La diva le reclamó al aire que pague las expensas del departamento que le alquila. Su hermano se defiende. Historia de una relación difícil.
Por Sandra López Maidana
La ocasión era presentar el disco de su hermano, Patricio, en el que le hace un tributo a Sinatra. Susana Giménez lo invitó, el muchacho cantó de frac blanco, pero la charla posterior desató la polémica. Como si fuera el living de su casa, la rubia dijo en tono intimista, “cuando lo llamo a Patricio, le digo que vaya a trabajar a una oficina o haga jingles para publicidad, pero que facture, por favor, aunque sea para pagar las expensas”. Patricio, serio, indignado y mirando a cámara le retrucó “yo te pago las expensas”, reconociendo que él vive en un departamento de la diva. Con lo cual, luego del entredicho, Patricio Giménez (32), con “Frankly”, su último disco en la calle, un ciclo de shows en un reducto de jazz y una big band que ha recogido buenas críticas, salió a responder entre otras cuestiones, si paga o no las expensas. Una situación incómoda.
Te llevo bajo mi piel. Patricio es medio hermano de Susana por parte de padre. Nació el 28 de Octubre de 1975 en Buenos Aires y cuando tenia 2 años, lo llevaron a vivir a Nueva York por un año. Después volvió a la Argentina, por poco tiempo, porque a sus 5, la familia se radicó en San Pablo, Brasil, donde vivió hasta los 9.
Con semejante ajetreo, la relación con Susana era esporádica. Paradójicamente, fue la muerte del padre de ambos lo que los acercó más. Patricio la iba a visitar a su casa, al canal, y cuando comenzó a dedicarse a la música con seriedad profesional, su hermana lo ayudó en la difusión de sus trabajos con el inmenso espaldarazo de su espacio televisivo. ¿Qué cantante novel no muere por un bloque del prime time de Susana Giménez?
Por más que algunas rabietas se cuelen en la pantalla, el nexo de estos hermanos es –dicen ellos– muy sincero. “Con Susana siempre hablamos en joda –asegura Patricio–. Torturarme con lo de las expensas es una pelotudez. De un chiste hicieron una historia. No fue ni una discusión, ni me estaba echando en cara nada, pero cuando lo repitieron en otros programas no pusieron la parte en que Susana aclaró que “siempre pago religiosamente el alquiler”. Entonces yo, que me desvivo laburando para pagar mis gastos, aparezco como el vividor. Y yo no la vivo a Susana. Es más, cuando cierro trato con un sponsor, digo ‘ya tengo cinco expensas o cinco meses de gastos’, como quien dice, ‘me quedo tranquilo’”.
All of me. Mientras se dedicaba a sus clases de canto lírico, piano y actuación y participaba en comedias musicales, tuvo que ir explicando que él siempre quiso hacer una carrera por su cuenta. “He sufrido mucho para hacer mi carrera y hasta me he tenido que ir a al exterior para crecer. Y de ahí que me molesta que se me vea como “el nabito” que tuvo todo regalado, que la tiene fácil. Porque tuve que trabajar mucho por lo que tengo. Todo el que me conoce me respeta por la pasión que puse para salir adelante. Hubiera sido más fácil ser oficinista, y eso no es culpa de mi hermana, pero me molesta el prejuicio de la gente que tiene una historia armada a la que no pertenezco. ¿Por qué tengo que ser yo el que venza esos rollos ajenos?”
Para escapar de la realidad cotidiana, Patricio medita. Hace cinco años se convirtió al hinduismo. “Es un camino en el que el ego no tiene tanto lugar y donde la ansiedad pasa a otro plano y te sentís en comunión con todo”, pondera a poco de terminar uno de sus shows.
My way. El repertorio del disco Frankly es un recuerdo de familia. Era la música que escuchaba su padre, la que le gusta a Susana (“Está chocha con el disco”, asegura) y la que él sueña cantar desde niño. Asegura que su historia lo acompaña más como un ejemplo que como una mochila. “Cuando encuentro a alguien que conoció a mi papá no paran de hablar bien de él. El nombre es todo lo que se lleva. Ser el hermano de alguien, salir en la vidriera de las revistas con una hermana o con una novia, no vende discos. Está comprobado. El que te hace vender discos es un crítico o el show.”
Lo que nadie pudo objetarle es la pinta de galán que ahora se ve más exacerbada con la elegancia retro que forma parte de la gráfica de Frankly. Entre tantas novias de corto aliento, algunas quedaron más registradas, al menos en los medios. Convivió durante algunos años con la actriz Gisela Barreto, con la que emprendió su aventura a México; luego fue el turno de Pamela David, con quien estuvo unos meses de novio hasta que en diciembre de 2003 se casó con la abogada Alejandra Laiño, pero el matrimonio terminó al poco tiempo y abruptamente. Pero si hay una asignatura pendiente en el curriculum sentimental de Patricio es Nazarena Vélez, a quién persiguió antes que ella se casara con Daniel Agostini y continúo luego de su divorcio. Ella no le hizo caso, y se sabe, que amor platónico es amor eterno. “Ahora estoy solo. Pero una cosa es estar solo y otra, estar abandonado. Estoy muy encontrado conmigo. Cuando estás en armonía no estás en soledad. No estás carente, no hay necesidad, porque sino, lo que tenés al lado es un bastón, no una mujer.”
Patricio mira fijo desde la tapa de Frankly, y se toma el ala de su sombrerito, como diciendo, “chapeau”.