Trabaja todos los días desde la vereda de enfrente de Ámbito Financiero. El ventanal de su oficina da exactamente a la entrada del diario que fundó su padre hace 33 años. Desde que Julio Ramos murió, en noviembre del 2006, Claudio, su hijo mayor, alternó la administración del infierno sucesorio de los bienes paternos con el “submundo” futbolístico, como llama a la categoría C.
Se transformó en algo así como el tío rico del Atlético San Miguel, un club con una quiebra de casi 5 millones de pesos, intervenido judicialmente y que en el paquete del ascenso viene con barrabravas incluidos, balazos, jugadores amateurs y cero recursos. Claudio vive en Pilar y sueña con presidir Boca (trabaja desde hace años en la agrupación SuperBoca junto a Orlando Salvestrini) pero terminó enredado en el Oeste bonaerense cuando empleados suyos le comentaron lo mal que estaba esa institución. Hace unas semanas, contó públicamente que durante la infancia había recibido unas cuantas palizas de su padre. Las declaraciones sirvieron para que los muchachos de la C subieran la apuesta: “Así que tu viejo te cagaba a palos, si no ascendés nosotros te vamos a romper la cabeza”.
Noticias: ¿Cuánto dinero lleva invertido?
Ramos: Si se lo digo, mi esposa me mata… La C es una categoría aficionada, muy ingrata y a su vez fascinante, porque estoy en la cocina de la cosa, pero carísima.
Noticias: ¿Cuánto?
Ramos: Sabe qué pasa, estamos en la Argentina, me encantaría mostrar a mis hijos o mi casa pero es un país de asesinos y secuestradores, es muy difícil… cientos de miles de pesos. Pero el fútbol es fascinante, mire la carrera que hizo Macri.
Noticias: ¿Le gustaría imitarlo?
Ramos: Me encantaría participar en un gobierno serio, que saque a la Argentina de donde está. Pero, en principio, en Boca estaría muy bien.
Noticias: ¿Desde cuándo tiene ese interés?
Ramos: En el fútbol toda la vida, en la dirigencia hace un tiempo. Digamos que yo siempre estuve muy tapado por mi padre, eso es evidente. Él en una época quería ser presidente de Boca y se presentó como precandidato.
Noticias: ¿Y usted no le dijo “si sos presidente de Boca, yo soy tu vice”?
Ramos: (se ríe) No, no, yo le hacía los afiches y los pasacalles para la campaña, trabajamos como burros. Nos fue muy mal. La gente de la hinchada no sabía ni quién era Julio Ramos y él no lo podía creer.
Dice que el fútbol le sirvió para escapar por un rato del intrincado laberinto de la sucesión. “Imagínese 33 herederos y legatarios, 3 países (Argentina, Uruguay y Estados Unidos), le dejó bienes a jueces federales, a periodistas, ex novias, ex amantes, a dos matrimonios con hijos menores, a la doméstica paraguaya que le crió a los chicos, al casero uruguayo, a un gendarme de Corrientes que lo custodiaba, a abogados. ¡Un cuatriciclo divido entre 4, cuadros de 17 mil pesos con 3 herederos y dos legatarios!… El testamento es un engendro que nunca se vio en la historia de la justicia argentina”.
Antes de su muerte, Julio Ramos había armado una especie de supradirectorio de cinco integrantes, entre los cuales estaba Claudio, y al que en broma denominaban G5. A ellos, les dio una carta diciendo que si le pasaba algo, no continuaran con el diario. El mensaje era opuesto al que dejó en un video póstumo filmado 12 años antes, en el que alentaba a su equipo de Ámbito a seguir encolumnado detrás de Roberto García y alertaba a Claudio que tenía que llevarse bien con su mujer, Silvana Suárez.
Durante la internación de Ramos en septiembre del 2006, Suárez, madre de sus hijos menores Julia y Augusto y ya ex esposa, se encerró con un contador y un escribano en la terapia intensiva. Al enterarse, Claudio puso el grito en el cielo: “Esta mujer no tiene ninguna relación con mi padre, hay un divorcio vincular firmado”, le dijo al director de la prepaga. Justo en ese momento, apareció ella: “¡Te vas de acá o te saco por una ventana!”, la intimó y firmó una orden autorizando a entrar sólo a la entonces pareja de su padre, Diana Jure.
Noticias: ¿Se veía venir esa situación?
Ramos: Sí, ya mi padre me decía. Pero yo no pensé que se iba a morir. Después agarré a los médicos y les dije “oigan, ¿para qué me mintieron?” Además, yo lo quería ir a ver y él me decía que no. Me había puesto como función juntar a los dadores de sangre y plaquetas, imagínese lo que consume un leucémico. Terminé mandando 80 dadores de sangre y 20 de plaquetas.
