Piso 16 del World Trade Center, un edificio de 23 pisos vidriados con vista al Río de la Plata en pleno centro de Montevideo. En la oficina 1604 se ve un pequeño cartel con el nombre de la empresa: Inversiones y Servicios. Hay un timbre y una cámara de seguridad que vigila los movimientos de los visitantes. Allí, aseguran en Uruguay, funcionan las oficinas que el Grupo Yabrán montó en el país vecino para controlar sus negocios. NOTICIAS llega al lugar y una empleada abre la puerta.
Noticias: ¿Aquí funcionan las oficinas de la familia Yabrán? Queremos hablar con algún representante de la empresa.
Empleada: Sí, es acá. Espere un segundo.
La mujer deja entornada la puerta y la imagen que se ve impacta: un cuadro de 2 metros con un retrato de Alfredo Yabrán, el empresario suicidado hace diez años e instigador del asesinato del fotógrafo de NOTICIAS, José Luis Cabezas.
La empleada, morocha, de 1,60 metro, regordeta, con anteojos y aparatos en los dientes, enmudece cuando se entera de que NOTICIAS acaba de entrar a las oficinas de los Yabrán en Montevideo.
Empleada: ¿Qué busca?
Noticias: Quiero hablar con alguien de la familia.
Empleada: No va a ser posible. Deje sus datos y ellos se comunicarán con usted.
Noticias: ¿Acá trabajan los hijos?
Empleada: No le puedo dar esa información.
Noticias: ¿Con quién me tengo que comunicar para contactarlos?
Empleada: No le voy a dar ninguna información. Por favor, retírese.
A 12 años del asesinato de Cabezas, que se cumplen el domingo 25 de enero, los Yabrán no cambian las mañas. Aún se manejan con un bajísimo perfil y con total hermetismo. Instalados en imponentes mansiones en Montevideo tras el suicidio del jefe del clan, se mueven en autos con vidrios polarizados y apenas se dejan ver en las oficinas que instalaron en esa ciudad.
¿Qué quedó de aquella fortaleza denominada Grupo Yabrán?
Nueva vida. Las casas que los Yabrán construyeron en Montevideo mantienen la ostentación y el lujo sin sutilezas de los ’90. En la calle San Sebastián 7418, en el coqueto y exclusivo barrio Manantiales de Carrasco, vive Pablo Yabrán (39), el hijo mayor de Alfredo. Los custodios de la cuadra confirmaron a NOTICIAS que allí vive durante el año junto a su esposa María Paula Traverso, hija del piloto de TC Juan María Traverso, y dueña de la marca de ropa de diseño “De la Ostia”. La casa está valuada en 1.500.000 dólares y tiene un bien nutrido sistema de seguridad. Mas de seis cámaras vigilan la propiedad, además del custodio que vive dentro de la casa en una garita con vidrios espejados. Cuando NOTICIAS se acercó al lugar, el custodio se encargó de fotografiar todos los movimientos del cronista con un celular. “No te pienso decir quién vive acá. Viste como es esto, vos me preguntás y yo no te digo quiénes son los verdaderos dueños”, se despachó con sorna el custodio de la casa.
La seguridad es una de las obsesiones del mayor de los Yabrán. Además de las cámaras, cuenta con una habitación del pánico: un cuarto con cierre hermético y reserva de oxígeno para pasar varios días encerrado. Hoy, la casa tiene las persianas bajas. “Deben de estar de vacaciones. Hace un tiempo que no se los ve”, dicen los vecinos.
Antes de terminar de refaccionar una casona de estilo antiguo valuada en 2.300.000 dólares, la viuda, María Cristina Pérez, solía alojarse en la casa de su hijo Pablo. Pero ahora, cada vez que está en Montevideo disfruta de su nueva mansión con palmeras y largas escalinatas en la entrada, ubicada también en Carrasco.
La menor de los Yabrán, Melina (31), tiene una fastuosa casa en la calle Costanera 7520 dentro del barrio semicerrado Jardines de Carrasco y a pocas cuadras de donde vive su hermano Pablo. La seguridad del barrio confirmó que allí vive con su marido. La compró hace cuatro años a un reconocido arquitecto uruguayo y por la propiedad habría pagado 1.300.000 dólares. La casa tiene cuatro dormitorios, un escritorio, seis baños y un bungalow en el jardín.
