Es probable que cuando el kirchnerismo haya dejado de existir como aglutinador en torno al poder, Enrique “Pepe” Albistur sea el ex funcionario que más vaya a caminar por la zona de Tribunales. Su sensible Secretaría de Medios, el organismo que distribuye a gusto y placer la publicidad oficial, es uno de los más cuestionados no ya por la oposición -lo acusan de manejar los fondos como premios o castigos- sino también ahora por… ¡sus propios socios!
El martes 9, a la vez que se conocía que en este año el Gobierno usará 225 millones de publicidad -95% más que en el 2005-, el Grupo América comunicó que rechazaría todos los avisos publicitarios cursados a través de la Secretaría de Medios que comanda Albistur. Para saber quién es quién en esta guerra conviene anticipar que los ahora enfrentados fueron hasta ayer nomás, más que amigos. Y en los papeles, también socios. Por ejemplo, Carlos Ávila, dueño del 40% de América TV, es socio de Albistur en la publicidad callejera, según le reconoció a NOTICIAS en una entrevista. Y el ex ministro menemista José Luis Manzano y Daniel Vila, cabezas fuertes del Grupo América, tenían tan buena relación con Albistur que le ofrecían su desaparecida Revista Poder para que el secretario realizara operaciones de prensa negativas. ¿Qué pasó para que esta asociación terminara en cruces mediáticos que prometen revelar pecados y actitudes non sanctas?
La pelea. Según un comunicado de América, la Secretaría de Medios de Albistur dejó de cursarles publicidad en el último bimestre del 2006, después de que periodistas del Grupo denunciaran una maniobra de Wall Street, la empresa de Albistur, para quedarse con las carteleras publicitarias de Mendoza.
Desde 1991, cuando Carlos Grosso concesionó las pantallas verdes callejeras de la ciudad de Buenos Aires, Albistur se quedó con el negocio, pese a que su contrato venció en 1997. La mayor parte de la fortuna de “Pepe”, como lo conocen todos en el peronismo, fue gracias a esa “concesión” de Grosso. Pero Albistur siempre va por más. Su incursión en Mendoza, a través de su hijo Ignacio, se vio frustrada por las denuncias que obligaron a la municipalidad mendocina a cancelar la concesión.
Y la semana pasada se volvió a enfrentar al grupo mendocino Vila-Manzano -que comanda América TV- en la licitación porteña presentada el 3 de enero, donde (por fin) se trataría de transparentar el negocio de las carapantallas que enriquecieron a Albistur. El Grupo América, en sociedad con otras empresas, se presentó para ese negocio de 350 millones de pesos, pero decidió retirarse esta semana, ante lo que ellos definen como “las presiones de Albistur” (ver recuadro).
América denuncia que el secretario de Medios decidió recortar la publicidad oficial “como método coactivo para evitar que se informe acerca de su controvertido manejo del poder a favor de millonarios negocios que pretende obtener para su familia”. Pero el comunicado distribuido por Vila y Manzano va más allá, involucrando a otros medios de comunicación: “El grupo América defiende la libertad de prensa y rechaza las insistentes presiones del secretario Enrique Albistur, que se manifiestan a través de llamadas telefónicas, amenazas de operaciones de prensa negativas en medios que maneja la Secretaría a su cargo como son la revista Veintitrés y Newsweek y la reproducción de sus tapas en las carteleras de vía pública que el mismo Albistur posee”.
(sbt)Traidores.(sbt2)Vila y Manzano deben conocer bien esa metodología. El 3 de julio del 2004, NOTICIAS reveló cómo el Gobierno manejaba 80 millones de pesos anuales para domesticar medios de comunicación y cuál era el papel de “Pepe” Albistur, a quien en el ambiente publicitario lo llaman con cierta ironía “El pega-afiches”. Entre los beneficiados por “Pepe” mediante la pauta publicitaria oficial estaban la revista Poder, de Vila y Manzano. Y también los canales 9, de Daniel Hadad, y América –de Ávila, Vila y Manzano-. Pocas semanas después de esa revelación, Albistur se reunió con el director de la revista Poder para redactarle una nota, que luego publicitó el mismo Albistur en sus pantallas callejeras. Así intentaban destruir la denuncia de NOTICIAS: “La ‘investigación’ del semanario líder de la Argentina se basó en un informe que, si existe, no coincide en nada con los datos que pueden recabarse, sin demasiado esfuerzo, en la Secretaría de Medios que conduce Enrique ‘Pepe’ Albistur, el hombre al que apuntó NOTICIAS en su nota, y al que acusó de no contestar sus preguntas. ‘NOTICIAS nunca pidió formalmente la información’, le aseguró a Poder el propio Albistur. “.
Ahora, pasado el tiempo dos cosas están claras: aquella investigación inicial de NOTICIAS fue la que abrió los ojos a la oposición y a las asociaciones periodísticas extranjeras, como la Sociedad Interamericana de Prensa, que tiempo después comenzaron a denunciar lo publicado por esta revista. Y la segunda certeza es que entre las bandas de este tipo siempre habrá traiciones. El ex director de la revista Poder que había operado para Albistur bajo el visto bueno de Manzano, ahora ataca al secretario de Medios y lo denuncia por “amenazar con operaciones de prensa al Grupo América”. El transcurso del tiempo permite radiografiar a todos estos personajes que se defienden o se atacan entre sí por unos pesos… Mejor dicho, unos millones de pesos.
Otro periodista más conocido, Román Lejtman, también quedó en medio del fuego. El ex investigador de Página/12 trabajó (¿y trabaja?) para la Secretaría de Medios, a través de una productora que también ha facturado más de un millón de pesos por ideas de documentales o de encuestas sobre consumos culturales. Pero desde hace unos meses, Lejtman pasó a dirigir el contenido periodístico del Grupo América, por el cual le pagarían “alrededor de 40 mil pesos mensuales”. ¿Para quién juega ahora en medio de estos ataques brutales?
(sbt)El futuro.(sbt2)El miércoles, “Pepe” Albistur estaba preocupado. Quitó de la síntesis informativa que recibe el Presidente, la polémica con el Grupo América que apareció en El Cronista, el diario económico de otro socio de Vila y Manzano, el empresario Francisco De Narváez. Es una buena señal. Hasta ahora, el secretario de Medios se sentía fortalecido por las críticas: “Cuanto más me critiquen, más me apoya Kirchner”. Habrá que ver si el santacruceño decide seguir apostando a un hombre que piensa más en sus negocios que en las cuestiones del Estado.