El disfraz de malo se cae a las primeras palabras. En rigor, Jorge Lafauci se asemeja más a un chico con juguete nuevo que a un ogro, personaje que inventó para ser jurado en “Bailando por un sueño” y que le permitió escapar de la meseta profesional por la que deambulaba. De la alta exposición surgió un nuevo trabajo como panelista de “Bendita TV”, por canal 9, y hasta le llueven ofertas para ser jurado en eventos empresariales.
Noticias: Lafauci, ¿usted es o se hace?
Jorge Lafauci: Soy más el que me hago que el que soy. Pero el que me hago tiene muchas cosas del que soy. Son pequeñas partes mías, de maldad, de ternura, de visión crítica de la vida, de cierto escepticismo.
Noticias: ¿Cómo surgió “el ogro” de “Bailando…”?
Lafauci: Soy periodista gráfico y mi inclusión en la televisión es reciente, empecé en el ‘98 con “Yo amo a la TV”, después me llamó (Daniel) Hadad para Radio 10, hice un par de cosas más en radio, hasta que me quedé sin trabajo. Y hace un año y medio me llamaron para “Bailando…” Dije que sí, era Tinelli, concreté el Viernes Santo del año pasado. Marcelo me dijo que quería un personaje discordante del resto. A la noche pensé que tenía que sacar mi parte mala, la que todos tenemos.
Noticias: ¿No pensó en levantarle un altar a Tinelli?
Lafauci: Para mí es San Tinelli, porque a partir de “Bailando…” me surgieron muchas cosas: “Bendita TV”, y me llaman como jurado en eventos de grandes empresas, que hacen “Bailando por un aguinaldo”. Son tantas, que sólo puedo hacer cuatro o cinco. Una empresa me llamó hace un mes para contratarme ¡para el 21 de diciembre!
Noticias: ¿El jefe es generoso o amarrete a la hora de pagar el cachet?
Lafauci: Cobro lo que es justo. Obviamente, me gustaría ganar más, pero me conformo porque, en última instancia, este trabajo me ha permitido acceder a un montón de cosas. Por supuesto que no cobro como Moria, Alfano o Sofovich, tampoco soy un periodista que está en las rutilantes carteleras de la calle Corrientes. Mirá, uno está en la cresta de la ola cuando tiene buen trabajo y no pan amargo.
Noticias: ¿Cuándo un trabajo es “pan amargo”?
Lafauci: Cuando trabajás donde no te gusta o te maltratan. Muchas veces resigné dinero para ganar tranquilidad. Vengo de una generación donde el dinero era mala palabra. Así que esa meseta tal vez fue un poco buscada.
Noticias: ¿Qué sintió cuando Silvia Süller hizo gestos obscenos sobre su supuesta elección sexual?
Lafauci: Me sentí muy mal, muy humillado. ¿Sabés que pasa? La televisión te expone a un circo romano, lo aceptás o te vas, no hay otro camino. Hay que desdramatizar, tomarlo con calma. He tenido crisis violentas, llamo a mi terapeuta, tengo una sesión y salgo un poco más calmado. Necesito una interpretación que me permita seguir. Desde que empecé con tanta exposición, tuve muchas crisis.
Noticias: La sensación es que los sueños importan poco…
Lafauci: Los sueños son la excusa para un programa. Está el soñador y el famoso, y a veces el sueño queda desdibujado por la exposición mediática del famoso. “Bailando” es baile, sueños y todo un show alrededor que permite que el jurado discuta, que le permite tener a Süller, a Nina Pelozo, a Raúl Castells…
Noticias: Hablando de Nina, ¿fueron ciertas las amenazas que recibió para que le ponga mejor puntaje?
Lafauci: Nunca supe si eran de ese lado; el señor Castells y la señora Pelozo lo negaron, lo atribuyeron al Gobierno, pero no me consta. Te puede llegar desde cualquier lado, “anche” desde gente que te rodea.
Noticias: Usted lagrimeó por los ligamentos rotos de Matías Alé. ¿No fue mucho?, no me va a decir que es un sensible.