Pablo y Mariano Yabrán (36) son los encargados de controlar los negocios y están en constante comunicación con los históricos contadores de su padre: Francisco “Paco” Gázquez Molina y Oscar Roberto Javurek. A menudo viajan a Buenos Aires para controlar las oficinas de Viamonte 352, en pleno centro porteño. Allí, Melina es propietaria de cinco pisos.
En Montevideo, los hermanos apenas se dejan ver y se mueven en autos Audi con vidrios polarizados o en camionetas 4×4. Cada vez que se movilizan ponen en marcha un llamativo operativo de seguridad con guardaespaldas y choferes incluidos. Para pasar desapercibidos, suelen usar el apellido de su madre, Pérez. A tono con el estilo Yabrán, los herederos del clan odian la exhibición.
Otros ámbitos. La imponente mansión histórica de la familia, en Pueyrredón 1501, en los bajos de Martínez, hoy permanece deshabitada. En el 2001, la casona se valuó en 14.000.000 de dólares tras un pedido de embargo indemnizatorio pedido por la familia Cabezas contra los herederos de la fortuna Yabrán. Nadie de la familia visita la casa aunque está mantenida en perfecto estado. Jardineros y personal de mantenimiento son los únicos habitantes temporarios de ese palacete. Por el pedido de embargo, les es imposible vender la propiedad.
A pocas cuadras de allí, en Hipólito Yrigoyen al 2090 en la zona menos paqueta de Martínez, los Yabrán aún mantienen la mansión que montaron en un terreno de dos manzanas valuada en 7.000.000 de dólares. Esa es la propiedad que habitan las pocas veces que aterrizan en Buenos Aires. La casona de dos plantas, ocho habitaciones, dos estudios, un escritorio, nueve baños, seis depósitos, una despensa, un comedor de 110 metros cuadrados, pileta y quincho, se terminó de construir a fines de 1999 y casi no tuvo uso. Al poco tiempo todos se mudaron a Montevideo.
En la calle Ballenas 124, en Pinamar, las cadenas que sostenían el cartel de madera tallada que contenía la inscripción Narbay –un anagrama del apellido del cartero–, cuelgan ahora sin el cartel. El chalet permanece vació, pero intacto y reluciente. El césped está recién cortado y los vidrios perfectamente limpios. Dos personas se encargan del cuidado de la casa: un jardinero y un hombre de seguridad que dice no saber a quién pertenece la casa ni quiénes son los dueños. Cinco cámaras de seguridad que apuntan hacia el interior de la casa filman a cualquiera que se acerca. A la noche se pueden ver las luces prendidas. Los vecinos dicen no ver movimientos y las inmobiliarias de la zona aseguran que la casa nunca estuvo en venta ni en alquiler. Pero en Pinamar aseguran que la casa fue parte del paquete que adquirió el empresario Samuel Liberman en 1999 y que incluía Bosquemar Emprendimientos Turísticos, una sociedad creada por los Yabrán para regentear los hoteles Arapacis y Terrazas al Mar. Por ese paquete Liberman desembolsó 19.000.000 de dólares.
Los negocios. La fortuna que dejó Yabrán asciende a unos 1.000 millones de dólares entre empresas, activos y propiedades. Poco antes de suicidarse, el empresario postal le vendió al Exxel Group gran parte de sus compañías más fuertes en 605 millones de dólares.
El resto de las empresas son regenteadas por la familia y completan la fortuna del clan. En Viamonte 352 aún sigue funcionando la sede administrativa del Grupo, en combinación con las oficinas que mantienen en el edificio World Trade Center en Montevideo. Esos son los dos centros del poder actual de los Yabrán.
Los negocios que aún administran son:
– Las financieras Karden SA y Walabi SA.
– La compañía de emprendimientos turísticos Tres Lagos SA.
– La agropecuaria Yabito SA. administrada por José Felipe “Toto” Yabrán, el hermano de Alfredo, cobró notoriedad cuando se supo que le arrendaba tierras al líder chacarero Alfredo De Angeli. Además, la hija de “Toto”, Marisa, regentea el hotel “Aguay”, el único cinco estrellas de Gualeguaychú.
– La inmobiliaria Aylmer SA.
– Las empresas aeronáuticas Inversiones Aeronáuticas SA, Servicios Aeronáuticos Privados SA, Lanolec Inversiones SA y Royal Air SA. Esta última quedó vinculada al Valijagate. En un avión de esa empresa rentado por el Gobierno argentino aterrizó Antonini Wilson con una valija con 800.000 dólares.
A 12 años del crimen de José Luis Cabezas, los Yabrán insisten en vivir ocultos. Ahora en Montevideo.