En su casa de Barrio Parque prevalece la sencillez y el buen gusto. Ella se ocupó de la ambientación, y hasta en los pequeños detalles se nota que es una mujer con estilo. A Ana Rusconi le gusta el diseño, el arte, la ópera, viajar. Es habitué de eventos sociales, buena gourmet, y se distingue por sus amistades internacionales. “Ese es mi costado de banalidad, y un poco está bien”, suele decir. Separada del empresario Luis Rusconi, con quién tuvo a su hijo Juan (11), y luego de atravesar una dolorosa experiencia hace dos años, está sin pareja y con ganas de volver a enamorarse.
Es socia y directora de Bang & Olufsen en la Argentina, una firma danesa de productos de audio y video de alta gama, y desde ese lugar habla del compromiso que les cabe a los privilegiados de la sociedad.
Noticias: Su vida parece muy glamorosa, deben envidiarla.
Ana Rusconi: (se ríe) No soy para nada glamorosa, tengo que lucharla como todo el mundo. Me ocupo de mi hijo, lo llevo al colegio, trabajo, y también soy ama de casa. Tuve momentos exitosos y otros en los que me fue mal, pero mi vida no es fascinante.
Noticias: Sin embargo, siempre se la ve impecable, es amiga de celebrities y son famosas las fiestas en su casa de Punta del Este.
Rusconi: Las fiestas las hago porque soy como un chico, me encanta que venga gente a comer a casa, y por supuesto, también tengo un coté de banalidad, engorda el ego verse linda en una foto. Pero eso no me marea ni me confunde, ni me creo nada. Además, no son las fiestas de Scarpa (N. de R.: Chiquinho, millonario playboy brasileño). Si, conozco celebridades internacionales, pero no todos son amigos míos. Muy amigas son Paola Marzotto y su mamá, Marta, las dueñas de Valentino, y se quedaron muchas veces en mi casa de Punta del Este. Y, a través de ellas conocí a Carolina de Mónaco, porque la hija mayor de Paola, Beatrice Borromeo, está de novia con Pierre Casiraghi, el hijo de la princesa. Carolina me pareció muy sencilla y para nada creída, es gente que se pone la ropa repetida un montón de veces, y anda de lo más sencillo.
Noticias: En la Costa Azul se la vio junto al diseñador Roberto Cavalli.
Rusconi: Sí, lo conocí en Saint Tropez a través de Marco Glaviano, el fotógrafo italiano, muy amigo mío. Cavalli me pareció un tipo supersencillo, agradable, y con sentido del humor. Me invitó a navegar en su barco. Eso es lo que tiene la gente de afuera, no están pendientes de mostrarse. Otra que no es amiga, pero que me encantó conocer por su calidad humana fue Liza Minelli, estuvo en mi casa de Uruguay. La que vivió allí fue Eva Herzigova, una linda de verdad y con una increíble sencillez.
En algún momento, Ana Rusconi fue vegetariana, ahora también come pescado, y se permite una copa de vino durante las comidas. Confiesa que tiene algunos kilos de más. “Es que me gusta comer, y como no voy a competir para Miss Universo, me deleito con algunas cosas. Por suerte voy al gimnasio y tengo un profesor bárbaro, me viene bien porque soy vaga. Igual, nunca estuve pendiente de mi imagen. Me cuido, aprecio verme linda, pero no soy una obsesiva. Tampoco me gustan las cirugías ni eso de estar todas iguales; cada uno es especial, y la elegancia es ser uno mismo. La vejez es una decadencia atroz, pero la naturaleza determina que todos vamos a envejecer, así que lo acepto como algo natural”.
Suele elegir su ropa entre griffes como Valentino, Dior, Cavalli, el brasileño Carlos Miele, y Versace. De los argentinos rescata a Pablo Ramírez, Benito Fernández, Ménage à Trois, y Evangelina Bomparola. “Para tener estilo no necesariamente se necesita mucho dinero, con algo de plata podés armarte unos conjuntos. Yo me compro una cosa, pero buena, no veinte más o menos, me la pongo un montón de veces y gasto la mitad que otras mujeres. Además, creo que la mayoría de los millonarios no tienen buen gusto”, asegura. Fanática de los zapatos, no se priva de comprar en Jimmy Choo, Rene Caovilla, Giuseppe Zanotti, Manolo Blahnik, Salvatore Ferragamo.
Noticias: ¿Cuándo se considera que alguien tiene estilo?
Rusconi: Primero, hay que usar ropa de acuerdo con la edad. Yo no puedo vestirme casi a los 50 como de 20. Me pongo un jean pero no tengo ni la misma piel ni las mismas piernas ni los mismos brazos que antes. Tener estilo es llevar los años con la mayor dignidad y elegancia posibles.
Noticias: ¿La ostentación le parece vulgar?
Rusconi: Totalmente, y también es sinónimo de inseguridad. Eso de “yo tengo, yo puedo, yo hago”, mostrar todo el tiempo, me parece vulgar. Un poco de banalidad está bien, pero acá como somos extremistas premiamos a quién está ostentando autos, aviones, casas. Además, si alguien es un referente público no puede hacer ostentación, es una falta de ética.
