Fernando Branca (39) dice que ahora quiere hablar. “Necesito contar la verdadera historia de mi papá, es la única manera de encontrar algo de paz”, explica tras más de 20 años de silencio. Su padre, el empresario Fernando Branca, fue desaparecido en plena dictadura. Su historia es la de un caso emblemático de los años ’70, uno de las pocos que lograron quebrar el hermetismo que había impuesto el gobierno de facto a los medios y periodistas.
Noticias: ¿Por qué decide hablar ahora?
Fernando Branca: Es que yo me llamo igual que mi padre y sin querer terminé cargando una mochila tremenda. Toda mi vida me decían “vos sos el hijo de”, y yo no entendía qué me querían decir. A los 9 años me empecé a preguntar por qué todos se alarmaban cuando les decía quién era mi padre y ahí fue cuando empecé a tratar de encontrarlo, de saber qué había pasado. Casi no sabía nada de él, porque cuando desapareció yo apenas tenía 7 años.
El Caso Branca es una combinación de traiciones, sexo, poder y negocios sucios. Branca padre era un empresario papelero que desapareció el 28 de abril de 1977 después de una invitación del ex almirante Emilio Massera a navegar por el río. Branca no sólo compartía negocios con Massera, sino también a una mujer: Martha Rodríguez McCormack de Blaquier era a la vez la segunda esposa de Branca y la amante de Massera.
Branca, quizá minimizando el poder letal de su socio, había intentado estafar a Massera con la compra de un campo. Según su hijo, esa fue su sentencia de muerte. Al momento de desaparecer, Branca tenía un patrimonio que rondaba los 30 millones de dólares (entre dinero, campos y propiedades) que, según denuncia su hijo, fueron expropiados por Massera.
Noticias: ¿Cómo se vinculó su padre con Massera y qué negocios tenían?
Branca: Se conocieron por Martha McCormack. Antes de desaparecer, Massera le había destrabado a mi padre 1.600.000 dólares que había traído de los Estados Unidos. El Banco Central no quería dejar entrar ese dinero al país porque sospechaba que era plata sucia. Con la ayuda de Massera le destrabaron la plata en dos horas y quedó totalmente blanqueada. Mi padre se obnubila con ese poder de Massera y quiere empezar a hacer negocios con él. Además, aprovechándose de esa supuesta mano que le dio Massera, mi papá le hizo un juicio al Banco Central por retenerle el dinero. Pero no fue su único error. Mi padre, que tenía varios campos, quiso venderle uno a Massera al doble del valor real y Martha Rodríguez McCormack, cuando se entera de la movida, le dice a Massera que mi papá lo quería estafar. Massera no soportó que lo quisiera pasar y eso desembocó en su desaparición.
Emilio Massera, uno de los jefes de la represión durante la dictadura, días atrás fue internado por un supuesto infarto en momentos en que la Justicia italiana, que pide su extradición por la desaparición de ciudadanos de ese país, habla de “un cuadro de simulación” con respecto a su estado de salud. El represor pisó la cárcel por primera vez el 17 de junio de 1983, cuando el entonces juez federal Oscar Salvi lo detuvo en el contexto de la causa que investigaba el presunto homicidio del empresario Fernando Branca. Según se acreditó en esa causa, Branca era propietario de Brafer S.A., una empresa dedicada al reciclado de papel, y era socio de Massera en varios emprendimientos. El testimonio de Guillermo Patricio Kelly fue vital para encarcelar al ex almirante y a la amante de Massera, Martha McCormack. Según la Justicia, ellos fueron los ideólogos de la desaparición del empresario. El juez Salvi, tras tomarle una extensa declaración a Massera, dictó las prisiones preventivas del marino, de Rodríguez McCormack y del capitán de navío Eduardo Invierno, quien también habría participado en el operativo que terminó con la desaparición de Branca.
Noticias: ¿Cómo fueron las últimas horas de su padre?
Branca: Según lo que pude reconstruir a través de testimonios, ese día va a almorzar al Club del Lago con Massera, Jorge “Tigre” Acosta y el capitán Eduardo Invierno. La idea era que estos tipos le conocieran la cara. También participa de ese almuerzo Cristina Larentis, que era la nueva novia de mi padre, que hacía un tiempo ya no estaba con mi madrastra Martha McCormack. Cristina decide no ir a navegar, mi padre acepta y sale embarcado con Massera. Después de ese viaje no apareció nunca más, desapareció. Pero lo más grave es que varios años después una amiga de mi madre encontró una boleta firmada por mi padre con fecha del año ’81. Decía Fernando Arturo Branca, le recetaban una medicina.
Noticias: ¿Qué cree que pasó?
Branca: Lo que sucede es que no se sabe nada de mi padre, si desapareció en un barco o dónde, pero se supone que podría haber estado en cautiverio varios años. Esa boleta la encontraron en un campo que queda en Norberto de la Riestra, provincia de Buenos Aires.
Noticias: ¿Entonces la teoría que usted maneja es que lo llevaron a navegar y que luego lo secuestran? La versión que se difundió en su momento es que su padre habría sido asesinado arriba del barco.
Branca: Creo que lo tuvieron en cautiverio, secuestrado hasta que lograron que les firmara todos los papeles donde entregaba las propiedades que eran de él. Él, cuando desaparece se quedó sin plata, le vaciaron las cuentas que tenía en bancos de los Estados Unidos y le sacaron un campo que era de su propiedad. Yo logré conseguir las chequeras que le emitieron a mi padre en los Estados Unidos y cuando las revisé, a todas les faltaba un cheque, le vaciaron todo. En 48 horas desde que desapareció le vaciaron todo.
Noticias: ¿Cuál era el patrimonio estimado de su padre?
Branca: Tenía cerca de 30 millones de dólares. Tres propiedades en los Estados Unidos, campos, acciones, un departamento sobre la Avenida del Libertador, autos y efectivo. Todo eso desapareció, se lo robaron y nunca pude reclamar nada. Era el modus operandi de la dictadura, quedarse con las propiedades de los desaparecidos. Yo entiendo que mi padre cometió un error gravísimo que le costó la vida. Desapareció por hacer negocios con Massera.
Noticias: ¿Qué siente que va a ganar haciendo pública esta historia?
Branca: Sólo quiero la verdad. Y busco que algún día se encuentre el cuerpo de mi padre. Porque quiero enterrarlo en paz y terminar esta historia.