Noticias: ¿Qué le decía él cuando le pedía ir a verlo?
Ramos: Que no, que la había visto a Julia una vez, lo iba a ver a Augusto y que a mí ya me había visto al principio. Incluso, mandó a limpiar el departamento con Lisoform porque pensó que salía. Creía que había 40% de probabilidades de zafar, 40% de tener tratamiento de por vida y un 20% de morir. Después, los médicos me contaron que ellos le habían pedido por favor que los dejara hablar con un familiar sanguíneo porque lo que tenía era grave y él les decía que no molesten. Al final no lo pude ver, pero sé lo que me hubiera querido decir porque me lo escribió en un papel: “Cuidá a tus hermanos menores”.
Noticias: ¿Cómo es su relación con Julia y Augusto?
Ramos: Buena. Ella tiene 19, viene a casa, andamos en bicicleta o vamos a patinar sobre hielo. Con Augusto, de 18, fuimos a ver a Boca. Hasta diciembre, cuando por la nueva ley se convirtieron en mayores, la madre era un obstáculo tremendo entre nosotros, porque era su representante legal. Si les mandaba algo para fin de año, primero lo tenía que ver ella; hubo cartas que nunca les llegaron y si les enviaba un correo electrónico, me denunciaba ante la Defensoría de Menores. Desde que son mayores, nos manejamos más libremente.
Noticias: Silvana Suárez dijo en su momento que usted quería tener una reunión con los chicos a escondidas, para que ellos la convencieran de que le vendiera su parte del diario.
Ramos: Sí, que Roberto García y yo les queríamos lavar la cabeza. Paranoia total, jamás les tocamos un peso, todo lo que hicimos fue favorecerlos.
Tras el fallecimiento de su padre, Claudio le prohibió a Suárez entrar al diario. Mientras tanto, ella negociaba con Daniel Vila y José Luis Manzano y llegó a firmarle una preventa a Antonio Mata. “Un disparate, porque era ilegal”, recuerda.
Noticias: ¿Tiene relación con Diana, la última mujer de su padre?
Ramos: No, es una de las legatarias, que se dedicó como muchas a obtener todo lo que pudo. Todo es amor hasta que llega el momento del reparto.
Noticias: ¿Ramos fue tan ordenado y obsesivo en sus cuestiones profesionales como desordenado en lo afectivo?
Ramos: Sin dudas, era un volcado absoluto a la labor, a la profesión, a la producción.
Noticias: ¿Era consciente de su talón de Aquiles?
Ramos: Por años lo arrastramos a psicólogos. Iba un rato pero decía que era para locos, que a él le funciona bien la cabeza porque escribía y la gente lo leía. Cuando algo lo superaba, decía: “Yo en el diario soy un ganador, pero con estos despelotes, pierdo siempre”. Ante los líos grandes en la casa, inclusive muertes, decía: “Yo mi parte la cumplí, tuve 4 trabajos, 2 carreras universitarias, la guita la traje. Este despelote es propio de las mujeres”… no es así, pero bueno.
Entre diciembre del 86 y marzo del 87, Claudio perdió a sus hermanos Gabriel y Darío (él era el del medio) en accidentes trágicos.
Noticias: ¿Sufrió la culpa de ser el sobreviviente?
Ramos: Todo, todo lo que se pueda imaginar y más. Me fui a Europa con amigos dos meses y pico, estuve imparable, con sustancias de todo tipo, ingobernable… y luego, cuando cumplí más años que mi hermano mayor, me parecía rarísimo. Los ves en las fotografías y, claro, ninguno tiene canas… eso es muy raro. Después te casás, tenés hijos y ellos se quedan ahí.
Dice que se “civilizó” a los 35, cuando se casó con Vanina. Después vinieron Faustina (10) y Olivia (3). Años antes de llegar a la estabilidad emocional, filmó “La pluma del ángel”, una película en la que relataba sus dramas familiares.
Noticias: ¿Le sirvió como catarsis?
Ramos: El guión original era mucho más parecido a mi historia, pero en la realización se fue transformando. Son búsquedas, no es que con la película lo saqué afuera, no, el rock and roll seguía.
Noticias: ¿El dolor le dejó marcas indelebles?
Ramos: Sí, sueño mucho con el mayor y también con mi papá. ¡Me dejan loco esos sueños! A veces me peleo con mi papá. Anda con un trabuco y yo discuto. La otra vez había como un sector oscuro con lápidas y yo sabía que ahí se padecía un dolor terrible y gritaba como un energúmeno… toda la mañana siguiente con esa sensación, “¿porqué peleaba con éste?, debe ser por tal cosa”.
