Estoy desilusionado con los resultados de las pericias”, les confesó a los suyos Facundo Macarrón (20). El hijo de Nora Dalmasso teme que algunos términos del informe psicológico oficial al que se sometió a pedido de la Fiscalía que el 7 de junio último lo imputó por el homicidio y abuso sexual de su madre, lo perjudiquen. Es que, entre otras cosas, le endilgan una agresividad contenida que podría hacerlo estallar ante situaciones críticas. Cualquier mortal hubiera soltado un insulto a los peritos y sus conclusiones, al menos entre su gente de confianza. Pero para Facundo las cosas no funcionan en ese tono. Él mantiene la corrección ante cualquier adversidad.
¿Qué determinan las pericias psicológicas del hijo de Nora Dalmasso y cómo pueden impactar esas conclusiones en su futuro? NOTICIAS tuvo acceso a diversas fuentes judiciales que coinciden en que la pericia califica a Facundo como racional, con rasgos fabuladores, con padres distantes, atrapado en el corset del deber ser familiar, egocéntrico, inmaduro y con una agresividad encubierta pero sin componentes parafílicos (fantasías sexuales o conductas que engloban a objetos o animales, niños o adultos que no dan su consentimiento).
Batería. El exceso de corrección que desde un principio resultó llamativo en el proceder de Facundo sería, a la luz del análisis de los profesionales, también un mecanismo para impactar y seducir a los interlocutores como el modo de poner distancia con ellos. Así, las pericias lo describirían como un joven que se esfuerza constantemente por presentarse lúcido, culto y amable.
Sobre todo al comienzo de sus encuentros con los psicólogos, Facundo habría hablado de un modo frío y cargado de tecnicismos que despojaban sus relatos de connotaciones afectivas. En realidad, sólo se habría permitido mostrar cierto enojo en relación a su imputación y al gran daño que le habría provocado que su homosexualidad se hiciera pública. Con una personalidad ajustada hasta el paroxismo a las buenas formas y al cuidado de las apariencias, lo que se aleje del ideal familiar sería vivido por Facundo como algo que se debe ocultar. Por eso, es de suponer cuánto pudo haberlo afectado que tanto su núcleo íntimo como la opinión pública conocieran su elección sexual.
Desde que quedó procesado, Facundo no deja de pensar en las consecuencias que su presente polémico tendrán en su futuro profesional. “Inclusive evalúa que después de recibirse podría irse del país porque acá no hay un solo rincón en el que no se lo tilde de homosexual”, le reveló a NOTICIAS meses atrás uno de sus amigos más cercanos. Esa inquietud por resolver un problema todavía lejano, ligado básicamente con su desarrollo profesional, pareciera ser una muestra más de cómo lo que lo sacude emocionalmente pasa inmediatamente por el tamiz de la racionalización.
De acuerdo con las fuentes judiciales consultadas, Facundo habría reconocido que, sobre todo ante desconocidos, tiende a mostrarse como excesivamente correcto, característica que también habría adjudicado a su padre y a su abuelo Félix. “Marcelo es como yo: una persona simple, poco afectuoso o cariñoso, en realidad poco demostrativo”, declaró Félix Macarrón ante la fiscalía el último 13 de julio.
Familia. Dos semanas antes que comenzaran las pericias, Facundo viajó a Santiago del Estero y pasó tres días en la casa de uno de sus amigos de facultad. Allí tomó fuerzas para lo que vendría: seis jornadas, desde el 20 de julio al 3 de agosto, en las que tuvo que someterse a la batería diagnóstica desplegada por el psicólogo Pablo Duje, perito oficial, y Liliana de Licitra, perito de parte. Con puntualidad inglesa, llegó a cada uno de los encuentros pautados siempre bien predispuesto.
Una de las revelaciones de los estudios sería que Facundo tendría una imagen paterna agresiva, fría y exigente. Varios testimonios de allegados a los Macarrón ya habían señalado aquello. Una de las amigas de Nora y vecina del Villa Golf, por citar un ejemplo, explicitó ante la fiscalía: “Hace aproximadamente dos años, ella (Nora) le comentó que estaban haciendo o iban a hacer, terapia de pareja (…) la deponente pensó, ya que no preguntó, que esa terapia se debería a su relación con sus hijos, ya que Valentina era algo rebelde y Facundo muy introvertido, fino y delicado. Que Nora tenía un carácter muy fuerte, por lo que posiblemente hubiera influido en la forma de ser de su hijo (…) que, en cierta ocasión, Nora le comentó que su esposo obligaba a Facundo a concurrir a jugar al rugby “para hacerlo más hombre”, y que inclusive Facundo solía regresar de la práctica de ese deporte llorando”. En relación a su madre, en cambio, el joven la idealizaría, al tiempo que también la describiría como impulsiva, agresiva y distante.
“Si el derecho procesal penal necesita de un motivo para el crimen, las relaciones familiares precedentes al hecho son razón suficiente para implicar al joven en calidad de autor”, señala, consultada por NOTICIAS, María Massa, psicóloga y adjunta en la cátedra de Criminología de la carrera de Psicología de la UBA.
Juan Dalmasso, hermano de Nora, fue el primero en advertir que Facundo se asfixiaba en su casa y que al radicarse en la ciudad de Córdoba había logrado dar rienda suelta a una libertad inusitada hasta el momento, que le permitía vivir a su modo. “Muy posiblemente al irse a Córdoba comenzó a ser él mismo y no lo que la alta sociedad de Río Cuarto y su padre le imponían que debía ser, por esa razón ya casi no venía”, había declarado el tío y padrino de bautismo de Facundo, el 19 de mayo pasado. Casualmente, la evaluación del perito oficial coincidiría en que el cambio de ciudad habría significado una bisagra en la vida del joven: a 233 kilómetros de distancia se habría liberado del corset que representaba Río Cuarto y las exigencias familiares.
