La canción lo llevó hasta España y él se fue quedando. Será por el sol de Madrid que le hace tan bien y combate su melancolía, o porque el amor que nació con Leonor Watling fue tan fuerte como su prestigio musical (no le gusta la palabra “éxito”, ya verán). Sea cual fuere el motivo, allá está Jorge Drexler, abrazado a un termo, hablando a través del teléfono, con su voz meticulosa y suave, reflexionando ante cada pregunta y tallando las respuestas con precisión.
“Me gustaría decir algo acerca de nuestra obsesión por el logo”, interrumpe la consulta sobre sus preferencias para el recuadro del final de la nota. “Entiendo que el logo sea un bien necesario para comercializar las cosas, pero no me parece bien hacer tanto hincapié en la categorización respecto de su marca comercial”. Aunque ya ha dejado claro el punto, insiste, y pide: “Si hay algo que la sociedad no necesita estimular más, porque ya está suficientemente estimulado, es la diferenciación por logo de los objetos”.
Logos mediante, la canción lo llevó hasta allá, pero su último disco, “Amar la trama” (grabado en el 2010), lo trajo de gira recientemente para presentarlo por segunda vez en nuestro país. En un registro más íntimo, con menos samplers y más guitarra flamenca, pero con la misma intención de dejar claro, siempre, su forma singular de observar el mundo.
Noticias: En referencia a la canción “La trama y el desenlace”, ¿por qué le parece que es más importante el camino que adónde se llega?
Jorge Drexler: Podés especular mucho sobre el punto de llegada, pero lo que tenés en realidad entre manos, lo tangible, es el proyecto. De eso habla el disco. Desde el “carpe diem” (aprovecha el día) de Horacio, hasta Machado con “se hace camino al andar”, ha sido una constante en el pensamiento de nuestra especie.
Noticias: En una de sus letras menciona a Éric Rohmer, en cuyas películas parece que nada pasa o que nada debe esperarse que pase. ¿Esta es su actitud frente a la vida?
Drexler: El mundo de las expectativas tiene centrado todo en el futuro. Eso es un problema, porque si estás muy pendiente de algo que vas a alcanzar algún día, primero te perdés el momento en que estás, y aunque eso ya es bastante grave hay algo peor, y es que tenés únicamente dos posibilidades: que se cumplan o que no lo hagan. Si no se cumplen sobreviene la frustración, es triste estar esperando toda la vida algo a lo que no se llega. Pero si se te cumple, la sensación de vacío es muy grande. Como consecuencia, yo prefiero eludir las expectativas.
Noticias: Igualmente, a usted no es que no le pasan cosas, graba discos, viaja por el mundo, acaba de ser padre por tercera vez (su segundo hijo con Watling, una nena de nombre Lea).
Drexler: Sí, me pasan muchas más de las que imaginaba. En el mismo disco dice: “Aunque no haya una razón, celebremos, porque la vida puede que no se ponga mucho mejor que esto” (hace una cita simplificada de la letra de la canción “Todos a sus puestos”). Y eso es exactamente contrario al mundo de las expectativas. Eso de que el momento donde estás es lo mejor a lo que podés aspirar, es algo que a algunas personas les produce horror y a mí me parece maravilloso.
Noticias: ¿Se siente una especie de pasajero sujeto a lo fortuito, alguien a la deriva?
Drexler: Es un tema muy recurrente la sensación de deriva. Probablemente me venga de algo generacional, soy hijo, nieto y bisnieto de inmigrantes. Y soy un inmigrante yo mismo. Supongo que eso me lleva a entender que el arraigo es más abstracto que concreto, es un arraigo a la vida.
Noticias: Lo vuelvo a citar, en otra de sus canciones usted dice que no se siente de ningún lugar, sino que está de paso.
Drexler: Claro, justamente. Esa canción habla de la noción vital. Entrar en contacto con lo efímero de este paso por el planeta. Somos una especie que hace tanto hincapié en la posteridad, que nos desconectamos de lo efímero. Gastamos el patrimonio energético de millones de años en unos pocos lustros y dejamos el planeta lleno de polución y de plástico.
Noticias: ¿Qué cambió en usted al vivir todos estos años en Europa?
Piensa un rato y da un sorbo profundo al mate, nítido al otro lado del Atlántico.
Drexler: Eso que suena ahí es un mate, así que por lo pronto el mate no lo perdí (risas). Madrid es una ciudad muy solar, tiene muchas horas de sol al año. A diferencia de las ciudades rioplatenses que tienen un clima muy cambiante, Madrid siempre tiene un clima muy estable. Llueve un par de días seguidos y luego para. Me hace mucho bien Madrid, es una ciudad luminosa, ruidosa, irresponsable, tiene una alegría espontánea. Puede ser superficial en algunas cosas, pero si traemos nuestra dosis de profundidad y melancolía, es un lugar ideal para un rioplatense.