Noticias: Antes dijo que estaba muy tapado por su padre, debe haber sido muy difícil ganarse su respeto.
Ramos: Mmmm… no lo hice, así que me imagino que debe haber sido muy difícil (risas)… sí, yo lo veo al hijo de Alfonsín, la verdad es que nació cuando murió el padre, hasta ahí no lo conocía nadie…
Noticias: ¿La muerte de Ramos, de algún modo, lo liberó?
Ramos: Sin duda, es tremendo que sea así, pero sin duda. Aunque yo estaba en ese grupo y le discutía a gritos, porque toda mi vida le dije lo que pensaba; es cierto que cuando él se va, uno surge, se libera, se le destapan un montón de aspectos, sin duda.
Durante su infancia, el padre llegaba a las 12 de la noche y con sus hermanos lo saludaban con: “Qué hay de nuevo, viejo”, al mejor estilo Bugs Bunny. Pero Ramos no podía decodificar el lenguaje infantil: creía que los chicos le estaban pidiendo regalos. “Un loco, paranoico… nos mandaba a la mierda, nos sacaba a patadas, decía: `¡Encima que no paro de trabajar, lo único que hacen es pedirme!´ Y nosotros no entendíamos nada”, recuerda. Cuando Ramos sufría un ataque de alergia, no toleraba las bromas de sus hijos. Los corría enfurecido hasta que los alcanzaba y les daba una sucesión de tortazos.
Noticias: ¿Tuvo que hacer algún tratamiento para zafar de las drogas?
Ramos: No, lo mío nunca fue a nivel adicción.
Noticias: ¿Cuál es su actual actividad laboral?
Ramos: Soy el administrador judicial de la sucesión. Supongo que terminaremos a fin de año.
Cuenta que le encontró el gusto a lo periodístico y que, después del tropezón de su ópera prima, lo ganó el trajín en el diario. Pero ahora aspira a ser dirigente de Boca y, algún día, su presidente. También lo seduce la política y siente afinidad por Ricardo López Murphy, Carlos Reutemann, Felipe Solá y Paula Bertol. Califica de “inútiles” a De la Rúa y Chacho Álvarez, duda de que Lilita Carrió pueda administrar siquiera un polirrubro y dice que Carlos Menem ya está completamente terminado. A Néstor Kirchner lo ve como a “un tipo muy vivo, pero me parece que el país ha retrocedido 20 años”.
Noticias: ¿Qué piensa de la ley de Medios?
Ramos: Me parece que está bien. Un liberalismo no puede funcionar con enormes monopolios que se convierten en un Estado dentro de otro. Al grupo Uno de Vila y Manzano, por ejemplo, no le interesa el periodismo sino usar al periodismo, yo los conozco.
Noticias: ¿No está de acuerdo con el Fútbol para Todos?
Ramos: No le veo viabilidad, 800 millones de pesos por año… creo que Julio Grondona fue inducido a entrar en una pelea del gobierno con el grupo Clarín.
Noticias: ¿Piensa que lo de Grondona fue inocente?
Ramos: Todos los actores tendrían que haber cedido una parte. La solución no era que todo lo pusiera el Estado.
Noticias: ¿Hubiera preferido que se mantuviera el monopolio de TyC?
Ramos: Era negativo, pero viable.
Dice que no hubiera querido vender el diario, pero que lo hizo en abril del 2008 porque se quedaba sin el respaldo de Roberto García, y resume: “Ámbito sin Roberto no funciona, la realidad lo está probando”.
Noticias: ¿Tiene ganas de volver a Ámbito?
Ramos: Le ofrecí al señor (Orlando) Vignatti trabajar gratis un año. Hace unos meses, le mandé una carta que le entregaron en la casa. Me parece que eso va muy mal. Era un diario hecho por profesionales, ahora está dirigido por aficionados.
Noticias: ¿Qué respuesta le dio?
Ramos: Ninguna. Me imagino que habrá pensado que era la viuda que no puede vivir sin el diario, pero nada que ver, aunque extrañe editar las noticias, vivo muy tranquilo. Lo que pasa es que amo Ámbito Financiero, quiero mucho a la gente que trabaja ahí, me da mucho dolor verlo declinar.
Jura que no piensa sacar un nuevo medio y que, al irse del diario, se comprometió a no abrir otro por los siguientes 5 años: “No extraño el periodismo en sí, pero tengo un tremendo amor por Ámbito”.