Lafauci: Soy sensible, pero creo que hubo cosas mías que no pude manejar y otras cosas de Alé. Me enteré un par de días antes, Alé estaba desesperado, porque sentía que perdía una oportunidad única en su carrera…
Noticias: ¿En su carrera?
Lafauci: Para el programa, Alé es la Iliana Calabró de “Cantando…” El programa era su única manera de trascender… él mismo dijo que se boicoteó y por eso se rompió los ligamentos. Cuando logró bailar, me emocionó. A mí me cuesta llorar en la vida, lo hago en el cine. Además, aproveché, porque a veces una catarsis hace bien.
Noticias: ¿Es cierto que sufre de claustrofobia?
Lafauci: No, soy hipocondríaco, tomo muchos remedios, soy de ir mucho al médico. Si me decís que estoy demacrado salgo de acá y voy a una guardia. Antes era peor, iba a la guardia por hipertensión y como había mucha gente esperando, iba al teatro y después volvía a la clínica (ríe).
Noticias: ¿De dónde vendrá el miedo a enfermarse?
Lafauci: Uyyyyy… de los padres que tuve. Mi mamá y mi papá pasaban, todas las noches de mi infancia, por mi cama y me ponían la mano en la frente para ver si tenía fiebre. Con mi hermana hacían lo mismo. Como éramos socios del Centro Gallego, cada vez que íbamos a la casa de los parientes llevábamos colgado el carné por si nos enfermábamos.
Noticias: ¿Es cierto que a los 6 años, cuando nació su hermana, usted le sacaba el chupete, le ponía sal y se lo volvía a poner?
Lafauci: Sí. Siempre fui único en la familia, hasta que nació mi hermana Carmen, a la que adoro, pero en ese momento dejé de ser el centro. Después mi mamá contaba que, además de untarle el chupete con sal, un día le saqué la pantalla a un velador y le quemé la cara. Gran escándalo gran, paliza, retos…
Noticias: ¿Por qué tanta maldad?
Lafauci: Lo vi mucho en terapia, imaginate que voy desde los 25 años, además estudié Psicología. Supongo que eran celos. Mi mamá me retaba, aunque fue muy permisiva y apegada a sus hijos. Estaba de novio y en la universidad, y mi madre iba a buscarme los apuntes a la UBA. En el secundario, ¡ni te cuento! A veces se quedaba hasta la madrugada para ayudarme a estudiar. Mi mamá, que era una escritora frustrada, en la primaria me hacía las composiciones y siempre ganaba, hasta que le dije que yo quería escribir mis cosas.
Noticias: Usted dice con orgullo que tiene más terapia que Woody Allen…
Lafauci: (interrumpe) Lo mío es el diván… Pero a esta altura, ya no busco interpretaciones, sino que me escuchen. Ya estoy viejo, no voy a buscar cura, busco un poco de paz.
Noticias: Si en 35 años no resolvió los conflictos, usted ya no tiene cura…
Lafauci: Por eso, ya es tarde. Voy a que alguien me escuche y pueda hablar de mí y no tener que escuchar al otro.
Noticias: ¿Es muy narcisista?
Lafauci: Soy narcisista. A veces también voy a hablar con un cura, a confesarme… (muestra el rosario que lleva debajo de la camisa) Siempre lo llevo, para que me proteja. Soy católico practicante, aunque no voy todos los domingos a misa, rezo todas las noches. Voy a la iglesia de Pompeya, donde mi madre me llevaba de chico, a San Cayetano para pedir trabajo; a San Pantaleón, por salud…
Noticias: Hace el Vía Crucis…
Lafauci: (ríe) Sí, el último Viernes Santo hice las 7 iglesias caminando. A Luján voy cada tanto a cumplir promesas…
Noticias: Un narcisista no acepta de buen grado las frustraciones…
Lafauci: Las frustraciones están en la gente que no está, en la vida diaria, en que siempre veo el frasco medio vacío.
Noticias: ¿Es muy pesimista?
