Como alguna vez describió a su padre, Wilbur Smith también es un caballero victoriano: de modales elegantes, con un correcto acento de colono inglés -nació y creció en Rodesia del Norte, hoy Zambia-, sus días se alternan entre la caza en África y las tardes apacibles en alguna de sus residencias de Londres, Suiza, Irlanda o Ciudad del Cabo junto a su cuarta mujer, Mokhiniso Rakhimova, nacida en Tayikistan y 39 años menor.
¿La clave de la felicidad de este hombre? Sencillo: escribió 30 novelas y vendió 80 millones de ejemplares, ocupando así el trono de los best sellers, que luego de la muerte de Sidney Sheldon no tiene con quién compartir. Y como si fuéramos a creerle, lo primero que dice es que hay que estar loco para pensar que se puede vivir de ser escritor. “En realidad es un chiste”, aclara cuando su Yoko Ono larga una risita.
Noticias: Me imagino, no se lo ve muy sufrido.
Wilbur Smith: La cuestión es que cuando era chico tuve malaria cerebral y los doctores le dijeron a mi madre que me iba a morir, y era mejor que fuera así porque si sobrevivía, iba a quedar loco. Y un poco loco estoy. Cualquiera que empieza a escribir con la idea de vivir de eso, debe estarlo.
Noticias: Su padre se lo advirtió, ¿no?
Smith: Sí, cuando le dije que quería ser escritor, me dijo: “Noooooo, te vas a morir de hambre, tenés que buscarte un trabajo de verdad”. Él no creía en historias ni en ideas en papel.
Noticias: Era un padre severo.
Smith: En realidad era un hombre duro, que sabía cómo quería que fuera el mundo. Trabajaba como ranchero, era un hombre con fortaleza mental y física. Él aparece en muchos de mis libros como la figura paterna central. Era un buen padre: cuando hacías algo mal te daba unos golpecitos con el cinturón y cuando hacías algo bien, te premiaba.
Noticias: Viviendo en el medio de África, ¿era una suerte de niño salvaje?
Smith: (risas). Crecí en una estancia, libre y salvaje, y tenía ganado, caballos, perros, pequeños animales salvajes, y jugaba con los hijos de los empleados de mi padre. La pasé muy bien.
Noticias: ¿Era conciente de que pertenecía a una clase dominante?
Smith: No del todo, sabía que el trato respetuoso que le daban a mi padre de algún modo me lo daban a mí porque yo era su hijo. Sólo eso.
Noticias: Su primera novela, “Donde comen los leones”, tiene mucho de su vida en África. ¿Cómo surgió?
Smith: Cuando la escribí tenía unos 30 años y había sufrido algunos golpes en la vida. Era contador y trabajaba durante el día en una oficina y de noche escribía. Siempre digo que soy un solitario y que no me gusta estar encerrado. Y cuando empecé a publicar descubrí la vida ideal para mí… Para escribir “Donde comen los leones” usé cosas que conocía bien: dos chicos creciendo en un rancho ganadero con una figura paterna fuerte. En definitiva, estaba escribiendo mi propia vida y ahí descubrí el secreto de escribir buena ficción: es escribir de lo que uno sabe.
Noticias: Existe el prejuicio de que un best seller escribe para conformar a un público y ganar plata…
Smith: Yo creo que nadie se sienta a escribir best sellers. Yo entiendo lo que usted dice, que hay dos ideas de literatura, una es prestigiosa y la otra es para el mercado. No estoy de acuerdo. Si uno se pone a pensar en Shakespeare, es el escritor más prestigioso de todos los tiempos y también es un best seller, debe haber vendido más que la Biblia. Y además, ¿quién juzga qué es mala ficción? Si la gente disfruta ¿es mala ficción? ¿O es porque un grupito de críticos egocéntricos decide que lo que a ellos les gusta, y a nadie más, es buena literatura?
Noticias: Escribir bien y ganar plata no son incompatibles, entonces.
Smith: Si sos un abogado, ganar plata está bien, ¿por qué no habría de estarlo si se trabaja de escritor? El sistema capitalista dice que vendés tus habilidades en el mercado y te pagan por eso. Además, el dinero es maravilloso. No te hace feliz, pero al menos te hace sentir miserable en la comodidad.
Noticias: ¿Qué dijo su padre cuando se convirtió en escritor famoso?
Smith: “¿Cómo sucedió?”, me preguntó. No creo que haya leído ni uno de mis libros, pero siempre llevaba uno consigo y lo mostraba, orgulloso.
Noticias: ¿Su madre era la que lo estimulaba?
Smith: Sí, ahora tiene 94 y es una lectora deliciosa. Siempre le digo: “Cuando llegues a las partes sucias cerrá los ojos”.
Noticias: Se lo acusó varias veces de ser sexista y racista.
Smith: Sí, pero no tiene sentido. Todos mis libros tienen figuras femeninas muy fuertes y creo no sólo que son iguales o mejores que los hombres, sino que son garantes de la paz. Si el mundo estuviera dirigido por mujeres no habría guerras, porque no mandarían a sus maridos o hijos a que los maten. Sólo los hombres hacen eso. No soy sexista, soy un amante del sexo (risas). Y en cuanto al racismo, escribo sobre la realidad: desde hace miles de años que hay puja entre etnias.
Noticias: ¿Es difícil escribir sobre África siendo blanco?
Smith: Escribí un libro que se llamaba “Rage” y examinaba la situación de Sudáfrica en tiempos de Nelson Mandela. La gente me preguntaba de qué lado estaba, porque cuando escribía sobre los negros parecía estar del lado de ellos, y lo mismo cuando escribía sobre los blancos. Y yo les decía: “Soy un camaleón, puedo cambiar de color, puedo ser blanco o negro, depende del punto de vista”.
Noticias: ¿Su parte más salvaje sale cuando va a cazar?
Smith: En realidad me encanta cazar porque me gusta estar cerca de la naturaleza, caminar en el monte, ir a la sabana africana.
Noticias: ¿Pero cazar no va en contra del amor a la naturaleza?
Smith: No, al contrario, el cazador es el verdadero amante de los animales. En África la caza es la verdadera manera de conservación. Allá, los hombres y los animales compiten porque los leones les comen el ganado, los elefantes les comen los cultivos y los cocodrilos atacan a sus hijos, entonces quieren ver a esos animales exterminados. Cazar un elefante en África, hoy por hoy, sale 100 mil dólares, entonces el cazador va a una tribu y les dice: “Este elefante sale 100 mil dólares y el cincuenta por ciento vuelve a ustedes”. Es la mejor manera de que las tribus no exterminen a esos animales. Es perfecto.
Noticias: Casi me convence, pero no. ¿Cuál es el sentido de dispararle a un animal?
Smith: Es la excitación de estar enfrente a un ser que es físicamente cien veces más poderoso que uno, perseguirlo, estudiarlo y observarlo por días.
Mokhiniso Rakhimova (su mujer): ¡Y así es como va cuatro veces al año a cazar y gasta 400 mil dólares…!
Smith: … Bueno, me gusta tener plata y me gusta tener la libertad de gastarla en lo que me gusta.
Noticias: Usted suele hablar de “la suerte de Wilbur”, ¿en serio cree en la suerte?
Smith: La suerte es algo que se logra trabajando duro y con optimismo.