Está más grande, y no se trata de arrugas ni de carnes caídas, sino de lo que llaman aplomo, un delicado equilibrio que es nuevo para Valeria Bertuccelli. Como si a partir de estar más en su centro, se hubiese amigado con lo que antes se peleaba, y viceversa. En “Viudas”, la última película de Marcos Carnevale, es Adela, la amante del marido muerto de Graciela Borges. Hasta en cine, da con el “physique du rol” de un personaje diez años menor a los que ella acusa.
Noticias: Fue madre muy joven y hace 17 años que está casada con Vicentino, ¿se siente más grande de la edad que tiene?
Valeria Bertuccelli: No, me siento más cerca de alguien joven (risas), no sé si por la vida que llevo o por estar actuando. Encima mi hijo mayor (Florián) ya es muy adolescente, entonces me siento cercana a eso.
Noticias: A algunas mujeres, tener un hijo de 16 les genera el efecto contrario.
Bertuccelli: La verdad es que me siento muy cerca de mi hijo. A pesar de que él es medio canuto y no me cuenta mucho, pero también me gusta que tenga cierta canutez, me encanta que tenga su intimidad.
Noticias: ¿Cuesta dejar de ser el centro de la vida de los hijos?
Bertuccelli: Sí, seguro.
Noticias: Pero con Vicente, de 4 años, compensa.
Bertuccelli: Sí, para él todavía soy lo más importante (risas).
Se asume con un pasado obsesivo, controladora, maniática del orden, más devota del sacrificio que del permiso para disfrutar. Pero ahora, dice, es como si estuviera domando ese costado suyo. Bromea recurrentemente con que quizás por la edad o porque está perdiendo la vista, empezó a relajarse más.
Noticias: ¿Como si al ver de modo imperfecto, pudiera entregarse y fluir?
Bertuccelli: Sí, la verdad es que estoy muy feliz y me doy cuenta de que mucho tiene que ver con eso de aún ser joven pero tener ya cierta seguridad para relajarme y disfrutar… Me siento como una enferma recuperada (se ríe a carcajadas), estoy pudiendo disfrutar mucho más la vida. Puesto así va a quedar horrible (se ríe), pero estoy como totalmente libre.
Noticias: Con su perfil obse, haber estudiado danzas clásicas en la adolescencia debe haber sido someterse a otra tiranía, la de una disciplina muy estricta.
Bertuccelli: Totalmente.
Noticias: En cambio, la actuación es abrir el abanico y jugar, ¿le costó mucho soltarse?
Bertuccelli: Fue raro porque, al contrario, la primera vez que improvisé fui feliz. Pero me impresiona lo que decís porque es recierto que estaba como agarrada al sufrimiento y cuando dejé, me fui con una gran frustración, pero después todo eso me sirvió mucho. Tantos años de danzas clásicas y clases en las que uno está callada mientras te pasan un millón de cosas y sos observadora de tantas cosas en silencio… pero me parece que está muy bueno para los actores tener algún tipo de trabajo que te deje como en silencio, observando.
Noticias: También escribe y canta, ¿por qué dice que no se siente artista sino actriz?
Bertuccelli: Lo que pasa es que uno está acostumbrado a escuchar a Mirtha Legrand decir “nosotros, los artistas” y decís… yo en realidad no pienso que Mirtha Legrand sea una artista, artistas me parecen otros. Entonces siempre pensaba: soy actriz, soy intérprete… Ahora entiendo que cuando uno actúa, baila o lo que sea, tiene una mirada artística, eso sí me gusta más. Es verdad, me gusta escribir, cantar, mi cabeza está ocupada… Tengo una enorme felicidad que no tiene que ver con que te den un premio, sino con esto de poder compartir con otros, disfrutar, aprender, darme cuenta de que estamos juntos en algo copadísimo como es hacer por un rato la vida de otro…
Además de sufrir en silencio por las zapatillas de punta, Bertuccelli vivió una niñez en tránsito: nació en San Nicolás, se radicó en Australia y después en Córdoba, hasta que a los 14 años su familia se mudó a Buenos Aires. “Lo más desesperante de la niñez es que uno tiene que adaptarse a decisiones de otros y hacerlas propias con toda fortaleza, hasta que podés buscar algunas palabras para explicar lo que te ocurrió en ese tiempo”, reflexiona. Dentro de lo que le tocó, San Nicolás fue algo así como un escenario donde se empecinaban los fantasmas: los de los muertos (su casa estaba frente al cementerio) o los del relato que escuchaba acerca de las apariciones de la Virgen. De día, la niña Valeria jugaba entre las tumbas, de noche se le mezclaba la culpa y el miedo de haber estado saltando entre ellas. Hace poco, volvió después de mucho tiempo a San Nicolás. Aprovechó que había finalizado el rodaje de “All in”, la película de Daniel Burman que filmó en Rosario con Jorge Drexler y que estrenará en el 2012, y fue con su marido a comprobar sus recuerdos.