Después de su imputación, Facundo continuó viviendo solo en su departamento de la capital de la provincia, cambió de abogados y se puso al frente de la estrategia judicial. Con todo, siguió rindiendo los exámenes de abogacía y caminando con sus amigos por las calles de la ciudad de Córdoba. Pero, en medio de ese cuadro crítico, Facundo todavía está saliendo de la adolescencia y la tensión por la libertad y por la identidad todavía continúan en juego. “Los resultados de la pericia no revisten diferencias abismales con un informe clínico de cualquier adolescente estándar –opinó el psicólogo Sebastián Vázquez Montoto, especialista en Adolescencia y Familia, consultado por NOTICIAS-. En ningún momento se habla de un perfil psicótico. Lo que sucede es que su condición sexual despierta en el imaginario social la idea de que es pasible de estar vinculado a una perversión”.
Ejemplar. Pese a que sus profesores y su performance académica lo ubican en el cuadro de honor de un alumno 10, las pericias sobre Facundo no habrían determinado un coeficiente intelectual superior al de su edad. Quizás su carta de presentación basada en el despliegue de excelencia y la responsabilidad incuestionable a la hora de cumplir con las obligaciones, sean las herramientas que lo mantienen en el tope del rendimiento.
Por otra parte, las pericias habrían inferido cierto uso de la mentira por parte de Facundo, además de rasgos fabulatorios y confabulatorios.
A parte de atender a las entrevistas clínicas, el hijo de Nora tuvo que someterse a una batería de pruebas. Los test Proyectivos Gráficos fueron unas de las herramientas por la que se analizó su personalidad. Uno de ellos, denominado “persona bajo la lluvia” (que consiste en hacer un dibujo de acuerdo a esa consigna) permitió evaluar la reacción mental, emocional, instintual–pulsional en situación de tensión. Las pericias indicarían que tras la fachada que Facundo sostiene de control, amabilidad y aparente madurez; se esconderían componentes inmaduros, egocéntricos y dependientes bajo los que subyace un importante monto de agresividad encubierta. De allí que una situación de tensión o disgusto podría disparar agresividad. De este modo, las pericias no descartarían reacciones explosivas que luego tenderían a ser negadas y racionalizadas. ¿Cómo interpretará la Justicia que quien está acusado de haber matado y abusado de su madre sea descripto como una bomba temperamental en potencia?
Pero, para equilibrar la balanza, el informe no habría detectado elementos vinculados con la existencia de componentes parafílicos.
Indicio. ¿Hasta dónde es determinante una pericia psicológica para alterar o confirmar la imputación de Facundo Macarrón en el crimen de su madre? El fiscal Javier Di Santo se limitó a calificar el informe como “muy importante”. La psicóloga María Massa opina que “el descubrimiento por el psicoanálisis de la universalidad del Complejo de Edipo, no hace al neurótico un asesino en potencia de cualquiera de sus progenitores. La justicia no debe olvidar que para acusar a una persona, debe demostrarse objetivamente ser el autor del hecho imputado. Debe estar bien fundado el motivo y el móvil para cometer el hecho”. La especialista señala la constante tensión que se genera entre lo que para la ley tiene un valor indicial y la tentación de algunos jueces de tomarlo como prueba.
“Estamos muy tranquilos acerca de quién es Facundo. Sabemos que él no es el asesino y nuestra preocupación es encontrar a quien mató a Nora”, sostuvo el miércoles 10 el abogado querellante Diego Estévez. Para el represente de la familia Dalmasso, la pericia psicológica “es una guía pero no puede alterar la situación procesal de Facundo. Son opiniones, no son pruebas”.
Por su parte, la defensa del joven se apuró en presentar una ampliación del informe en el que la perito de parte aclara que “Facundo no tiene una personalidad psicópata ni perversa”.
Cuando el hijo de Nora se enteró de la muerte de su madre, sufrió un temblequeo pero no lloró. Contuvo a sus abuelos y le pidió a su padre acompañarlo en la conferencia de prensa que dio el viudo días después. Por lo que se desprendería de las conclusiones periciales, a pesar de que Facundo habría expresado sus dificultades para elaborar el duelo de su madre, los especialistas no habrían encontrado en él indicadores afectivo emocionales que coincidan con sus dichos. “Bajo qué condiciones puede iniciar su trabajo de duelo, cómo no va a tener dificultades para su elaboración, si en lugar de llorar la muerte de su madre, tiene que defenderse de semejante acusación”, cuestiona Massa.
En principio, la batería diagnóstica puede dar cuenta de la personalidad pero no basta para señalar a nadie culpable o inocente de un delito. El informe “queda relegado al mero plano subjetivo del entrevistador. Pareciera no tenerse en cuenta la subjetividad de Facundo. La psicología es un arma de doble filo en la utilización que le dan los peritos que responden a la demanda de la justicia”, sostiene Massa.
El riesgo está latente: en una causa que podría compararse con un pantano de arenas movedizas en la que, después de 10 meses, parecieran no haber elementos certeros sino un sinfín de dudas; la pericia psicológica podría encarnar la tentación de un salvavidas. Aunque quizás sea uno de plomo.