Noticias: ¿Y esa melancolía no se transforma en nostalgia y lo lleva a extrañar Uruguay?
Drexler: Los primeros años que viví en Madrid tenía una sensación de nostalgia muy grande, pero fui estableciendo tantos puentes aquí –y a la vez conseguí la manera de mantener vivos los vínculos con Montevideo–, que la nostalgia no es el principal factor que define mi vida ahora, y eso se ve en mi último disco.
Noticias: ¿Y dónde está puesta la melancolía, entonces?
Drexler: La melancolía es algo más constitutivo en mí, me vino de fábrica. La nostalgia viene a partir del cambio. Hay que aprender a vivir con la dosis de melancolía que tenemos, puede ser algo muy agradable. No es lo mismo que la tristeza.
Al igual que en su disco de estudio anterior, “12 segundos de oscuridad”, en el último de Drexler participa su actual mujer, la actriz y cantante española Leonor Watling (“Los crímenes de Oxford”, entre otras películas). También lo hace Pablo, el hijo de su anterior pareja con la compositora española Ana Laan. Y por si fuera poco, le dedica una canción, “Noctiluca”, al primer hijo que tuvo con Watling, Luca (2).
Noticias: La música atraviesa todos sus afectos.
Drexler: La música, como decís vos, es el hilo que une muchas de las cuentas de mis emociones. Es una manera de ganarme la vida, lo cual me llena de orgullo, pero va mucho más allá. Es una herramienta de aprendizaje personal. Más que la música, las canciones, que son un género diferente: no exactamente música, no exactamente poesía.
Noticias: ¿Y cómo era el Drexler que estudiando medicina, tal vez presentía que su vida no iba a terminar en la música?
Drexler: Tenía un conflicto vocacional. Era feliz en la medicina, tenía muchas cosas que no tengo ahora. Creo que, en el fondo, la música siempre estuvo agazapada, sabiendo que iba a llegar el momento del gran zarpazo.
Noticias: Ganó un premio importante e inusual para un músico, el Oscar. ¿Qué implicó eso para usted?
Drexler: Fue una alegría muy grande, estoy muy orgulloso. Es una canción (“Al otro lado del río”, para la película “Diarios de motocicleta”) que quiero mucho. La hice con todo mi cariño y con toda mi entrega. Mi experiencia es que si hacés las cosas realmente con ganas y sin esperar nada… porque yo no tenía idea ni siquiera de cuándo entregaban las nominaciones. Ahora me ha vuelto a pasar con “Que el soneto nos tome por sorpresa” (canción para la película española “Lope”, nominada al Grammy Latino como mejor canción del año). Es un regalo que le hice a un amigo, un director de cine.
Noticias: Luego de ese premio sacó un disco bastante introspectivo, “12 segundos de oscuridad”. ¿No se lleva bien con el éxito?
Drexler: Me llevo bien con el éxito porque le doy su lugar. No me llevo bien con la palabra, porque viene de “exitus”, que quiere decir salida, como “exit”. En medicina se usa como sinónimo de muerte y eso es muy significativo para mí, el que una palabra tan idolatrada signifique final y salida. Si uno cree que está instalado en el éxito, pierde el reflejo de emocionarse con lo que hace.
Noticias: España está atravesando una crisis intensa, ¿cuál es su visión sobre los conflictos?
Drexler: Es muy duro, sobre todo para quien no está acostumbrado a los conflictos. La gente está muy indignada con el tono político. Y la entiendo perfectamente, es muy indignante la absoluta carencia de visión de Estado que tiene el país y de visión de futuro que tiene la política española. Parece una riña entre dos partidos. Hay una gran crisis anímica, está triste el país. Europa está triste. Hay mucha más alegría y proyección a futuro en Latinoamérica.
Noticias: ¿Y cómo ve que eso se encarna en los gobiernos de Mujica y de Cristina Fernández?
Drexler: Te voy a hablar de mi país, porque estoy loco, pero no lo suficiente como para ponerme a hablar de política argentina (risas). Estoy muy orgulloso de Mujica, del trayecto de diálogo que está atravesando Uruguay. Se está viviendo una prosperidad económica y mucha estabilidad institucional, porque Mujica es muy conciliador.
Noticias: ¿A qué dedica su tiempo cuando no está dando conciertos, componiendo o grabando?
Drexler: Me gusta mucho estar con la gente que quiero. Me gusta mucho hacer surf, me da una alegría inmediata. Cuando tengo un ratito me escapo a alguna de las playas que tengo cerca.
Noticias: No tiene un perfil de surfista.
Drexler: Sí, puede ser, tampoco tengo un perfil de uruguayo, judío, hispano parlante, folclorista. Soy tantas cosas sin tener un perfil definido, me ha tocado vivir sin eso. Soy poco de muchas cosas y todo de nada.