Noticias: ¿Estaba tan de cara al cementerio?
Bertuccelli: Sí, era así y, a la vez, eso para otro nene de otra parte del mundo puede ser nada… decís “bueno, con todo lo que les toca a otros, el cementerio era algo mínimo”.
Noticias: ¿Qué fue lo que hizo que hoy pueda disfrutar?
Bertuccelli: Creo que tiene que ver con que hay un momento en el que te atraviesan las cosas, después descubrís cuáles son, pensás por qué, empezás a dar vueltas con por qué, por qué, por qué (une las palabras y las acelera)… llega un día en el que decís “bueno, igual ya vamos por la mitad (se ríe) ya no importa por qué”… más que resolver, hay que vivir, que es lo más difícil. Una vez mi analista me dijo: “Hay gente a la que le resulta fácil vivir y hay otra a la que no”.
Noticias: Qué fuerte, ser del bando de los que no la tienen fácil
Bertuccelli: ¡Claro! Y ahora siento que me está resultado fácil, entonces esa es la gran alegría…
Noticias: ¿Cuál fue la llave?
Bertuccelli: Tiene que ver con dejar de pensar tanto, somos nuestro cerebro, entonces, lograr apagarlo y aquietar la mente un rato y vivir solo en el presente…
Noticias: ¿La meditación fue una herramienta?
Bertuccelli: Sí, la meditación está buenísima, el yoga también, pero no puedo decir “yo medito y hago yoga”, tengo épocas en que sí y otras en las que me quema la cabeza y no puedo dejar de pensar.
Noticias: En el 2008 estaba descreída políticamente pero ahora dice que es un buen momento para hablar, ¿qué cambió?
Bertuccelli: No sé cómo llegué a eso, creo que son procesos que se van dando. Vas viendo que algo que te interesa tiene el espacio para ser hablado y escuchado y te da ganas de invertir un tiempo y una energía. Veo que les ocurre a varios.
Noticias: ¿Se refiere a colegas suyos que apoyan al kirchnerismo?
Bertuccelli: No estoy hablando de un partido político ni nada. No podría definirme ni bajar una línea. Sí siento que, si me importa algo, es un buen momento para hablar e intentar hacer alguna cosa con eso.
Noticias: Con Vicentino apoyaron la ley del matrimonio igualitario, ¿cuáles son sus otras causas?
Bertuccelli: Estoy a favor de que se legalice el aborto. Tengo la convicción de que es una locura la cantidad de mujeres que mueren al año por practicar abortos ilegales. No creo que, como dicen algunos, haya un niño desde el momento mismo de la concepción y que si uno aborta lo esté matando. Me encantaría que los que no están de acuerdo comprendan que nadie obliga a abortar a quien no quiere, es simplemente dejar que otra persona tenga la opción de saber si va a poder criar una vida o no. Con la ley del matrimonio igualitario ocurrió lo mismo: no te van a obligar a casarte con alguien de tu mismo sexo, es simplemente que dejes que otro se case. Son leyes que tienen que ver con la condición del otro, con ser más compresivos del otro.
Noticias: Cuando le robaron el auto y apareció en una villa, dijo que quizás tenía que vincularse más con la gente que vive allí.
Bertuccelli: Sí, claro, hay muchos que dicen “no se puede salir a la calle”, pero hay otros que no pueden entrar a una casa… Va más allá de cualquier partido político, creo que hay que tomar conciencia de que es un tema de amor al prójimo.