Lafauci: Sí, veo todo oscuro, pienso siempre lo peor, soy alarmista. Me acuerdo que cuando era jovencito, época de revueltas, llamaba a la casa de mi novia (Noemí Carrizo, después su esposa) y decía que había que evacuar, que había que evacuar. Después mi suegra, cuando llegaba a la casa, decía: “Cuidado, que ahí llegó ‘Hay que evacuar’” (ríe).
Noticias: Ese costado oscuro debe haber sido muy pesado de soportar…
Lafauci: Es muy pesado, uno no la pasa nada bien. Soy optimista en el sentido de que quiero ver crecer a mis nietos. Cuando estoy mal pienso que todavía hay una película que se estrenó y que no vi. Mi vida está ligada al show y al espectáculo.
Noticias: Y en el plano personal, ¿le pesa estar solo?
Lafauci: No, soy totalmente pesimista respecto de la pareja. Nos han educado mal: si uno no está en pareja, si uno no tiene hijos, sufre. Y no es así: tengo un núcleo de mucha gente sola y la pasamos bien, dentro de la frustración que es estar solo. Eso no significa que siempre ande buscando la media naranja. Yo sufrí mucho con las parejas, entonces ya no quiero… Sufrí abandonos, rupturas… No digo “de este agua no he de beber”, pero no quiero dar explicaciones a nadie. Hay gente más cercana que llamo todos los días…
Noticias: ¿Es gente amiga o algo más?
Lafauci: De todo, tampoco soy un puritano. Hablo de no mezclar la ropa en los roperos. De vez en cuando estoy acompañado. Pero siempre puedo contar con gente, porque en ese sentido estoy siempre acompañado. ¿Por qué la soledad es frustrante? Uno vive como puede, no como quiere ni debe. A mí me tocó esto. No soy de los que dicen que si volverían a nacer no cambiarían nada. Yo sí, cambiaría un montón de cosas. Por eso estoy haciendo terapia, porque todavía no me curé, je, je. Trato de vivir esto lo mejor que puedo, más allá de los desencantos, las angustias, los momentos de éxtasis…
Noticias: ¿Hubo muchos momentos de éxtasis?
Lafauci: Sobre todo profesionales. Nunca fui de entregarme mucho a la pasión y al amor.
Noticias: ¿Los años lo volvieron intolerante?
Lafauci: Sí, yo era mucho más tolerante. Ahora tengo mal carácter, en eso me parezco a mi padre. Tengo mal genio, con mi hija discuto todo el tiempo, quiero dirigir la vida de los demás. Soy intolerante en las colas de los bancos, con las esperas. Tengo exabruptos, brotes…
Noticias: ¿Qué le gustaría cambiar, además del mal carácter?
Lafauci: El pesimismo y que ¡soy muy quejoso! Es más, cuando tengo un problema voy a terapia, a la iglesia y llamo a todos mis amigos para contarles qué me pasa. Quedo agotado de contar lo mismo. ¡Tendría que hacer una conferencia de prensa! Necesito muchos interlocutores que me aconsejen. Después hago lo que quiero. Soy bastante loco, como mi papá. Él murió a los 90 años, pero a los 85 era capaz de abrir mi agenda y llamar a las actrices más jóvenes para declararle su amor. ¡Me quería morir!
Noticias: ¿Le preocupa la vejez?
Lafauci: Sí, me preocupan el deterioro mental, el físico, las enfermedades, tener que depender de otras personas. Tal vez la soledad de la vejez, ahí está. Me preocupa que la gente muera sola, que esté en los geriátricos. Esto lo pienso desde que nací: cuando era chico sufría de sólo pensar que mis padres morirían algún día. Mi papá murió a los 90, así que mirá.
Noticias: ¿Es de los que piensan que todo en la vida tiene un precio?
Lafauci: Hay cosas que no tienen precio. El amor verdadero no lo tiene. Creo en el amor incondicional de los padres a sus hijos, en la ética, creo que aunque sea poca gente, se va a salvar del poder del dinero, que siempre corrompe y delata.
Noticias: ¿Para lograr qué vendería su alma al Diablo?
Lafauci: No. Es más importante la eternidad que el paso por esta Tierra.