Llega con una botella de bebida energizante en la mano, está resfriado y le duele la garganta. El pelo, despeinado y grueso, le cae a la altura de los hombros. Relajado, simpático al estilo inglés –sin desbordes– los ojos de Ben Barnes hoy parecen algo apagados, acaso por esa gripe en ciernes. Pero se lo advierte seguro, a gusto consigo mismo y sin los tics usuales en los actores de su generación que, como él, son tocados por la varita mágica de Hollywood.
Fuera de Inglaterra era un virtual desconocido. Hasta que el director Andrew Adamson lo eligió para interpretar al príncipe Caspian en la segunda parte de la saga de “Las Crónicas de Narnia”. Y su vida empezó a cambiar a pasos agigantados. Ni siquiera tiene pensado quedarse en Hollywood: volverá a Londres, su ciudad natal.
Benjamin Barnes no es un recién llegado a la actuación. Entre 1997 y 2003 fue miembro de la agrupación inglesa de teatro musical “National Youth Music Theatre” y ya actuó en unas diez obras en Londres. Además, estudió arte dramático y tuvo un brevísimo –y fallido – paso por una banda de chicos llamada “Hyrise”, con la que interpretó un tema en el concurso Eurovisión del 2004. “Tuvimos una sola canción, y no pienso volver a hacerlo”, confiesa avergonzado. También toca la batería y el piano.
Es el mayor de dos hijos varones y no está en pareja. El año próximo se lo podrá ver en las películas “Easy Virtue”, compartiendo cartel con Jessica Biel, y encarnando el protagónico de “El retrato de Dorian Gray”, basada en la novela de Oscar Wilde. Y en el 2010 volverá a ponerse el traje del príncipe Caspian en la tercera parte de la saga de “Las Crónicas de Narnia”.
Noticias: ¿Cómo entraste al mundo de la actuación?
Ben Barnes: Tenía15 años cuando el representante de una compañía de teatro musical vino a tomar audiciones a mi colegio. Yo cantaba en el coro, pero tenía ganas de hacer algo distinto. Me gustó la posibilidad de participar en comedias musicales. De ahí en más hice muchas en Inglaterra. Y eso me hizo enganchar con la idea de dedicarme a la actuación.
Noticias: ¿Qué balance hacés de tus pasos profesionales hasta el momento?
Barnes: Soy muy afortunado. Actué en televisión, en teatro, hice pequeños roles: interpreté a un inmigrante ruso en Londres, a un par de jugadores norteamericanos de fútbol, a un príncipe español… Todas cosas muy distintas, por suerte. Espero que me sigan llegando propuestas variadas.
Noticias: ¿Volverías al teatro?
Barnes: Me gustaría mucho hacer teatro, pero no va a ser posible hasta dentro de un año, porque el verano es un período muy corto para hacer una obra, y en octubre empiezo a grabar la tercera película de la saga de Narnia. Lo que me gusta es interpretar distintos perfiles psicológicos y aprender de los personajes.
Noticias: ¿Cómo te sienta ser el nuevo sex symbol, el niño mimado del público femenino?
Barnes: Me da un poco de vergüenza cuando la gente me pregunta sobre eso. Pero es bastante copado y halagador ver tu cara en los posters y esas cosas.
Noticias: ¿Vas a probar suerte en Hollywood, ahora que se te abrió la puerta grande del cine?
Barnes: Me quedaré en Londres, el lugar donde están mi familia y mis amigos. Es mi hogar.
Noticias: ¿Cómo convenciste al director de que eras el adecuado para el papel del Príncipe Caspian?
Barnes: Fue todo rapidísimo. Me enteré del casting un día antes. Fui a casa con la idea de preparar un personaje que hablara con acento español, como lo requería el rol. Me puse a buscar un DVD donde actuara Antonio Banderas, pero no encontré ninguno. Lo único que encontré entre mis películas es “Princess Bride”. La miré con toda la intención de inspirarme. Y me largué a hablar en inglés con acento español, eso me ayudó.
Noticias: ¿Cuál fue el ítem decisivo que definió tu incorporación?
Barnes: Supongo que ya no tenían tiempo de seguir buscando y deben haber dicho: “El primero que pase por esa puerta será el elegido” y justo caí yo y me contrataron (ríe).
Noticias: ¿Cómo terminaste de pulir el acento español de tu personaje?
Barnes: Tuve un profesor de idiomas. Traté de suavizar el acento hispano para que no quedara forzado, porque el libro es muy inglés.
Noticias: ¿Qué sentiste al ver tu rostro en las gigantografías de promoción de la película?
Barnes: Es rarísimo. La semana pasada estaba en Los Angeles, manejando por Sunset Boulevard, y vi un poster mío que tiene el equivalente a 10 pisos de altura. Y me quedé sin aire, tuve que frenar el auto.
Noticias: ¿Te sacaste una foto con el poster?
Barnes: ¡Por supuesto! Yo, y mi reflejo en el poster.
Noticias: ¿Estás en pareja?
Barnes: Por el momento, no.
Noticias: ¿Qué tipo de mujeres te seducen?
Barnes: No me fijo tanto en la belleza, me interesa que sean chicas divertidas, con sentido del humor.
Noticias: Venís de trabajar en una película con Jessica Biel.
Barnes: La película es “Easy Virtue” y se estrena el año que viene. Es una comedia con ciertos tonos oscuros y Jessica es una gran actriz, la vi interpretar muy bien una amplia gamas de emociones.
Noticias: ¿Tuviste oportunidad de conocer a su novio, el músico Justin Timberlake?
Barnes: Sí, me sentí avergonzado porque vino al set el día en que Jessica y yo filmábamos una escena de baile y yo bailo pésimo. La verdad, fue macanudo.
Noticias: ¿De que disfrutás, más allá de actuar?
Barnes: Me gusta escuchar música, mirar películas y tocar mi piano y batería en casa o ir al pub con mis amigos.
Noticias: ¿Es duro participar de un castings en Hollywood?
Barnes: Una de mis primeras audiciones fue para el papel de un bañero que es comido por un tiburón. Entré y ví una media docena de tipos grandotes, musculosos, que literalmente estaban comparándose el tamaño de sus piernas. Y me aterré, ¿qué iba a hacer yo ahí, flaquito como soy? Pero al final me dieron el papel, porque se volcaron por el tipo “surfer sensible”. Pero el proyecto quedó en la nada.
Noticias: Hace un tiempo actuaste en la película “Stardust”. ¿Alguna anécdota?
Barnes: Volaba a New York y justo exhibieron “Stardust”, todos los pasajeros se pusieron a mirarla. En los primeros diez minutos del filme aparezco bastante, y pensé que todos me iban a reconocer. No fue así: ¡nadie se dio cuenta de que ése era yo! El tipo sentado al lado mío me clavó los ojos e hizo un ruido de desaprobación, algo como: “Psst”, y siguió mirando la película. ¡Fue totalmente absurdo!