Mientras en la sala principal del Centro de Exposiciones se está dando una charla sobre dramaturgia, Fabio Alberti se arrima a la parrilla y pincha un chorizo. “Esto es para descolocar un poquito: la gente no me cree cuando digo que voy a estar en el Festival Internacional de Teatro vendiendo chorizos”.
Noticias: ¿O sea que no es parte de una performance?
Fabio Alberti: No, ¡estoy vendiendo chorizos de verdad! Siempre tuve la fantasía de hacerlo. Mi amigo Francisco González Álzaga, dueño de Bar Seis, montó el bar acá para el festival y cuando vio que había parrilla me ofreció poner un puesto de choripán. Digamos que es un espectáculo de humo y olor.
Efectivamente, este no es un escenario como el que Alberti pisa los fines de semana junto a Diego Capusotto para hacer “Qué noche Bariloche”, sino un alegre mostrador digno de un sketch de “Todo por dos pesos”. Y como a la cinco de la tarde son pocos los que tienen antojo de chori, Alberti se toma un descanso, destapa una cerveza y cuenta de aquellos años de adolescencia en los que se dedicó a pasarla bien, sólo a eso. “A los 18 años recibí una herencia de un tío que no había podido tener hijos y me dediqué a gastar la plata: invitaba a amigos, hacía fiestas, de pronto alquilaba un catamarán para que vinieran todos… fue una inversión: creo que parte de lo que soy es por haber dilapidado una herencia”.
Noticias: ¿Eras de una familia bien?
Alberti: Supongo que para la gente debo ser un nene bien porque viví en San Isidro, pero soy de clase media, mi viejo es de Caballito y mi vieja de Azul, no soy un Beccar Varela. Y sí, fui al San Juan Precursor, “cumple tu misión”, sé latín y el Salve Regina, a veces la canto en el teatro y me miran mal. “Salve regina mater misericordiae vita dulcedo et spes nostra…” (la canta entera).
Noticias: ¿Y qué hacías además de fiestas?
Alberti: Leía mucho, básicamente los clásicos. Un sueco que trabajaba en La boutique del libro que me guiaba en las lecturas empezó a dar clases de teatro y fui y me gustó.
Noticias: ¿En ese tiempo conociste a Alfredo Casero?
Alberti: Lo conocí en Bajo Tierra, una discoteca que estaba al lado de Paladium. Yo vivía a la vuelta, en un departamento de 16 metros cuadrados.
Noticias: ¡En el que sólo te entraba un colchón!
Alberti: Tenía una hornalla y un cuartito oscuro al contrafrente, en el que nunca abría la persiana porque tenía pegado al vecino: un verdulero que vivía en un departamento como el mío, con cuatro más, y se la pasaban gritando y peleando. A la vuelta estaba Bajo Tierra y un día a las cinco de la mañana me estoy yendo y escucho que alguien me dice “chau Charly”, y era Alfredo Casero. Entonces me paro y justo quedamos los dos frente a los diez borrachos que estaban ahí, y nos pusimos a improvisar. Muy divertido. Después nos volvimos a encontrar en el Parakultural de Chacabuco. Y nos empezamos a juntar para escribir una obra de teatro, y surgió “De la cabeza” y después “Cha cha chá…”
Noticias: ¿Cómo entraron a la tele?
Alberti: Nos enteramos de que estaban haciendo un piloto de nuevos comediantes y fuimos con Alfredo y nos vendimos como dúo, que era mentira, no teníamos nada preparado. Pero empezamos a inventar sketchs en el momento y compró.
Noticias: ¿Se divertían?
Alberti: Sí, yo pasé muy buenos momentos con Alfredo, después todo se va transformando, pero salían buenas cosas, improvisábamos, repetíamos los sketchs y nunca salían dos veces igual.
Noticias: Y con Diego se volvieron inseparables.
Alberti: Inseparables no somos. Está bueno que yo pueda vender chorizos y él hacer su programa de música en Canal Siete. Además, yo estoy en la radio (Day tripper, Rock and Pop) y en la tele en RSM.
Noticias: En RSM revivió “Boluda total”.
Alberti: Sí, tenía ganas de volver a la tele y por suerte volví con gente del palo: Mariana Fabbiani, Tortonese; no es que estoy laburando con Beto Casella.
Noticias: ¿En quién te inspiraste para hacer Boluda Total?
Alberti: Creo que nunca lo dije: Cecilia Zuberbühler fue mi inspiración. El programa que tenía en cable me mataba. Ahora la tele está llena de boludas, pero en su momento no había tantas. ¡Y no cambió, sigue igual!
Noticias: ¿Cómo generan los espectáculos con Capusotto?
Alberti: Somos cuatro los que los armamos, junto a Montalbano y Saborido. Pero trabajamos bastante por separado, suficiente con que nos tenemos que ver en la función. Yo cuento mucho con mi mujer: ella escribe, ayuda con el vestuario, el decorado, hace de todo. Es perfecta…
Noticias: ¿Es cierto que te salvó de un incendio?
Alberti: Sí, ¿o yo a ella? No, no, ella a mí cuando nos conocimos en un boliche de Marcelo T. de Alvear y San Martín. Yo estaba en la barra con un amigo y ella vino a buscar fuego a una vela que estaba la lado mío, y me miró y me dijo: ‘Te estás quemando’, porque yo me estaba quemando la campera. Y ahí nos pusimos a charlar.
Noticias: ¿Te hiciste el gracioso?
Alberti: No no, no la conquisté contando chistes de Beto Tony (personaje de “Todo por dos Pesos”).
Noticias: ¿Pero sos gracioso? ¿Hacés reír a tus hijos, por ejemplo?
Alberti: Me hacen reír más ellos a mí; tienen 10 y 8 años y son mucho más rápidos y lúcidos que yo. Se les ocurren cosas, pero trato de no robarles las ideas.
Noticias: ¿Y Capusotto te hace reír?
Alberti: Sí, está bueno cuando nos sorprendemos, pero cuesta porque ya nos conocemos las mañas…
Noticias: Como un matrimonio….
Alberti: No, yo detesto eso… como detesto cuando dicen “Parí un disco, parí una obra, fue un parto”, ¿qué? ¿te salió un disco del culo?
Noticias: Ok, quedan avisados los periodistas, para futuras entrevistas.
Alberti: Por mí que pregunten, yo voy a reponder lo mismo: ¡no somos un matrimonio!
Noticias: ¿Qué te gustaría hacer?
Alberti: Y si te lo digo capaz lo hace alguien, lo tengo en la cabeza, todavía tengo ideas en la cabeza.
Noticias: ¿Sentís la presión de tener que ser gracioso?
Alberti: No, creo que ya nadie espera que sea gracioso (risas), eso está bueno. Ya demostré que no me preocupa ser gracioso y que todo me chupa un huevo. Tal vez desde ahí se genera la gracia: que a mí, arriba de un escenario, no me importa nada.