara la somnolencia posterior al almuerzo. Cualquiera de las dos opciones justifica un “cafecito” para empezar la entrevista.
Noticias: En este tiempo que está en Capital vivió en Palermo, en Almagro y ahora en Chacarita. ¿Eso tiene que ver con buscar un barrio para acostumbrarse a esta ciudad?
Lisandro Aristimuño: No, tiene que ver con una cuestión económica. Cuando llegué de Viedma viví en Palermo, pero empezaron a subir los alquileres porque se puso de moda. Después me mudé a Almagro porque una amiga me dejó el departamento. Y ahora me vine para Chacarita, porque recién ahora estoy viviendo de la música y tengo un ingreso como para alquilarme algo. Y en este barrio estoy cerca de mis tíos y mis primos.
Noticias: Con este cuarto y último disco que salió a finales del 2009, “Las crónicas del viento”, también inició la experiencia del sello discográfico propio, “Viento azul discos”. ¿Cómo surge la idea de armarlo?
Aristimuño: Tiene que ver con una posición que tomé hace tiempo. Al principio arranqué con el sello “Los años luz”, un sello independiente que tuve la suerte de que me haya convocado para sacar mi primer disco. Y después siempre tuve la idea de hacer un sello para promocionar también la música que a mí me gusta. Porque además soy un melómano loco, me encanta comprarme discos, coleccionar vinilos. Y se fue dando, también por esto de viajar por la Argentina. Los músicos que me iban a ver me dejaban discos, demos, para que escuchara.
Noticias: ¿Es como un referente?
Aristimuño: Sí, puede ser que sí. Está bueno, ¿no? Y eso me hizo pensar en armar un sello para abrir el campo, para estar ahí donde las multinacionales dicen: “Eso no sirve”. Así que, ya que me dan bola a mí en el ambiente porteño, quiero ayudar. Y también la idea es ser más independiente que antes, tener un poco más de control de las cosas. Hacer el pan vos, sacarlo del horno y vendérselo a la gente calentito, como en los viejos tiempos.
Noticias: Respecto de su música: ¿Cómo surge la idea de fusionar dos estilos como la electrónica y el folclore?
Aristimuño: Eso pasó cuando llegué a Buenos Aires. Los dos primeros años era muy difícil conseguir gente para tocar, porque no conocía a nadie. Tenía a mi primo acá que tenía su compu con algunos programas. Y ahí pensamos que hasta que tuviéramos un batero podíamos usar eso.
Noticias: ¿Qué programas usaban?
Aristimuño: El Reason o el Fruity Loops inclusive. Y empezamos así, como un juego, yo tenía unas canciones, hicimos unas pistas y tocamos arriba. Yo traía la cosa del folclore, más madera, más tierra, y mi primo me mostró el otro lado. Y ahí hacíamos el intercambio: él me pasaba Massive Attack y yo Peteco Carabajal. Y un día dijimos: “¿Y si mezclamos cosas como éstas?”. No lo pensamos como una fórmula, si no como “bueno, vamos a jugar y ver qué queda”.
Noticias: ¿Y no le importa que se vea como si fuera una especie de fórmula?
Aristimuño: Pueden decir lo que quieran, pero yo no soy eso. He escuchado, inclusive, que se duda si soy de Viedma.
Noticias: En este último disco tuvo varios invitados, Fito Páez, Diego Frenkel, Palo Pandolfo, y antes Liliana Herrero, ¿cuál es el sentido que le da a estas invitaciones?
Aristimuño: Creo que la música es como el agua (hace un gesto de zigzagueo con la mano), se va metiendo. Yo no sé quién está escuchando mi disco, y de repente alguien te cuenta que tal persona lo está haciendo. Y otro te viene a ver al show, y después viene al camarín a saludar y quedás para tomar un vinito y charlar, porque a vos te gusta lo que él hace, lo admirás…
Noticias: ¿Cómo ve la escena del rock actual?
Aristimuño: Hay una hermandad muy grande, sobre todo entre los músicos independientes, una fuerza que se generó porque ya era demasiado el abuso de las grandes corporaciones. Se viene una bomba terrible. Con ésto me la juego, pero creo que la Argentina va a ser uno de los ejemplos de música independiente. Se va a hacer todo más equilibrado. Vamos a ir a algo más artesanal.
Noticias: En su último disco (que es doble), en el segundo, grabó usted mismo todos los instrumentos. ¿Cómo llegó a ser multi-instrumentista?
Aristimuño: Tiene que ver con mi infancia. Mi viejo, que es músico, ensayaba con su banda en una pieza de casa. Era “la sala de papá”, y tenía la batería armada, la viola, el teclado y yo entraba y quería tocar todo. La música era un juego.
Noticias: Aprendió jugando.
Aristimuño: Claro, tuve esa suerte, de tener a mano los instrumentos que eran de los amigos de mi viejo.
Noticias: ¿Le interesan otros temas por fuera de la música? ¿La política, por ejemplo?
Aristimuño: Lo que pasa es que la música también es política. La música es algo social, creo que con lo que te estuve contando hay un camino político marcado: ser independiente, tener un sello propio, creer en lo cooperativo, estar en contra de las multinacionales. No soy de ningún partido político, pero sí hago política.
Noticias: ¿Le incomoda expresar una preferencia?
Aristimuño: Es que no me interesa que se me conozca por eso. Lo hago en el día a día. No me interesa tener la bandera de alguien.
Noticias: Muchas de sus letras tienen que ver con el amor y su tono de voz es a veces un tanto melancólico. Esto genera una imagen de chico sensible. ¿Cómo se lleva con eso?
Aristimuño: Me gusta que no hayas dicho “frágil”. Es la primera vez que dicen “sensible”. Estoy cansado de decir que la fragilidad es otra cosa. ¿Ser frágil es hablar de un beso? Si fuera frágil no podría tener mi sello, cuatro discos, viniendo de Viedma… No es la palabra adecuada. Pero sí soy sensible, mi vida está basada en sentir cosas y no en pensar, a veces. Así me va cuando tengo que ir al banco (risas). Algunos pibes me dicen: “Me gusta tu música, pero no soy puto”. ¿Por qué eso? ¿No será que los hombres tenemos que mostrar más nuestro lado sensible?