Máximo Kirchner (34) tiene una cuenta falsa de Twitter. No tiene foto en el perfil y el nombre del usuario no dice nada sobre su verdadera identidad. El hijo presidencial la usa para seguir todo lo que pasa en la red social y cada vez que algún militante de La Cámpora o bloguero K con el que tiene afinidad se cruza con algún periodista de la “corpo” o un político de la oposición, les manda mensajes alentadores y los felicita: “Estuviste bárbaro”.
Máximo alimenta con la cuenta de Twitter su nueva pasión por el fisgoneo. Al igual que su padre, que solía consumir todos los secretos que le acercaba la SIDE, ahora él ejerce su poder paranoico y devora los informes que le arma con esmero el secretario de Inteligencia, Héctor “Chango” Icazuriaga. El titular de la SIDE se convirtió en uno de los hombres de confianza de Máximo y en el principal asesor de La Cámpora, la agrupación de jóvenes K que fundó el hijo de Cristina Fernández y Néstor Kirchner, bautizada así en honor al presidente que gobernó durante 49 días el país en 1973 hasta que Juan Domingo Perón pudo volver a ser candidato presidencial.
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