Se toma la vida con humor. Y ese humor lo traslada al trabajo: tanto en su rol de columnista en el programa “Acoso textual”, por América, como en su último libro, “Monólogo de una mina sola”. En el lobby del Vain boutique hotel, Valeria Schapira es espontánea y se ríe de sí misma, sin temor a quedar al borde del ridículo. Confesará que es la “reina de la contradicción” y hasta le pedirá perdón a la comunidad judía, a la que pertenece, por inundar su billetera con santos. Es fanática del psicoanálisis, pero consulta videntes. ¿Caso de diván?
En su Rosario natal vivió hasta hace un año y medio, allí estudió Comunicación, trabajó en radio y televisión y finalmente recaló en Buenos Aires “¡Bienvenida a la jungla!”, arremete.
Noticias: En el libro describís arquetipos de mujeres solas. ¿Cómo es la agreta?
Valeria Schapira: Es la resentida con su soledad, la que traslada su descontento a su entorno, ¿quién no ha tenido una agreta cerca, que odia a la gente con familia bien constituida?
Noticias: ¿Y la que odia a los hombres, por qué los odia?
Schapira: Porque no sabe encontrarse con ellos. No hablo del encuentro físico, sino de establecer un nexo con otro. A veces, cuando uno no sabe hacer las cosas, le echa la culpa al otro de su propio déficit. Pero también está la solterona, que es agreta, y odia a los hombres. La conjunción más horrorosa: ¡una bruja! Todo depende de cómo se lleve con lo que te toque vivir. Una puede “ser sola” o “estar sola”. No es lo mismo.
Noticias: ¿Y vos, qué clase de soltera sos?
Schapira: Soy la soltera típica que siempre tiene alguien al lado, gracias a Dios. No soy sola, estoy sola… Soy divorciada desde hace tres años y siempre tengo a alguien, aunque no he vuelto a convivir. Gracias a Dios, a la Virgen y a todos los santos, ha habido mucho hombre postdivorcio. Ojalá que este hombre que está hoy sea mi compañero en la vida.
Noticias: ¿No es contradictorio escribir “Monólogo de una mina sola” cuando reconocés que jamás lo estás?
Schapira: Yo soy la reina de la contradicción. Suena a paradoja, pero la mayor parte de mi vida he estado sola, vivo sola desde los 20, tengo una familia bastante reducida y hay que ver qué quiere decir estar con alguien. Muchas veces estuve sola estando acompañada.
Noticias: ¿Qué te pesa de la soledad?
Schapira: ¡La soledad me pesa siempre! Soy una persona que permanentemente necesita que los demás le ratifiquen su cariño.
Noticias: ¿Por qué tanta inseguridad?
Schapira: Puede ser inseguridad, pero afectuosa, en todo caso. Me da gracia porque estás haciendo una sesión de terapia periodística, ¡me estás desafiando! (sonríe). Me encanta, me analizo desde que tengo uso de razón. Mirá, la vida en esta Tierra es una, más allá de que podamos compartir o no el tema de la reencarnación, pero sí creo que uno tiene que hacer lo que siente y no quedarse con las ganas de nada. Siempre hice lo que quise, casi cual niña caprichosa, que debe tener que ver con mi esencia caprichosa de la infancia, con la falta de límites por parte de mis viejos, que en paz descansen.
Por eso nunca me arrepiento de las cosas que hago, jamás, aunque me equivoque. He pagado precios muy altos por embarcarme en cosas.
Noticias: No me asustes. ¿En qué cosas te embarcaste?
Schapira: Me enamoro mucho, sufro mucho. Digo lo que pienso, no tengo filtro. No me guardo nada, al que le guste, bien, y al que no, también; aunque trato de no lastimar a la gente que quiero.
Noticias: Hablemos de hombres. ¿Cómo viene el mercado del usado?
Schapira: Viene tan cascoteado como el de la mujer. Seamos realistas, a esta altura de la vida, tampoco una va a pretender un hombre con todos los chiches. Hay que pensar que tal vez ese hombre llegue con un par de hijos a cuestas, un par de kilos de más o menos pelo. Una tampoco tiene el culo en tan buenas condiciones… Bah… yo nunca lo tuve en condiciones. Y cuando una llega cascoteada, el otro también te tiene que aguantar los mambos. Hay que saber hacerse cargos de los déficit para poder aceptar minusvalías del otro, ¿no?
Noticias: ¿Hay mucha demanda y poca oferta?
Schapira: Sobran hombres. Después una tiene que separar la paja del trigo. Amo a Ricardo Arjona y siempre cito una frase de su canción “Tarde”: “Ahí va uno de tonto, por desesperado, confundiendo amor con compañía y ese miedo idiota de verse viejo y sin pareja, que hace escoger con la cabeza lo que es del corazón”. Hay que escuchar al corazón, pero también a la cabeza. Si una se mete con un casado, va a salir lastimada. Siempre habrá hombres que intenten levantarte, pero que primero solucionen el problema con su mujer. Cuando se tiene la autoestima baja, esos bichos entran en tu vida, son como virus que te destrozan el corazón. Hay que armarse, para que cuando llegue el trigo una tire a la mierda la paja (ríe). En los dos sentidos del término.
Noticias: ¿La mujer está fálica?
Schapira: Demasiado, y no está bueno. Queremos casa, hijos, perro, auto, éxito profesional y pareja. Y cuando la pareja no está, nos volvemos fálicas. Escribí una columna: “Harta de hacer de tipo”, referida al hartazgo de asumir roles considerados masculinos. Querés verte bien, ocuparte de los chicos y la casa, mantener la red de amigas, arreglar cosas con el contador, el banco, el supermercado, cambiar la goma al auto… Yo he llegado a llorar de desesperación por no poder programar la videocasetera. No está bueno que creamos que podemos con todo.
Noticias: Deslizaste que creés en la reencarnación…
Schapira: Sí. Puedo decirte que leí “Karma”, de Fausta Leoni, que me gustan las brujas, ir a videntes, que el I Ching es mi libro de cabecera desde hace años…
Noticias: ¿Para qué vas a las brujas?
Schapira: Para calmar mi ansiedad anticipatoria, como la llaman los psicólogos (ríe). Siempre quiero ver qué me va a pasar, me gusta saber… Me han mentido en todos los formatos, me han engañando asquerosamente y alguna que otra han dado en el clavo. Me encanta, así como amo la terapia.
Noticias: ¿Psicoanalistas mezclados con videntes? Eso es muy raro…
Schapira: ¡Te dije que soy la reina de la contradicción!
Noticias: Tus padres fallecieron con seis meses de diferencia…
Schapira: Hace 15 años. Fue muy terrible, pero por suerte pude transformar una tragedia familiar en mi desafío vital. Me ayudó mucho el laburo. Al día siguiente de la muerte de mi madre, la más trágica de las dos, estaba haciendo el informativo en la radio de Rosario.
Noticias: ¿Tenés cábalas?
Schapira: Si bien soy judía, perdón a la colectividad, tengo la billetera llena de santos, pero llena en serio (la abre y empieza a sacar estampitas) De San Expedito, la Virgen de San Nicolás, una de San José, el Divino Niño de Jesús… No sé ni cómo se reza, pero si paso por una iglesia en un momento malo, entro, me siento en un banco y me conecto con Dios. En casa tengo a San Cayetano. Ayuda siempre creer que hay algo más, que no es sólo esto que nos está pasando. Que todo lo que nos hace llorar hoy, mañana tal vez nos haga reír.