En lo laboral, Carolina Papaleo está diversificada: lunes y martes actúa con su madre (Irma Roy) en Carlos Paz en la obra “Flores de acero”; otra parte de la semana conduce un programa de la señal porteña del canal de San Luis, que dirige su padre, Osvaldo. Una tarea nueva, que le permitió entrevistar a China Zorrilla, Norma Pons, Ana María Picchio y figuras de la cultura puntana. Y está desarrollando su costado empresario, con su línea de cremas Secreto de Mujer, de venta directa. En lo personal también hay novedades: se dedica a su hijo Matías (10) -dice que exclusivamente a su cargo, ya que su padre no lo ve desde hace un año y medio-, y aunque de amores se cuida de hablar, en la Fiesta de Blanco de Jesica Cirio presentó a Brian Gay-nor, un productor teatral con quien sale desde setiembre.
No siempre la vida fue tan gratificante para Carolina. A los siete años vivió la difícil situación del secuestro de su padre durante la dictadura militar y se quedó sola con su madre. Ese escenario se repitió cuando sus padres se separaron. Hoy, finalmente, los roles están cambiados: ella cuida a su mamá. Y disfruta de la vida, de la familia que tiene y de los vínculos que construye.
Noticias: Se puede decir que es una persona versátil: está cumpliendo varios roles y, de paso, complaciendo a mamá y papá.
Carolina Papaleo: Yo disfruto mucho trabajando con mis viejos. Mi papá es el director del canal de San Luis, de la señal porteña donde se graba el programa. Lo que hago para San Luis es totalmente nuevo para mí y me divierte mucho, me gusta. Por otra parte, con mamá comparto la gira hace más de un año. Hicimos una temporada en Buenos Aires y en Mar del Plata. Actúo junto con mi vieja y ahora supervisada por mi viejo.
Noticias: ¿Y no siente que no corta el cordón trabajando con sus padres?
Papaleo: No, no tiene nada que ver. No siempre he trabajado con mis viejos. Yo entré al elenco de “Flores…” después. Mi vieja es la única flor de acero del elenco original.
Noticias: Ambas tienen carácter fuerte, ¿no hay choques entre ustedes?
Papaleo: No, no hay choques. Ya no soy una adolescente. “Flores de acero” nos ha hecho un regalo a mi mamá y a mí, el de poder vernos muy seguido. Nos hablamos por teléfono quince veces por día, pero al estar juntas en la obra compartimos códigos, dialogamos con la mirada. Me causa gracia cuando nos dicen que somos parecidas. Y sí, salí de esa panza, ¿cómo no vamos a ser parecidas?
Noticias: Sin embargo, alguna vez usted comentó que su madre había sido muy exigente.
Papaleo: Y sí… Matías siempre me dice: “Mamá, sos muy exigente conmigo”. Y yo le respondo: “Andá a la calle Callao y vas a saber lo que es exigencia”. Allí vive mamá. Ella no se acuerda de las cosas que me hacía cuando yo iba al colegio, y nos reímos juntas. Mi vieja agarraba el cronograma de horarios y me preguntaba, hora por hora, qué había hecho. Ella lo niega bajo los siete evangelios, pero te aseguro que es así. Yo con Matías no soy tan perseguidora, pero en los exámenes sí. Le hago veinte hojas de computadora con ejercicios, lo hago practicar mucho porque si tiene todas las herramientas evitará el estrés de no saber frente al examen. Eso tiene que ver con la vida, cuanto más preparado estás, mejor podés enfrentar los problemas.
Noticias: ¿Y usted cómo resuelve los problemas?
Papaleo: Tanto en el laburo como en la vida misma me siento como frente a un tablero de ajedrez, pienso en la movida para la próxima jugada. Mis viejos me dieron un montón de armas para resolver los problemas. Quedarse paralizado es lo peor.
Noticias: Siempre habló de una niñez traumática por la persecución política de sus padres, ¿qué momentos fueron los más significativos?
Papaleo: Traumática no, yo he vivido cosas propias del mundo del adulto siendo una nena de siete años…
Noticias: ¿No le parece traumático sufrir el secuestro de un padre, y a una edad tan temprana?
Papaleo: Tanto mi vieja como mi viejo toman la vida con la actitud de no haber quedado pegados a esa situación; yo soy lo que soy también por eso. Mi infancia fue muy diferente de la de Matías, él ya tiene diez años y su mundo es la playstation. Yo tenía una conciencia y un conocimiento que él no tiene, porque no le tocó vivirlo. Me acuerdo de todos los lugares donde íbamos a visitar a mi viejo, la sensación más fea que tengo es esa cuestión de que estábamos mamá y yo solas en casa, y entraban a las tres, cuatro de la mañana a revisarla. Para mí esa casa era vulnerable, sola no me quería quedar, como que alguien podía entrar. Uno asocia la casa con el refugio.
Noticias: ¿Estaba cuando se llevaron a su padre?
Papaleo: El día que se llevaron a mi viejo yo supuestamente estaba dormida, pero en realidad estaba despierta. Mi mamá estaba en el living, yo escuché que mi viejo se ponía los zapatos, que se lo llevaban, mi mamá cuenta que me levanté y le pregunté a cuántos se habían llevado. Esta situación no tiene por qué vivirla un chico de siete años.
Noticias: Ni nadie…
Papaleo: Lo bueno es que si vos no me lo preguntás, no es un tema que se trae a las conversaciones cotidianas.
Noticias: Con la separación de sus padres también se quedó sola con su madre. ¿Lo recuerda de una manera especial?
Papaleo: Fue otra etapa, yo ya vivía sola. No tomé partido por ninguno, respeté la decisión pero acompañaba a mi mamá, que era quien se había quedado sola. Para las fiestas siempre viajaba con ella para pasarlas de una manera diferente. Recuerdo una Navidad en Saint Thomas, mi vieja había pagado una cena de Nochebuena especial, que resultó ser carísima y no tenía nada del otro mundo. Terminamos en su cuarto, comiendo peladillas las dos solas. ¡Una tristeza! (risas)
Noticias: ¿Volvió a enamorarse?
Papaleo: No voy a hablar de eso.
Noticias: En la fiesta de Jesica Cirio se la vio bien acompañada.
Papaleo: No voy a decir nada.
Noticias: Tantos viajes, tanta marcha, tanto movimiento, hizo de usted una verdadera flor de acero.
Papaleo: Absolutamente, yo soy una flor de acero. Pero bien, sin sufrimientos, la vida tiene que fluir. Mientras más fluya, mejor.