Noticias: Cuando uno carece de dinero, generalmente le da mucha importancia. ¿Qué valor adquiere para alguien que sí lo tiene?
Rusconi: Cuando uno tiene mucho dinero, y no digo que sea mi caso, tiene mucha responsabilidad social también. Hay que devolver a la sociedad lo que nos da. Muy pocos somos afortunados y tenemos que agradecer todo el tiempo. Y ser humildes, no olvidarse de las raíces.
Noticias: ¿Cómo se maneja usted con el dinero? ¿Lo cuida?¿Lo gasta sin problemas?
Rusconi: A mí me gusta gastarlo, salir a comer con amigos, disfrutar, y no puedo ayudar a todo el mundo, pero repartir lo poco o mucho que tengo me hace sentir mejor persona.
Noticias: ¿Qué rol debería jugar el empresario en la Argentina actual?
Rusconi: Debería tener más conciencia social, como sucede en los países ricos y avanzados. Tengo amigos empresarios que están involucrados en temas sociales, y sé de otros a los que no les preocupa. Somos un país individualista, no estamos juntos para salir adelante, es un sálvese quién pueda.
Noticias: Bill Gates, Warren Buffet, Ted Turner y otros millonarios norteamericanos han donado el 50% de sus fortunas o más, para causas sociales. ¿Imagina que algo semejante pueda suceder aquí?
Rusconi: Como copiamos mucho, ojalá que también copiemos estas cosas tan buenas. Pero acá lo veo difícil. Recuerdo haber leído que Bill Gates les iba a dejar muy poco dinero a sus hijos. Es que les hacemos un mal dejándoles mucho. Les tenemos que dar educación, tratar de que sean buena gente, que tengan valores, que aprendan cosas nuevas.
Noticias: En su caso, ¿cómo ayuda a los demás y reparte lo que tiene?
Rusconi: En algún momento ayudé a unos chicos de Corrientes que no podían ir al colegio porque no tenían ni para comprar una goma. Les pagué el estudio, y ellos me mandaban cartas los fines de año agradeciéndome, y me ponían las notas que se habían sacado. Yo lloraba, y todavía me conmueve. Ayudar es tomar un compromiso con la gente, no es dar veinte pesos hoy y ya está. Ahora estoy ayudando a unos chicos del Chaco. Me gusta que hagan la carrera de maestro rural y después, si quieren, algo terciario o universitario que les permita una salida laboral.
Noticias: ¿Y cómo percibe la situación del país?
Rusconi: Me preocupa la desigualdad social, que es muy marcada, y la falta de educación. Pero no es sólo un tema de dinero, es también la soberbia que tienen los chicos, algunos creen que porque su padre tiene un auto así o una casa asá pueden llevarse a la maestra por delante. No se gratifica a la gente que se esfuerza y estudia, se intenta zafar y hacer el camino del menor esfuerzo.
Noticias: ¿La inseguridad le preocupa?
Rusconi: Tengo miedo por mi hijo, a mí ya me robaron en pleno mediodía en la Avenida Alvear, me sacaron un reloj y me lastimaron el brazo. Igual, me preocupan más los chicos que están drogados y te matan por dos pesos. La vida no vale, sobre todo en el conurbano. Por eso insisto con el tema de la educación, no se puede construir una sociedad sin ética ni valores.
Noticias: ¿Y cuál es su visión sobre el Gobierno?
Rusconi: (piensa). Me parece que la macroeconomía anda muy bien, hay generación de riqueza, pero no estoy de acuerdo con la distribución. El problema no es sólo el Gobierno, no hay políticos que puedan encontrarle la salida a todo esto. No tenemos líderes, no tenemos un Lula.
En cuestiones sentimentales, Ana Rusconi logró lo que pocos pueden: llevarse bien con su ex marido, compartir una muy buena amistad, y hasta vivir en el mismo edificio. Pero no todos fueron buenos momentos. Hace dos años, mientras estaba de viaje en Europa, su pareja el empresario Carlos Reincke, se suicidó en Buenos Aires al pegarse un tiro.
Noticias: ¿Pudo superarlo?
Rusconi: Fue muy doloroso, tuvimos una relación apenas un año y medio, pero lo quise mucho. Cuando alguien cercano desaparece tan trágicamente, uno empieza a preguntarse: ¿cómo no me di cuenta?, ¿qué pasó?, ¿por qué no me dijo? Estuve bastante deprimida, y también tuve mucha bronca. Me costó superarlo, y es el día de hoy que me acuerdo y sufro mucho.
Noticias: ¿Y le pesa estar sin pareja?
Rusconi: Sí, porque siempre me ha gustado estar en pareja, y me encantaría encontrar un nuevo amor. Sigo teniendo la ilusión, y en eso sí es como si tuviera veinte años. Me encanta creer en el amor. Pero tampoco estoy apurada: si surge, surge.